¿Puedes ponerte moreno detrás de una ventana?

El vidrio absorbe gran parte de la radiación UVA que llega del Sol

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Cuando nos ponemos detrás de una ventana en un día soleado podemos llegar a notar algo de quemazón en nuestra piel. Pero ¿realmente nos podemos poner morenos detrás de una ventana? Sin más preámbulos: no, no podemos ponernos morenos detrás de un cristal (o, al menos, es muy, muy difícil).

¿Por qué no puedes ponerte moreno tras la ventana?

La idea fundamental es que, cuando llega radiación a un material, éste puede absorber parte de ella. Pues bien, el vidrio de las ventanas es un material capaz de filtrar radiación ultravioleta.

A pesar de que la cantidad de radiación ultravioleta que se filtra depende del tipo de vidrio y que la facilidad o dificultad para ponernos morenos depende de nuestro tipo de piel, la cantidad de radiación que se transmite parece lo suficientemente pequeña como para no permitir ponerse moreno tras una ventana.

Para llegar a esta conclusión nos hemos acercado hasta la Facultad de Ciencias Físicas de la Universidad Complutense de Madrid y, junto con algunos profesores del departamento de Óptica, hemos hecho un experimento para comprobar si los rayos UVA son capaces de atravesar las ventanas del edificio y de un coche.

Para ello, hemos medido la señal que llegaba del sol y la hemos comparado con la señal que recibimos detrás del vidrio.

Ventana de edificio

Los resultados los podemos ver en las siguientes gráficas. La zona que hemos marcado en color morado (desde la longitud de onda de 400 nanometros [nm] hacia abajo) es la región ultravioleta y, de forma sencilla, digamos que cuanto más nos aproximemos al cero, más energética es esa radiación y más peligrosa para nosotros.

Por tanto, tenemos que fijarnos en si el cristal filtra esa parte de la radiación o no, sobre todo, en las longitudes de onda más pequeñas: la zona más a la izquierda en nuestras gráficas.

Más de la mitad de la radiación UVA que llega a la ventana no llega a atravesarla

Con la línea roja hemos representado lo que medíamos directamente del sol. Con la azul, lo que nos llegaba detrás de la ventana. Si nos centramos en la zona que hemos señalado en morado, observamos que la línea azul está por debajo de la roja, lo que indica que el vidrio está filtrando parte de la radiación UVA que ha llegado.

Lo hace sobre todo a partir de 350 nm, donde se transmite sólo el 40% de la radiación que llega (estos cálculos los hemos hecho pero no los mostramos aquí)

En otras palabras, más de la mitad de la radiación UVA que llega a la ventana no llega a atravesarla. De hecho, lo que nos muestra este gráfico es que la radiación más energética (y la que más daño hace a la piel) pasa con muchísima dificultad o, incluso, no llega a transmitirse.

Ponerse moreno tras la ventana del coche

Los cristales de los coches (principalmente los últimos modelos) están algo tintados. En este caso concreto se traduce en que, de entrada, se filtra un 50% de toda la radiación que llega. Pues bien, a la radiación UVA le cuesta pasar aún más que con la ventana: en 350 nm, cerca del 80% de la radiación ya ha sido absorbida y por debajo de 330 nm no pasa prácticamente nada.

Además, repetimos el mismo experimento con crema solar. Básicamente lo que hicimos fue poner un “pegote” de crema en el cristal y ver si los efectos de la crema solar podían apreciarse sobre la ventana del coche.

No observamos grandes diferencias entre la transmisión de la radiación UVA con la crema en el cristal y sin ella (la línea verde de la gráfica de arriba), lo que nos llevó a pensar que el efecto del cristal es aún mayor que el de la crema solar o que ésta solamente tiene efectos aplicada sobre la piel. Lo que sí está claro es el efecto que tiene sobre el cristal: una mancha que nos costó un poquito quitar.

En definitiva, lo que hemos demostrado con estos experimentos es que la cantidad de radiación que se transmite depende en gran medida del vidrio que tengamos delante pero que, independientemente de qué tipo sea, este material tiende a filtrar gran parte de la radiación UVA.  Aunque notemos que nos quemamos, es muy difícil ponerte moreno detrás de una ventana.