Riesgo de un posible “Niño” a mediados de año

A mediados de este 2014 podría darse el fenómeno de El Niño.

Mar Gómez

Mar Gómez

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha alertado sobre la posible aparición del fenómeno de El Niño a mediados de este 2014 debido a un aumento de las temperaturas superficiales de las aguas del Pacifico tropical ya que estas se han elevado hasta niveles similares a los que suelen registrarse antes de un episodio de este tipo. Sin embargo se espera que las aguas alcancen su temperatura máxima entre los meses de junio y agosto.

Además la mayoría de los modelos indican que podría producirse un episodio de El Niño hacia la mitad del año, aunque aún es demasiado pronto para determinar cuál será su intensidad.

El Niño es un fenómeno que se caracteriza por presentar temperaturas por encima de lo normal en el océano Pacifico tropical en su parte central y oriental y una disminución de los vientos alisios.

En condiciones normales las aguas del Pacífico en América del Sur, desde Chile hasta el sur de Ecuador, son frías y ricas en nutrientes y generan un ecosistema con abundante vida marina que explica la riqueza pesquera de países como Perú. El frío de las aguas se debe a la corriente de Humboldt o del Perú que proviene de las aguas de la Antártida. En su recorrido entre el norte de Chile y Perú genera, junto con la circulación de los vientos alisios, áreas costeras desérticas, consideradas entre las zonas más secas del mundo. A veces los vientos alisios se debilitan y atenuan la corriente fría de Humboldt, lo que hace que desde el otro lado del Pacífico, desde Indonesia y Australia, las aguas cálidas del océano lleguen a la costa sudamericana entre Chile y el sur de Ecuador y desplacen las aguas frías. Es entonces cuando llega El NiñoAdemás repercute de forma importante sobre el clima de muchas partes del mundo, elevando la temperatura del planeta. Por el contrario, su fenómeno opuesto, La Niña está asociado a un enfriamiento.

Desde el mes de febrero, los investigadores han detectado dos episodios de vientos fuertes del oeste y un debilitamiento de los viento alisios en el Pacífico tropical, lo que ha dado lugar a un calentamiento considerable de las aguas bajo el Pacífico central.

Los pronósticos de los modelos señalan que existen posibilidades bastante grandes de que se produzca un episodio de El Niño, probablemente hacia el final del segundo trimestre de 2014

indica el Boletín de la OMM “El Niño/La Niña hoy”.

Aproximadamente dos tercios de los modelos estudiados pronostican que El Niño alcanzará sus umbrales entre junio y agosto, mientras que el resto de modelos predicen una continuidad de las condiciones neutras. Unos pocos modelos predicen la aparición más temprana de un episodio de El Niño, esto es, en el mes de mayo. Ningún modelo pronostica un episodio de La Niña en 2014.

Durante los episodios de El Niño, el desplazamiento de la actividad tormentosa hacia el este, de Indonesia a la parte central del Pacífico, puede generar condiciones inusualmente secas en el norte de Australia, Indonesia y Filipinas. Asimismo a menudo se observan condiciones más secas de lo normal en el sureste de África y el norte de Brasil durante el invierno del hemisferio norte.

Durante el verano del hemisferio norte las lluvias del monzón indio tienden a ser menos abundantes de lo normal, especialmente en el noroeste de la India, donde los cultivos se ven perjudicados. A lo largo de la costa oriental de la región tropical de América del Sur se observan condiciones más húmedas de lo habitual así como en latitudes subtropicales de América del Norte (la costa del golfo de México) y América del Sur (el sur de Brasil y la región central de Argentina).

Cuando se produce un episodio de El Niño en invierno, los sistemas de baja presión en latitudes medias suelen tener más fuerza de lo normal en la región oriental del Pacífico Norte. Estos sistemas inyectan aire inusualmente cálido en el oeste de Canadá, Alaska y la región más septentrional de los territorios adyacentes de Estados Unidos de América. Las tormentas también tienden a ser más intensas en el golfo de México y a lo largo de la costa sureste de Estados Unidos, lo que provoca condiciones relativamente más húmedas en esta región.