Tormenta de arena sin precedentes en Líbano y Siria

La tormenta de arena ha dejado ya 2 muertos y más de 750 afectados en Líbano. Siria, Israel, Jordania, Irak, Chipre y Turquía también están siendo afectados.

Eltiempo.es IA

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Una impresionante tormenta de arena invade desde ayer el aire en el norte de Oriente Medio. Dos personas han muerto en Líbano y más de 750 han tenido que acudir a los hospitales por problemas respiratorios. La importante reducción de la visibilidad ha obligado a las autoridades a advertir a la población para que no salgan de casa y, si lo hacen, tengan más precaución al volante para evitar accidentes.

El distrito de Akkar, al norte de Líbano, es uno de los más afectados, pero también la capital Beirut. Líbano acoge a más de 1.1 millones de refugiados sirios, muchos de ellos en campamentos improvisados.

En la vecina Siria, la tormenta de arena ha afectado a la zona este de la provincia de Deir al-Zour, así como las ciudades de Damasco y Homs. Además, el gobierno se ha visto obligado a parar parte de sus ataques aéreos contra los combatientes rebeldes en el norte y centro del país.

Por su parte, Israel ha tenido que cancelar esta mañana varios vuelos. También Jordania, Irak, Chipre y el sur de Turquía están siendo afectados.

¿Hasta cuándo durará la tormenta de arena?

El servicio meteorológico libanés espera que calme la tormenta hacia el final de la noche del miércoles, mientras que el departamento meteorológico sirio ha informado de que la tormenta podría continuar con cierta intensidad hasta el viernes. Y todo esto se suma a las altas temperaturas y alta humedad existentes en la zona.

¿Qué tiene de raro esta tormenta y por qué se produce?

Al parecer, esta tormenta de arena tiene su origen en Irak. Estas tormentas normalmente se producen dos o tres veces al año en Líbano, pero durante la primavera (marzo y abril). Además, la tormenta de estos días es más densa de lo normal.

Para la formación de las tormentas de arena es necesario que un sistema frontal entre en contacto con una zona cuya superficie sea cálida y árida. Así, a medida que el aire frío avanza va desplazando al aire cálido existente, mientras que la presión y velocidad del viento (entre los 80 y los 160 km/h) van en aumento. Las rachas de viento causan turbulencia y se producen corrientes de convección. Estos forzamientos permiten que las partículas se sustenten en el aire durante largos periodos de tiempo.