¿Por qué tiritamos con el frío?

Tiritas de forma involuntaria cuando hace mucho frío. ¿Por qué?

Marian

Marian

Cuando el termómetro baja, el cuerpo humano reacciona de una forma que podría parecer, cuanto menos, estúpida. En lugar de tener un órgano-calefacción que se encendiera cuando tenemos frío (yo lo llamaría «termopáncreas» o «colonfacción», por ejemplo), nuestro cuerpo lo que hace es activar el modo vibración.

Tiritamos de pies a cabeza, muelas empastadas incluidas, por alguna extraña razón. Pero la naturaleza es sabia, y en realidad este fenómeno curioso tiene una explicación bastante lógica. ¿Quieres saber cuál es? En eltiempo.es te la desvelamos.

Tiritar es un mecanismo de defensa de tu cuerpo frente a las bajas temperaturas. Cuando la piel comienza a enfriarse, sus receptores (que están ya con el moco colgando), mandan una señal al cerebro para que deje de pensar en sus cosas y haga algo para darle calor al cuerpo.

El cerebro lo que hace es mandar órdenes a los músculos para que se contraigan rápidamente, corregir esta bajada de temperatura y prevenir la hipotermia. Es como si hicieras ejercicio sin querer.

La temperatura habitual a la que está el organismo es de aproximadamente 36.5ºC, y la misión de tu órgano inteligente (el cerebro) es mantenerla a toda costa.

No es manía, es que si la temperatura de tu cuerpo llega a descender hasta los 32ºC, sufrirías amnesia; si baja hasta los 27ºC, perderías el conocimiento, y si, por alguna razón, desciende hasta los 21ºC, morirías. Así que, ya sabes, deja de darte golpes tontos en la cabeza y procura mantener tu cerebro sano.

Con el frío, lo habitual es frotarse las manos para entrar en calor, ya que es lo primero que se enfría. Este movimiento no suele ser suficiente (te cansas pronto, eso te pasa por no ir al gimnasio que llevas pagando desde enero), y el cuerpo reacciona automáticamente activando la homeotermia, es decir, tu ya citado modo vibración. Los temblores te indican que estás demasiado expuesto al frío. Ponte una rebequita.

Cuando tiritas, tus músculos (gobernados de forma autoritaria por tu cerebro) se contraen y relajan compulsiva y repetitivamente con la única finalidad de generar calor y aumentar la temperatura corporal para volver al equilibrio térmico. Esto incluye los de la mandíbula, que también reaccionan y provocan el famoso castañeteo flamenco de los dientes. Los espasmos musculares son una reacción involuntaria, como respirar o pitar en un atasco, y consumen una gran cantidad de energía. Por este motivo, en invierno es necesario alimentarse correctamente con alimentos altamente energéticos; por eso, y porque no me comes ná, que estás mu delgao.

Fuente: Forges