Por qué las avispas se vuelven más molestas al final del verano

Pablo Ramos

Pablo Ramos

El ciclo de vida de las avispas está detrás de por qué parecen aún más activas al final del verano

Las avispas se vuelven más molestas al final del verano, especialmente durante el mes de septiembre. O al menos es la sensación que tienen muchas personas. Detrás de esta percepción, hay diversas causas. La gran mayoría de ellas relacionadas con ciclo de vida de las avispas y con su alimentación.

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En los meses de verano, las avispas que salen de la colonia tienen un objetivo claro: proporcionar proteínas y nutrientes a las larvas para que puedan crecer de forma correcta y mantener de este modo la supervivencia. Es por ello que se observan de forma frecuente en infinidad de lugares como parques, jardines, en plena naturaleza, campo con la finalidad de obtener alimentos. 

De este modo, las avispas obreras son las encargadas de conseguir la comida para la subsistencia de las larvas en sus pulpas. Y a cambio reciben el azúcar y los carbohidratos que segregan estas larvas en su crecimiento. Se cree que este es el principal modo de nutrición de las avispas obreras adultas.

Las avispas que salen de la colonia tienen un objetivo claro: proporcionar proteínas y nutrientes a las larvas para que puedan crecer de forma correcta

Cada colonia producirá varios miles de avispas obreras y se mantienen muy ocupadas durante gran parte del verano alimentando a estas crías y a cambio reciben esos azúcares. 

Avispas activas al final del verano

Este comportamiento es lo más habitual durante los meses de junio, julio y agosto. Pero con la llegada del mes de septiembre y el final del verano, las avispas parecen volverse mucho más molestas. Las causas tras este campo de comportamiento son variadas. 

Cuando una larva está completamente alimentada, aproximadamente a las dos semanas de edad, está lista para metamorfosearse en una avispa adulta. Tendrá su propio casquete de pupa y ya no necesitará el cuidado de sus hermanos adultos. 

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Así, el mes de septiembre es el momento en el que muchas de las larvas nacen y se convierten en avispas adultas por lo que se incrementa el número de individuos en la población. En este caso, al aumentar la población, su presencia en los ambientes fuera de la colonia se hace más frecuente. 

Incremento la población de avispas

Además, como no las crías nacen, la proporción de trabajadores por larvas cambia, y a medida que el verano se acerca al otoño, esta proporción cambia aún más, por lo que hay menos larvas y más avispas obreras.  Este incremento de la población también conlleva una reducción en la producción de azúcares y carbohidratos que generan las larvas, uno de los principales nutrientes de las avispas obreras. 

Las avispas tienen que salir a buscar nutrientes en el entorno por lo que son más activas y molestas

Al haber menos alimento disponible en la colonia, las avispas tienen que salir a buscar nutrientes en el entorno por lo que son más activas y molestas, especialmente si nos encontramos al aire libre, durante una barbacoa, un picnic o un paseo.  Unas exploraciones en las que buscan obtener azúcar y nutrientes no solo en las flores, también en las comidas que disfrutamos las personas. 

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Según los expertos, estos cambios de comportamiento surgen en respuesta a las necesidades de su sociedad. De hecho, que las avispas sean más molestas al final del verano es una adaptación a sus necesidades y las demandas de la colonia. 

Esta información está basada en la información publicada por The Weather Network sobre las avispas

Avispas en España 

En España existen decenas de especies de avispas autóctonas que cumplen un papel fundamental para la biodiversidad y poco o nada tienen que ver con la avispa asiática.  Ya que, como las abejas, también son una de las principales especies polinizadoras de las plantas. 

En España son numerosas las especies de avispas autóctonas que es posible encontrar en los núcleos urbanos ya que son insectos muy adaptables y capaces de encontrar recursos alimenticios y refugio en los numerosos espacios, infraestructuras y edificaciones propias del medio urbano.

“Con un carácter general todas las avispas de especies autóctonas son consideradas intrínsecamente beneficiosas y contribuyen a la polinización de las plantas y al control y actúan como depredadores activos, de otras especies de insectos, algunas de ellas potenciales plaga. No obstante, esa capacidad para picar es el motivo por el cual estos animales suponen, en ocasiones, un motivo directo de riesgo para el ser humano – por su picadura o posible alergia – o una fuente de molestia para sus actividades”, explican los expertos de la Unidad Técnica del Control de Vectores del Ayuntamiento de Madrid.