¿Qué son estas inusuales auroras boreales azules?

Increíbles auroras boreales azules se han dejado ver en Suecia y Noruega. Os explicamos cómo y cuándo se producen.

Jorge Robles

Jorge Robles

Increíbles auroras boreales azules se han dejado ver en Suecia y Noruega. Os explicamos cómo y cuándo se producen

Vivir cerca del Círculo Polar Ártico tiene sus ventajas. Y mientras la mayor parte de los mortales nos tenemos que conformar con esplendidas puestas de sol, lo que tampoco esta nada mal, en estas regiones pueden disfrutar bastante a menudo de ese espectáculo que son las auroras boreales.

Pero es que a veces incluso ellos se sorprenden con una especie de “bonus-track” celeste. Así, durante la noche del 26 de octubre de 2017, en algunas zonas como Abisko (Suecia) o Tromso (Noruega) se pudieron fotografiar unas tremendas e inusuales instantáneas de auroras boreales de color azul eléctrico.

¿Apasionante o apocalíptico?… ¡Menuda duda boreal!

Lo primero que debemos de pensar es que las auroras boreales son un síntoma de que hay cierto jaleo en la alta atmósfera.

El sol esta muy vivo. Aproximadamente cada 11 años la actividad solar alcanza su punto máximo y aparecen las manchas solares, que son zonas más frías de color más oscuro.

La diferencia de temperatura entre esas manchas y el resto de la superficie solar genera erupciones solares en forma de grandes y violentas llamaradas que forman una ardiente nube de partículas y radiación llamada CME (Coronal Mass Ejection, o Eyección de Masa Coronal), que se desplaza a enorme velocidad por todo el espacio, llegando también a nuestro planeta que intenta defenderse como puede de esta radiación.

Afortunadamente la Tierra posee un núcleo metálico y gira sobre si misma generando un campo magnético, la magnetosfera, que actúa como escudo natural absorbiendo el impacto de las CME y desviando la radiación hacia los polos. Así se originan las auroras boreales en el Polo Norte y australes en el Polo Sur.

La luz auroral proviene principalmente de la excitación electrónica de los átomos de oxígeno, prevaleciendo la radiación verde a baja altitud y la radiación roja a mayores alturas. Estos son los colores habituales en la auroras.

Pero, ¿y ese color azul? El color auroral azul proviene exclusivamente de la excitación de moléculas de nitrógeno (N2). El nitrógeno es bastante estable y de forma natural no suele presentar grandes concentraciones por debajo de los 400 kilómetros de altitud.

Una posible explicación de estas extrañas auroras azules sería que estuviésemos bajo los efectos de una gran tormenta geomágnetica que pudiese llegar a excitar de forma espectacular las relativamente escasas moléculas de nitrógeno presentes en la atmósfera.

Pero una tormenta de estas magnitudes no hubiese pasado en absoluto desapercibida, las redes de telecomunicaciones se hubiese visto bastante afectadas y probablemente el número de dispositivos electrónicos cortocircuitados seria extraordinario, de modo que unas cuantas auroras de color azul no sería el más grande de nuestros problemas. Además nos consta que durante esos días la actividad geomágnetica no fue demasiado alta.

Así que solo nos queda pensar en un extraordinario aumento de la concentración de nitrógeno en esta zona de la atmósfera. Y parece que por ahí van los “tiros”, y nunca mejor dicho.

Resulta que en la misma fecha se produjo a muchos kilómetros de estas zonas otro fenómeno inusual y también azulado. Durante esa madrugada en amplias zonas del extremo norte de Rusia se pudo vislumbrar una serie de “Glowing Ball” (esferas brillantes) que se desplazaban sobre los fríos cielos siberianos.

La explicación, al menos “oficial”, de esta seria de esferas brillantes no es demasiado romántica y parece lejos de teorías conspiratorias tipo fin del mundo, invasiones aliénigenas o portales a otra dimensión.

Ese el Ministerio de Defensa Ruso realizando ejercicios estratégicos lanzo cuatro misiles Topol-M desde el cosmódromo de Plesetsk, con destino al campo de pruebas de Kura (Kamchatka, en la costa del Pacifico).

Estamos demasiado acostumbrados a las películas de acción y a las llamaradas que surgen de los misiles, de modo que la emisión de los gases de escape en forma de esferas nos resulta bastante extraña o, mejor dicho, van un poco en contra de nuestra intuición.

Pero este tipo de misiles se desplaza en la alta atmósfera donde no hay mucho aire y las cosas son mucho más simétricas. El escape de estos cohetes se expande en forma de gran burbuja que es “iluminada” por un sol que ya esta oculto bajo el horizonte pero que si incide aún sobre esta capa de la atmósfera.

Así, a la espera de que algún 007 nos confirme exactamente la composición del combustible utilizado por los Topol-M soviéticos, la presencia de un mayor número de moléculas de hidrógeno parece ser la explicación más convincente para existencia de estas impresionantes auroras de color azul.