Prohibido comer peces: la contaminación del Ebro salta la alarma
Javier Vegas
Los afluentes del río Ebro tienen tramos muy afectados por la contaminación de químicos.
Los peces de los ríos de la cuenca del Ebro mantienen niveles altos de contaminantes de origen químico, una situación que ha puesto en alerta al Gobierno de Aragón, prohibiendo el consumo de peces capturados en los principales afluentes.
Los mayores focos se encuentran en los afluentes de la margen izquierda del Ebro, en tramos que discurren por zonas industriales. El Gállego, el Cinca, el Huerva, y el Jalón son los más afectados por estos contaminantes.
Los análisis realizados en ejemplares han puesto en alerta a la la Consejería de Desarrollo Rural, quien ha tomado la decisión de incluir la prohibición en el plan de pesca de este año. Por lo tanto, existe la obligación de devolverlos al cauce salvo que se trate de especies invasoras.
Tramos afectados por la contaminación
Las restricciones a la pesca de ejemplares tienen lugar en aquellas zonas que cruzan zonas industriales, como es el caso del Cinca desde la localidad de Monzón. Por su parte, en el Gállego la prohición afecta hasta el embalse de La Peña, en el Huerva aguas abajo de Botorrita y en el Jalón desde Bárboles.
El Gállego, el Cinca, el Huerva y el Jalón son los ríos más afectados por estos contaminantes.
Recientes estudios ya habían avisado de niveles altos de PBDE (difenil éteres polibromados) en la cuenca del Ebro, un retardante de llama cuyo uso fue prohibido hace diez años
Pese al 5 % la reducción anual de PBDE en el medio ambiente, los niveles
en los ríos están muy por encima de lo exigido en calidad ambiental en la Directiva Europea del Agua. Por lo tanto, se tardarían décadas en cumplir la normativa que entrará en vigor en el 2021.
Estos puntos negros de los ríos aparecen en los informes que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) elabora sobre la calidad global de las masas de agua.
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