¿Por qué el verano nos da felicidad?

Algunas personas son más reacias a la llegada del verano. Las razones son razonables: esta estación nos trae calor más intenso, temperaturas extremas, sudor, descenso de las lluvias, etc. Pero lo cierto es que son muchos los estudios los que indica que el verano nos da felicidad.

Esta época del año se caracteriza porque los días son más largos y las noches más cortas. Este aumento de las horas de luz es precisamente el principal motivo por el que el verano nos da felicidad.

Además, no sólo nos encontramos cada vez más cerca de las vacaciones, sino que adicionalmente en junio se cobra la paga extra, lo que siempre es un incentivo para nuestra felicidad. ¡Y encima para muchos llega la jornada intensiva! 

Tenemos más tiempo libre para hacer planes, salir con los amigos o simplemente quedarnos en casa con el aire puesto. Esto hace que nuestra mente se relaje más en esta época.

Si sumamos la llegada de las vacaciones, la reducción de la jornada laboral y el aumento del salario creo que es difícil que no consideremos que el verano nos da la felicidad. Pero, no sólo es una cuestión laboral, tanto nuestra mente como nuestro cuerpo se benefician del aumento de las horas de sol. ¿Será por eso que el 20 de junio se considera el día más feliz del año?

El verano nos da felicidad mental

La falta de luz induce a la depresión, en países nórdicos incluso determinadas personas se exponen a tratamientos de luz para paliar su ausencia. Todo esto está relacionado a nivel hormonal, a mayor cantidad de luz, mayores niveles de serotonina y mejor estado de ánimo, por ello que se diga que el verano nos da felicidad.

Por eso, con la llegada de la primavera y el verano, con las mayores horas de luz, nos mejora el autoestima. ¿Por qué? Porque cuando aumentan las horas de luz solar lo hacen los niveles de serotonina, ya que nuestro cuerpo absorbe más vitamina D y, esto hace que nos sintamos más felices.

Además, el aumento de la exposición solar pone en marcha el proceso de segregación de endorfinas, que son las responsables de producir la sensación de bienestar y placer.

La consecuencia más visible de ello es que tenemos más ganas de salir, hacer planes, trabajar en equipo, etc. Pero no debemos olvidar que  hay que tomar el sol con precaución para evitar lesiones en la piel. Para obtener los beneficios de los que hablamos no es necesario que lleguemos a quemarnos. Tomar el sol en exceso puede producir eritemas. 

Beneficios del sol para el cuerpo

Cuando transpiramos nuestro cuerpo se detoxifica y expulsamos toxinas, lo cual ayuda a tener una adecuada función inmune. Así mismo, nos ayuda a lucir una piel más lisa. Cuando sudamos eliminamos poros, lo que hace que se eliminen puntos negros y acné.

Sin embargo, este es sólo uno de los beneficios del sol para el cuerpo. Otro de los beneficios saludables que nos aporta el sol, es que cuando tenemos calor preferimos comer alimentos frescos.  El consumo de frutas y verduras de bajas calorías en sustitución de las copiosas comidas y potajes de invierno nos ayudan a llevar una dieta más saludable.