Vivir sin ácaros: cómo mantenerlos a raya en casa

Cristina Herrera

Cristina Herrera

Los ácaros del polvo son el principal culpable de las alergias en casa. Con una correcta temperatura y humedad puedes deshacerte de ellos

acaros polvo

Ácaros: esos ‘bichitos’ que vemos con desagrado en las imágenes pero que no son en realidad visibles al ojo humano. Para tu información, son una clase de arácnido, de los que existen más de 50.000 especies, aunque es la familia Pyroglyphidae los que invaden las viviendas -también llamados ácaros domésticos o ácaros del polvo-.

Probablemente no lo sepas, pero a esta especie le gusta convivir con el hombre ya que se ‘alimenta’ en cierta medida de él, en concreto, de las descamaciones de su piel, así como las de las mascotas.

¿Dónde viven estos ‘bichitos’? Aunque no les veamos, habitan en el interior de todas las casas. También en las más limpias. Encuentran en los textiles su mayor zona de ‘confort’, habitan entre las sábanas, las alfombras, colchas, cojines, cortinas, colchones, peluches…

¿Y por qué producen alergia? En realidad los ácaros son inofensivos para el humano, pero son sus residuos fecales los que tienen un gran poder alergénico.

Y, aunque los ácaros del polvo son realmente pequeños, miden entre 0,2 y 0,5 mm, sus efectos pueden ser realmente molestos para la población alérgica: estornudos, congestión nasasl, picor de garganta y ojos, tos, urticaria… Y eso que se calcula que sólo 25 de las más de 50.000 especies de ácaros que existen, están relacionadas con enfermedades alérgicas en el ser humano.

Como curiosidad, debes tener en cuenta que el volumen de ácaros que ‘viven’ en tu casa es realmente elevado: un gramo de polvo puede contener entre 2.000 y 10.000 ácaros. Así que echa cuentas.

Son las estaciones de otoño y primavera las más complicadas para los alérgicos a los ácaros domésticos. Debes tener en cuenta que las alergias no se curan, pero sí podemos poner de nuestra parte para aliviar los síntomas siguiendo una serie de recomendaciones muy sencillas.

5 consejos para aliviar la alergia a los ácaros

1 – MANTÉN A RAYA LOS TEXTILES

A los ácaros les gustan las temperaturas cálidas. La temperatura óptima para su proliferación son los 25º-35ºC. Por eso, no es de extrañar que entre las sábanas, colchas, edredones encuentren un lugar extraordinario para ‘anidar’. Sin embargo, también les gusta ‘habitar’ en la ropa, las cortinas, los peluches…

Por este motivo, si tienes alergia a los ácaros deberás llevar un lavado de la ropa de cama riguroso -de todas las prensas, también mantas, edredones, colchas de pluma-. Utiliza agua caliente para desprenderte mejor de ellos y sécalas completamente, ya que la humedad en los textiles podría fomentar su proliferación.

Lo ideal es que no tengas alfombras en casa, pero si ya no te puedes deshacer de ellas intenta que siempre sean lavables. No olvides limpiar las persianas y los abanicos de techo con cierta frecuenta. Y, por último, aspira, golpea y airea tu colchón, ya que dada la profundidad de su relleno, la humedad que se acumula en ellos puede ser un ‘nido’ perfecto de ácaros. Y lava las almohadas a temperatura muy alta para deshacerte de los gérmenes. Ten en cuenta que existen también cubre colchones anti ácaros.

2 – UNA CORRECTA LIMPIEZA

No consiste en limpiar la casa todos los días, sino de hacer una limpieza correcta. Recuerda que hasta en las casas más limpias los ácaros pueden llevar una ‘vida perfecta’. No uses plumeros ni otro tipo de instrumentos para quitar el polvo: utiliza siempre un paño húmedo que elimine por completo la suciedad y no la disperse. Recuerda dejar las zonas siempre secas después.

Mejor aspirar la suciedad que barrer. Si tienes una aspiradora con filtro de partículas de alta eficiencia será una mejor opción. Si tu suelo es de madera, intenta pasar la aspiradora una vez a la semana ya que en este tipo de materiales el polvo se mueve con rapidez.

El dormitorio reúne las condiciones ‘ideales’ para la proliferación de ácaros: calor, humedad, alimento y oscuridad. Limpia con mayor esmero este rincón de la casa, moviendo los muebles cada cierto tiempo. Hazlo durante las mañanas y con las ventanas abiertas.

3 – PURIFICA EL AIRE DE TU HOGAR

Aunque los ácaros domésticos son invisibles al ojo humano, existen aparatos que sí son capaces de detectarlos y acabar con ellos. Son los purificadores de aire. Unos instrumentos que de forma silenciosa son capaces de ‘limpiar’ el aire para combatir los síntomas de cualquier alergia.

¿Cuáles son los más eficientes? Aquellos que son capaces de identificar las partículas más pequeñas. Rowenta, por ejemplo, cuenta con el purificador Intense Pure Air, capaz de filtrar el 100% de los alérgenos y partículas finas. Su gran capacidad de purificación -con cuatro niveles- te permitirá no sólo deshacerse de los elementos contaminantes más visibles (polvo, pelusas, pelos…), sino también de las partículas más pequeñas, invisibles al ojo humano, como bacterias, virus, alérgenos de todo tipo, el polvo más fino y el formaldehído.

purificador del aire acaros

4 – UNA VIVIENDA SIN HUMEDAD

Los principales factores ambientales que influyen en la presencia de ácaros son: la temperatura y la humedad relativa. La temperatura óptima para ellos oscila entre 25º y 35º C y la humedad cuando es superior al 60%. Si en tu casa hay zonas con hongos, la proliferación será aún mayor -ya que se alimentan también de ellos-.

Controla la humedad de tu casa y, como en ocasiones es difícil mantenerla a raya -ya que dependes de la temperatura exterior y otros condicionantes ajenos-, lo mejor es que utilices un deshumificador. Rowenta cuenta también con los deshumidificadores Intense Dry Control de Rowenta, capaces de librarte de todos los perjuicios del aire demasiado húmedo. Detecta rápidamente la humedad del aire y ajusta automáticamente la velocidad de deshumidificación según sea necesario.

5 – ESPECIAL CUIDADO CON LOS NIÑOS

Elimina en las habitaciones de los niños los pequeños objetos, la excesiva decoración que acumula polvo, así como la acumulación de libros o revistas.

Lo ideal es que este tipo de materiales se coloquen en una estancia distinta al dormitorio. Si quieres librarte de una forma radical de ellos, puedes congelar los materiales móviles (juguetes, estantes…).