Septiembre: el mes de las tormentas e inundaciones. ¿Por qué?

El fin del verano y el comienzo del otoño es una época propicia para las lluvias torrenciales por las condiciones meteorológicas que se producen.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

El fin del verano y el comienzo del otoño es una época propicia para las lluvias torrenciales por las condiciones meteorológicas que se producen

Las inundaciones producidas en los últimos días en pueblos de Toledo y los avisos amarillos por fuertes tormentas en 16 provincias entran dentro de la normalidad meteorológica característica del mes de septiembre. Una época en la que coinciden varios factores que favorecen la proliferación de estos fenómenos atmosféricos.

“Las tormentas son más habituales tanto al final del verano, como en primavera, ambas épocas de transición de masas de aire de diferentes características. Así, a finales del verano, tanto la superficie terrestre como en nuestro caso el Mar Mediterráneo están muy calientes y en cuanto se produce una entrada de aire más frío en capas medias y altas se dan las condiciones necesarias para la generación de tormentas”, señala Mar Gómez, doctora en Físicas y meteoróloga en Eltiempo.es.

Por tanto, el calor del final del verano se convierte en un ingrediente indispensable para la formación de estos fenómenos pero no el único. El contraste de las masas de aire frías y secas con las masas calientes y húmedas propician que las tormentas tengan más probabilidades de ser más intensas. “Esa diferencia térmica entre masas de aire de diferentes capas de la atmósfera es la que genera inestabilidad y las tormentas”, apunta Gómez.

Factores que influyen en las tormentas e inundaciones

Además, factores como la temperatura de la superficie terrestre, el agua del mar o la entrada de aire más frío de otras partes de Europa o del Atlántico también tienen una clara influencia en la formación de estas tormentas. Un evento habitual en las latitudes en las que se encuentran países como España.

Todas estas condiciones provocan que las nubes descarguen importantes volúmenes de agua en un corto periodo de tiempo generando inundaciones, como las ocurridas en los últimos días en pueblos de Toledo, de la Comunidad Valenciana o en el litoral levantino. Según los datos recogidos por el departamento de meteorología de Eltiempo.es, los meses más tormentosos son por este orden junio, agosto, septiembre y julio.

La relación de la DANA y las tormentas

Sin embargo, la localización de nuestro país y las características geográficas hacen que fenómenos como las DANAS, antiguamente llamados “gota fría” tengan una notable repercusión al final del verano.

“Las DANAS no son por sí solas “destructivas” pero si a ellas se le unen ingredientes como vientos húmedos de levante que aportan humedad, o un Mediterráneo caliente pueden provocar fuertes desarrollos nubosos y tormentas con importantes descargas de precipitación”, detalla Gómez para explicar las intensas precipitaciones que están ocurriendo estos días en la zona del Mediterráneo.