Tras el primer caso: ¿cómo tratar los delitos en el espacio?

Un astronauta pudo acceder desde la Estación Espacial Internacional a la cuenta bancaria de su cónyuge.

Alejandro Riveiro

Alejandro Riveiro

Un astronauta pudo acceder desde la Estación Espacial Internacional a la cuenta bancaria de su cónyuge

La NASA está estudiando la primera denuncia de un delito que se podría haber cometido en el espacio. Se trata del acceso de una astronauta, desde la Estación Espacial Internacional, a la cuenta bancaria de su cónyuge. ¿Cómo hay que enfrentarse a los delitos en el espacio?

Existen algunos mecanismos pero todavía son pocos

En este caso en particular, el delito lo habría cometido Annie McClain, que permaneció durante seis meses a bordo de la Estación Espacial Internacional. Desde allí, según su expareja, Summer Worden, McClain accedió a sus registros bancarios sin su permiso.

Al parecer, como parte de una maniobra para salir victoriosa de la lucha por la custodia del hijo que ambas tienen. La propia McClain ha admitido haber accedido a la cuenta bancaria de su antigua esposa, pero asegura que su única intención era comprobar el estado de las finanzas.

La nave Soyuz MS en el espacio. Crédito: NASA

Es decir, solo quería tener la certeza de que su hijo no pasaría por problemas económicos en el futuro. Por las informaciones aparecidas en diferentes medios, no parece que se llegase a realizar ningún movimiento bancario.

Pero, sea como fuere, este es el primer caso en el que se estudia un delito cometido en el espacio. Es la primera denuncia que la NASA tiene que investigar sobre una acción ilegal que se habría producido más allá de la atmósfera de nuestro planeta. En este caso en particular, ambas ciudadanas son de la misma nacionalidad.

Por tanto, probablemente no haya muchas dificultades por parte de la justicia estadounidense para emprender las acciones que considere oportunas.

Pero la pregunta es inevitable. ¿Cómo nos enfrentaremos a los delitos que se cometa en el espacio? No es una simple pregunta retórica, la creciente facilidad para viajar más allá de nuestro planeta implica un crecimiento del turismo espacial. Cuanta más gente viaje lejos de la Tierra, más posibilidades habrá de que, en algún momento, se pueda cometer una acción criminal.

La Estación Espacial Internacional tiene cierta cobertura

Hay cinco agencias espaciales conectadas a la Estación Espacial Internacional. Son las de EE. UU., Rusia, Canadá, Japón y Europa. Cada una está sujeta a las leyes de sus respectivas naciones. Y, además, existe un marco que establece un proceso de extradición y que permite, técnicamente, que un país pueda perseguir a ciudadanos de otros países por un delito que cometan en el espacio.

La creciente facilidad para viajar más allá de nuestro planeta implica un crecimiento del turismo espacial, con la posibilidad de que se pueda cometer una acción criminal

De este modo, si un español comete un delito en un módulo japonés, sobre un ciudadano ruso, por ejemplo, se le juzgará bajo las leyes españolas.

Pero más allá de la Estación Espacial Internacional, las cosas se vuelven mucho más difusas. En 1967 se presentó el Tratado sobre el espacio ultraterrestre, firmado por más de 100 países (incluyendo a España).

En él, se recogen algunos principios, como la prohibición de armas nucleares, o impedir que las naciones reclamen la soberanía del espacio. No cubre la criminalidad en sí, pero es de suponer que, con la llegada del turismo espacial, la legislación aparecerá más pronto que tarde. En algunos intentos previos, ya hemos podido ver una idea general.

astronauta mujer en marte

En 1991, por ejemplo, se presentó un borrador sobre el vuelo espacial tripulado. En él, se establecía una cadena de mando por la que el comandante era el responsable de su tripulación. Y toda la tripulación, a su vez, debía responder ante el director de operaciones de vuelo espacial.

Hasta cierto punto, podríamos decir que no hay mucho de qué preocuparse siempre y cuando estemos en el entorno cercano a la Tierra. A pocos cientos de kilómetros de distancia. Pero las cosas no siempre serán así, y tendremos presencia en otros lugares.

Un asunto que podría ser espinoso

Aquí es donde las cosas se complican especialmente. ¿Cómo se debería actuar si el delito se comete, por ejemplo, en la superficie de la Luna? En primer lugar, parece lógico suponer que habrá que ver qué tipo de acuerdos se establecen tras la construcción de la primera base lunar.

Probablemente las agencias espaciales implicadas, al igual que se ha hecho con la Estación Espacial Internacional, lleguen a un acuerdo. Pero, ¿deberíamos instalar también una celda en la que poder confinar al posible criminal si fuese necesario?

Concepto artístico de una base lunar. Crédito: SpaceX

¿Y si el delito se comete fuera de la base lunar? Por ejemplo, mientras se está realizando una expedición en la superficie de la Luna. ¿Quién tendría la jurisdicción en ese caso? Son preguntas que todavía resultan casi fantasiosas.

Pero no estamos tan lejos de tener una base lunar, un objetivo que se espera lograr en la década de 2030. Sin embargo, al margen del posible delito que investiga la NASA, la selección de personal que se lleva a cabo para enviar astronautas al espacio es tremendamente estricta. Eso reduce las posibilidades de crímenes.

De momento no hay una legislación clara, salvo en la Estación Espacial Internacional en sí misma

Pero ese lujo no existirá cuando sea un público mucho más general el que pueda viajar al espacio. Para entonces, los países deberán ponerse de acuerdo en cómo proceder.

De momento no hay una legislación clara, salvo en la Estación Espacial Internacional en sí misma. Pero deberá existir para poder cubrir todos los posibles casos. Esa legislación, además, deberá tener en cuenta lo ya establecido en el tratado sobre el espacio ultraterrestre.

La posibilidad de que se cometiese un crimen en el espacio parecía imposible hasta no hace mucho. Ahora quizá estemos ante el primero.