¿Veremos huracanes cerca de España este verano?

Este año las aguas del Atlántico tropical, lugar de formación de huracanes, están más frías de lo habitual. Sin embargo, las del Atlántico central están más cálidas. ¿como afectará ese patrón la temporada de huracanes?

Mario Picazo

Mario Picazo

El 2017 fue un año hiperactivo en cuanto a huracanes se refiere en el Atlántico. Se formaron 17 tormentas con nombre de las cuales 10 llegaron a ser huracanes y 6 fueron huracanes de categoría 3 o superior. No nos olvidamos de nombres como Harvey, Irma, María, todos ellos devastadores y portadores de records meteorológicos de algún tipo.

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Trayectoria de huracanes en el Atlántico en 2017.

Tampoco hay que olvidar al huracán Ophelia. Se formó en octubre en pleno centro del Atlántico norte, al suroeste de las islas Azores, y avanzo como un potente categoría 3 hacia el nordeste, pasando no muy lejos de las costas del noroeste peninsular. En la retina de muchos están los fuertes vientos que generó la tormenta y los devastadores incendios que estos ayudaron a extender por muchas zonas del oeste peninsular.

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Huracán Ophelia el 14 de octubre de 2017 avanzando hacia las islas Azores.

Este año, sin embargo, las temperaturas de la superficie del Atlántico son diferentes a las de 2017. En la región tropical del océano, más cerca del ecuador, las temperaturas del agua están por debajo de la media habitual de 1981 a 2010. Agua más fría quiere decir menos energía, y aunque la formación e intensificación de huracanes Atlánticos depende de otras variables como la cizalladura de viento en altura o la intrusión de masas de aire seco, esa falta de energía en superficie debido al agua más fría, se traduce en menos gasolina para que se formen y crezcan las tormentas de un huracán.

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Trayectoria del huracán Ophelia en octubre de 2017.

Que el Atlántico tropical exhiba una lengua de agua más fría de lo habitual que se extiende desde las costas occidentales de África hasta el Caribe supone importantes cambios en la dinámica atmosférica. Esta es la región del Atlántico en la que habitualmente se forman o refuerzan tormentas tropicales. Este año con las anomalías de temperatura negativas, lo esperado es ver menor actividad, aunque no por ello dejarán de formarse tormentas tropicales capaces de evolucionar a huracanes.

En 2017 esta región del Atlántico registró temperaturas de agua mucho más altas de lo habitual, de ahí que las tormentas se formarán una detrás de otra y llegarán a las puertas del Caribe convertidas ya en monstruosos huracanes categoría 5.

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Anomalía de temperatura del agua en la superficie del océano. 12 de mayo 2018.

También cabe destacar que más al este y sobre todo al norte de esta región ecuatorial más fría del Atlántico, el patrón es el opuesto. Al norte de 30oN las anomalías de temperatura son positivas, y en algunos casos bastante positivas, como es el caso de las aguas situadas frente a las costas del nordeste de Estados Unidos. Esa lengua de agua más cálida se extiende prácticamente desde el Caribe hasta el Cantábrico y aunque hará falta seguir su evolución entre mayo y agosto, podría marcar la ruta a seguir por algunas de las tormentas que se desarrollen bastante más al sur en aguas cercanas al Caribe.

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Los intensos vientos asociados al huracán Ophelia provocaron devastadores incendios en amplias zonas del oeste de la península Ibérica.

A parte de las temperaturas del agua, hay otros factores atmosféricos determinantes que influyen en la trayectoria que siguen los huracanes cuando surcan el océano. Sin embargo, las tormentas tropicales en general suelen ser bastante fieles a las aguas más cálidas a la hora de escoger la ruta a seguir. De persistir el patrón de anomalías de temperatura del agua que ahora mismo cubre el Atlántico, podríamos ver algunas de esas tormentas tropicales o huracanes alcanzando el viejo continente a lo largo de la temporada que arranca el 1 de junio y concluye el 30 de noviembre.

Sea cual sea el destino de las 14 tormentas previstas este año en el Atlántico, esperemos que no se repita la situación vivida con Ophelia el año pasado en algunas zonas de Europa, ni las causadas por otros tantos huracanes en diferentes rincones del Atlántico.