¡No, no son ovnis! Son nubes lenticulares

Estas preciosas nubes, con forma de disco abombado parecen anunciar una invasión extraterrestre. Pero no, no son ovnis, son nubes lenticulares.

Mar Gómez

Mar Gómez

Estas preciosas nubes, con forma de disco abombado parecen anunciar una invasión extraterrestre. Pero no, no son ovnis, son nubes que se forman en determinadas condiciones (normalmente en zonas de montaña) y de las nubes más asombrosas y fotogénicas que pueden ocupar nuestro cielo.

Estas nubes son, por altitud, nubes medias, con su base entre los 2 y 7 kilómetros de altura.

Para su formación es necesaria la presencia de un viento fuerte (más de 35 km/h) que incida de forma perpendicular o casi a las montañas y además con una estabilidad atmosférica marcada por la presencia de la inversión térmica por encima de la cima de la montaña. Si debajo de esta inversión el aire es húmedo aparecerán las nubes lenticulares.

En una inversión térmica la atmósfera presenta una capa de aire con temperatura superior a la capa que se encuentra justo debajo de ella. Esta situación no es la habitual ya que la temperatura disminuye con la altura, pero a veces ocurre que en una noche de cielo despejado, cuando la temperatura del suelo llega a ser tan baja, que el calor que absorbe este de las capas inferiores de la atmósfera hace que se enfríen más rápidamente las capas superiores, provocando que cerca del suelo el aire este mas frío que a una cierta altura.

Así cuando una masa de aire llega a una montaña, comienza a ascender y se enfría. Si durante el ascenso la temperatura desciende, forma una nube que sube por la ladera de la montaña hasta la cima. En situaciones en las que no hubiera inversión térmica, la masa de aire descendería por el otro lado de la montaña. Pero sin embargo, en esta situación la masa de aire cálido, al existir inversión térmica intentará descender pero el aire frio debajo de ella la forzará a subir. Este movimiento ondulatorio se propaga varios kilómetros y es lo que se conoce como onda de montaña. Sin embargo no tiene porque ir acompañado de nubosidad, para ello es necesario que el aire este cargado de humedad.

Estas nubes pueden permanecer inmóviles durante horas aunque pueden cambiar de forma. Cuando el viento pierde intensidad, cambia su dirección o pierde humedad comienzan a disiparse. Uno de los lugares de nuestro país donde más nubes lenticulares podéis ver es la isla de La Palma.

Es mundialmente famosa la foto del Monte Fuji (Japón) con una bella nube lenticular:

Os dejamos algunas impresionantes imágenes de estas curiosas y singulares nubes: