Por qué en invierno se propagan más los gérmenes

La calefacción, la falta de ventilación y pasar menos tiempo al aire libre son factores determinantes.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

El invierno es la época del año en la que se produce el mayor número de atenciones sanitarias. Una situación que se produce principalmente por la epidemia de la gripe y a que el frío y el contraste continuo de temperaturas, entre lugares con calefacción y al aire libre, debilita el sistema inmunológico. Estas condiciones son perfectas para que los gérmenes y algunos virus aumenten su propagación e incrementen su incidencia en la salud de las personas con respecto a otras épocas del año.

Pero además existen otros factores que determinan la transmisión de virus y la presencia de bacterias. En este época del año, debido a las inclemencias meteorológicas y a las bajas temperaturas, disminuye el tiempo de ventilación de los inmuebles y aumenta el periodo que pasamos encerrados en oficinas, viviendas, centros comerciales o medios de transporte. Lugares que están frecuentados por cientos de personas por lo que el contacto entre un mayor número de ciudadanos puede fomentar la propagación de los gérmenes, bacterias y virus.

La medida preventiva más efectiva es la higiene de manos en el hogar y el trabajo

Así, las enfermedades infecciosas se propagan por contacto directo o indirecto con otra persona, a través del aire, por objetos contaminados, por contacto físico, por el intercambio de fluidos corporales mediante la tos y los estornudos.
[destacado name=»Destacado Gripe»] «La contención de la tos y los estornudos es importante, pero la medida preventiva más efectiva es la higiene de manos en el hogar, el trabajo y dondequiera que vaya. Un lavado de manos con agua y jabón a menudo, especialmente antes de tocarse la cara es la forma más adecuada de prevenir la propagación de infecciones”, apunta Lynn Cravero, responsable de enfermería del control de infecciones del hospital de Snoqualmie Valley en EE.UU.

Higiene de ropa de abrigo, manos y cara

En este sentido, la higiene se convierte en un elemento fundamental para evitar contagios y enfermedades pero no solo la corporal. En invierno, muchas personas descuidan el lavado de la ropa de abrigo como chaquetas, guantes, gorros o bufandas. Unas prendas que están expuestas en lugares públicos y que pueden entrar en contacto con cientos de elementos por lo que pueden albergar gérmenes y aumentar su propagación.

En espacios públicos cerrados, la exposición a los gérmenes es alta y enfermar es muy fácil

«Los abrigos y accesorios de invierno no son diferentes de cualquier otra prenda de vestir en cuanto a la necesidad de lavado … quizás no tan a menudo, pero con cierta frecuencia», señala Vicki Allen, presidenta del comité de comunicaciones de la Asociación de Profesionales en Control de Infecciones de Epidemiología (APIC).

Por su parte, el experto en microbiología de la Universidad de Arizona en EE.UU. Charles Gerba, en una información recogida por el diario New York Post, señala que la gente no suele lavar mucho los abrigos de invierno. “En espacios públicos cerrados, la exposición a los gérmenes es alta y enfermar es tan fácil como tocar un objeto en el metro y frotarse la nariz, ya que solemos tocarnos la cara unas 16 veces por hora», detallaba el experto.

Por ello, debe prestarse una mayor atención a la limpieza tanto de las manos como de la ropa de abrigo para evitar, en la medida de lo posible, la propagación de virus y gérmenes. “Generalmente recomiendo lavar las cosas que usas en público una vez a la semana», aconsejó el experto sobre la frecuencia de higienizar las prendas de invierno.