Ship Tracks: todo lo que no sabes de estas enigmáticas nubes

Jorge Robles

Jorge Robles

Las Ship Tracks son una especie de primas cercanas de las estelas de condensación de los aviones, pero mucho más complicadas de ver

Me encantan las nubes y en mi último y recomendable post (madre mía mi abuela estaría encantada con este arranque), alababa a la Organización Meteorológica Mundial (OMM) por editar su nuevo Atlas de Nubes online. Y seguramente uno de los capítulos que más llama la atención es el dedicado a las nubes “homogenitus”, que se atribuyen a la actividad humana.

No se trata de nubes demasiado populares, en los supermercados no se venderían con etiquetas verdes y quizás estuviesen en la sección de transgénicos, con altos contenidos de gluten y elaborados con aceite de palma; y es que la base sobre la que se sustentan es, digamos, poco limpia.

Y aquí un miniapunte de física de nubes. En un mundo puro de ciencia ficción las moléculas de vapor de agua, independientes y puras, se podrían unir entre ellas para crear gotitas de agua pura suspendidas en virginales nubes, que precipitaría de forma pura para proporcionaros el agua más pura, insípida, incolora e inodora que podamos imaginar… ¡Ojo que en este rollo de mundo no tendríamos agua mineral!

En nuestro mucho más apasionante mundo real las cosas no pasan así, es prácticamente imposible que en la naturaleza las moléculas de vapor de agua se unan de forma natural. Necesitan imperiosamente la existencia de “núcleos de condensación”, pequeñas partículas que actúan como depósitos de las moléculas de vapor de agua, que terminan formando gotitas de agua líquida que pueden seguir agrupándose hasta alcanzar el tamaño de gota de lluvia y precipitar.

Así dependiendo del copyright de los núcleos de condensación que tenga una nube tendremos lluvia estupenda o no tan buena. La mayoría de estos núcleos de condensación están constituidos por sales marinas (¡bien!), son núcleos grandes y hermosos y nos dejaran agua mineral sin embotellar. Los cristalitos de hielo también funcionan bien.

La partículas de arena que arrastra el viento del desierto también funcionan cómo núcleos válidos, aunque si llegan en alta concentración es probable que nos llueva algo de barro. Pero también encontramos en la atmósfera partículas que proceden de combustión, (¡oh¡), que pueden contener por ejemplo metano, óxido de carbono o incluso azufre, partículas que también son estupendos núcleos de condensación y que no podemos declarar ilegales (¿y si D.Trump lee este post y decide levantar un muro?).

Ojo que no sólo el ser humano es responsable de la emisión de estos núcleos de condensación algo chungos, las erupciones volcánicas o los incendios naturales también son fuente de ellos.

*Fin del miniapunte en el que hemos dejado al lado los apasionantes procesos físicos que se dan en las nubes, lástima.

Ship Tracks, las ‘primas cercanas’ de las estelas de condensación

Vamos con las homogenitus. Hay un tipo de nubes que personalmente me parecen apasionantes y que no están demasiado documentadas, incluso no he sido capaz de encontrarlas en el extenso atlas de nubes de la OMM. Se trata de las SHIP TRACKS, cuya traducción al castellano es confusa (¿pistas de barcos? ¿trazos de buques?), así que las nombraré en inglés hasta que las reubaticemos bien.

Las Ship Tracks son una especie de primas cercanas de las estelas de condensación de los aviones, pero mucho más complicadas de ver. A excepción de los veleros, los patines de playa y algún tipo concreto de aeronave surcadora de las aguas que no me viene a la cabeza, todos los barcos emiten partículas de combustión que se pueden mezclar con las propias salpicaduras que origina su avance.

Los barcos emiten partículas de combustión que pueden actuar como semillas para formar nubes

Si se dan condiciones atmosféricas de gran estabilidad y mínima turbulencia en las capas bajas de la atmósfera, quizás una fuerte invasión térmica, estas partículas pueden actuar como auténticas semillas para formar nubes. El Pacifico Oriental es una zona donde pueden registrarse, sobre todo cuando masas de aire ártico se descuelgan hacia al sur. Pero también se pueden dar hacia las costas occidentales de Europa, cuesta encontrarla.

Si recurrimos a imágenes de satélites meteorológicos (mi debilidad reconocida) podemos obtener valiosa información sobre las Ship Tracks. En primer lugar nos muestran el camino seguido por el buque, nos dan información sobre su velocidad relativa a otras naves ya que los barcos más rápidos dejan Ship Tracks más compactas y agrupadas, mientras que el rastro de los más lentos es más ancho y menos difuso. Estas estelas reflejan también la dirección y velocidad del viento.

Si nos quedamos en la fase de simple “observador de nubes” estas nubes resultan curiosas para echarles un ojo desde los satélites, más difíciles de observar a simple vista que las estelas de los aviones por su ubicación sobre los océanos y por eso menos conocidas, pero… atractivas, ¿verdad?

La composición de las Ship Tracks

Pero podemos dar un paso más allá e intentar sacar conclusiones sobre estas nubes, o mejor dicho recopilar conclusiones extrapoladas por científicos más cualificados que nosotros. La composición de las Ship Tracks si las comparamos con las nubes generadas se forma “natural” es bastante distinta.

En primer lugar vemos que las Ship Tracks son bastante más brillantes que las nubes circundantes. Esto se debe a que las gotitas de agua que han formado estas nubes son más pequeñas que las de las nubes naturales y bastante más numerosas, lo que hace que tengan mayor superficie para poder reflejar la luz, es decir a la superficie del mar llega menos luz, menos energía, menos calor y se produce un efecto de “enfriamiento”.

Entonces, ¿solucionaríamos el calentamiento global inundando el mar de barcos que generen Ship Tracks a mansalva? No, en absoluto, esa gran estabilidad en las capas bajas no sería nada fácil de conseguir, así el efecto no sería muy importante y estaríamos incorporando a la atmósfera más núcleos de condensación de esos que antes he llamado chungos (combustión).

Además, las nubes con gotitas tan pequeñas pierden bastante capacidad de generar lluvia, los choques entre estas gotitas son menos efectivos y les cuesta mucho alcanzar el tamaño idóneo para precipitar. La presencia de contaminación parece cada vez más relacionada con la persistencia de sequías en algunas regiones del mundo.

Bueno, estos son los Ship Tracks, nubes homogenitus que surcan nuestros cielos y que en ocasiones se unen a otros fenómenos de la atmósfera. Despido este post con una imagen de satélite en las que vemos Vórtices de Von Karman absorben Ship Tracks. Yo estas fotos las disfruto mucho, ¿y tú?