Qué pasa en otoño con la naturaleza: la estación de los cambios

Aves migratorias, explosión de colores en los bosques caducifolios y brumas son fenómenos de lo que pasa en otoño en la naturaleza

María José Montesinos

María José Montesinos

Aves migratorias, explosión de colores en los bosques caducifolios y presencia de brumas son algunos de los fenómenos destacados del otoño

El 22 de septiembre, a las 21.21 hora peninsular, ha comenzado el equinoccio de otoño este año. ¿Qué pasa en otoño con la naturaleza? No hay duda de que es una estación llena de cambios. Algunos son tan espectaculares que se pueden percibir, a poca atención que se preste,  incluso para quienes viven en la ciudades.    

Típica imagen del otoño en los bosques de hoja caduca. Fuente: Pexels

Esa fecha llega el fin del verano que se produce con el equinoccio de otoño. Se trata del momento en el que las horas de luz diurna se igualan a las de la noche. De hecho, el vocablo equinoccio se traduce como ‘igual noche’.

Septiembre marca el inicio del otoño

Desde el punto de vista meteorológico, el mes de septiembre, que marca el inicio del otoño, suele ser un mes de transición, en el que se pasa de la estabilidad meteorológica del verano al tiempo incierto del otoño, con la aparición de frentes lluviosos y la bajada de los termómetros.

Las lluvias son frecuentes en otoño. Fuente: Pixabay

No obstante, el clima extremo que suele afectar a la Península Ibérica puede traer tanto tiempo muy seco como producir temibles lluvias que provocan grandes crecidas en los ríos.

Baja la intensidad solar

A estas alturas del año, la potencia de los rayos solares ha disminuido notablemente. La sequedad es menor, vencida por las primeras lluvias, y las temperaturas aún son relativamente altas. Esto permite la descomposición de la materia orgánica, fácil de percibir por el aroma a mantillo que se huele en el ambiente.

Moras y frambuesas, creciendo entre las zarzas, sirven de alimento a la fauna y los seres humanos

En los campos, ha llegado el tiempo de la cosecha. Maduran las uvas y se vendimia. Las moras y frambuesas salpican de motitas de color las zarzas,   y  sirven de alimento a las personas y a la fauna.   

Moras y frambuesas alimentan a fauna y seres humanos. Fuente: Pexels

De ellas se alimentan las aves migradoras ya que tienen un enorme gasto energético durante su viaje, y deben colmarse de alimento antes de partir, acumulando grasas. La migración otoñal de las aves es sin duda uno de los fenómenos más espectaculares de los que nos brinda la naturaleza.

El paso de las aves migratorias

En estos momentos, preparan ya su viaje, y estarán durante semanas pasando por la península ibérica, millones de aves que provienen de Centroeuropa, e incluso más lejos: de Finlandia o Rusia. Cruzarán España en su camino hacia sus cuarteles de invierno, en el norte de África.

Los pequeños frutos del bosque servirán a las aves para alimentarse. Fuente Pixabay

Algunas especies son fácilmente visibles por su tamaño, como los halcones abejeros, o por viajar en grupos, como las grullas. Especialmente impresionante es el paso de estas aves zancudas, que llenan nuestros humedales en su periplo hacia las zonas del Sáhara.  Aunque algunas de ellas, preferirán quedarse en nuestro país, en Extremadura, o incluso más arriba, en el valle del Ebro.

Las grullas pasan por España en su migración hacia África. Fuente: Pexels

El paso migratorio de las aves es uno de los fenómenos más espectaculares que nos brinda el medio natural, uno de los ejemplos más potentes de lo que pasa en otoño con la naturaleza. Muchas aves se comportan como gregarias en esta estación, agrupándose en bandos de miles para ir en busca de alimento o para dormir, como sucede con estorninos y grajillas, ánades y avefrías.

La aves vuelven por la tarde a sus dormideros. Fuente: Pexels

Las bandadas de estorninos crea coreografías de cientos de ejemplares volando al unísono y haciendo figuras en el aire, mientras regresan a sus dormideros, es una de las maravillas más fascinantes que podemos disfrutar de lo que pasa en otoño en la naturaleza. Posiblemente podremos verlos incluso cerca de nuestra casa, en parques urbanos o en pequeñas agrupaciones de árboles.

Otro de esos elementos de la naturaleza marcadamente otoñales es el cambio de colores de los árboles y arbustos caducifolios, es decir, de hoja caduca, que llega conforme avance el frío.  Estos bosques toman colores inusitados: rojos, dorados, ocres, antes de desprenderse de sus hojas y hacen que esta sea su época más bella, con esa sinfonía multicolor salpicando nuestras pupilas.

Espectáculo de color de los bosques caducifolios

El cambio de tonalidades en los árboles caducifolios se produce porque la clorofila verde es degradada y aparecen otros pigmentos que dan esos colores efímeros a los bosques. El nuevo aspecto de la vegetación es una de las características más relevantes de lo que pasa en otoño con la naturaleza.

Brumas y nieblas se repiten durante el otoño. Fuente: Pexels

Meteorológicamente, conforme nos adentremos en el otoño irán siendo frecuentes las brumas y nieblas. Unos de los meteoros propios de esta época que aparecen debido a la presencia de anticiclones. Los anticiclones invaden las regiones interiores continentales proporcionando viento encalmado y el aire sumamente seco.

Pero por la noche, la falta de vapor de agua favorece la pérdida de calor (irradiación) y el enfriamiento nocturno origina la niebla de irradiación

Por el día, el sol llega a calentar el suelo y produce una agradable sensación térmica. Pero por la noche, la falta de vapor de agua favorece la pérdida de calor (irradiación) y el enfriamiento nocturno del aire más próximo al suelo. Esto implica que una capa de aire frío se instala junto al suelo. Este enfriamiento favorece la condensación del vapor de agua originando lo que los meteorólogos llaman niebla de irradiación, fenómeno habitual en el interior de la península y en los grandes valles.

Las nieblas proliferan en otoño. Fuente: Pixabay

También cuando el aire de las capas bajas se enfría, se forman nieblas de río, que se producen cuando la temperatura del aire más es fría que la del agua. Al condensarse el vapor de agua que asciende desde el río se forma la niebla.

La disminución de las horas de sol que tiene el día y las lluvias darán lugar a una mayor humedad ambiental

 La atmósfera sufre un enfriamiento generalizado y las noches se alargan.  La disminución de las horas de sol que tiene el día y el aumento de las lluvias darán lugar a una mayor humedad ambiental que hará rebrotar las plantas herbáceas.

Otoño: tiempo de setas y de hongos

Así, en tanto las temperaturas no sean demasiado frías, en otoño la humedad facilita la acción de los organismos descomponedores que degradan la materia orgánica. Es el tiempo de los hongos, que fructifican en las conocidas setas, algunas de cuyas especies son muy buscadas hasta que llegan las heladas.

Otoño es el tiempo de las setas. Fuente: Pexels

Listos para la berrea

Mientras muchas especies se disponen a invernar escondiéndose en sus madrigueras, otros animales se disponen a reproducirse. Así en los bosques, resuena la berrea de los ciervos, ritual que desarrollan los machos defendiendo los grupos de hembras, mediante mediante peleas. Escuchar el bramido de los ciervos, y el estruendo de los choques de sus cornamentas al luchar es otro de los espectáculos más curiosos de lo que pasa en otoño en la naturaleza.

La berrea del ciervo, un espectáculo fascinante de la naturaleza en otoño. Fuente: Pexels

Otoño marca igualmente el inicio del ciclo agrícola, ya que es momento en el que tradicionalmente se realizaba la siembra del cereal. Esta es, igualmente, la época en el que los rebaños dejan la montaña, e inician la trashumania, dirigiéndose a las zonas bajas.