Así será la primera misión de la Nasa al Sol

La Nasa acaba de dar a conocer la que será la primera misión al Sol. Aquí todos los detalles.

Alejandro Riveiro

Alejandro Riveiro

La NASA anuncia su misión Parker Solar Probe para ‘tocar’ el Sol por primera vez en la historia en el verano del 2018

Hoy, la NASA ha anunciado que su misión para «tocar» el Sol pasa a ser conocida como la Parker Solar Probe, en honor a Eugene Parker. Es la primera vez que una misión de la agencia americana es nombrada en honor de un investigador vivo. Pero, ¿en qué consiste la misión? ¿cuál es su objetivo?

Un cambio de nombre

La NASA ha celebrado una conferencia esta tarde, a las 17:00 (hora peninsular) para explicar que su misión al Sol,  conocida hasta el momento como Solar Probe Plus, pasa a denominarse Parker Solar Probe (sonda solar Parker). Es la primera vez que la agencia americana nombra una misión en honor a un investigador vivo. Allá por la década de 1950, Eugene Parker predijo correctamente la existencia del viento solar, así como el aspecto del campo magnético en las regiones exteriores del Sistema Solar.

Queremos aprovechar esta oportunidad para hablar de la misión de la Parker Solar Probe. En verano de 2018, la NASA enviará una nave hasta el Sol. El objetivo es tocar la superficie del Sol. No será de manera literal. En su lugar, orbitará a unos 6,5 millones de kilómetros de distancia, en la atmósfera exterior. Es una región de nuestra estrella conocida como la corona. Es posible observarla desde la Tierra durante los eclipses solares.

Para lograr llegar a su destino, la sonda será lanzada entre el 31 de julio y el 19 de agosto de 2018. Realizará siete aproximaciones a Venus a lo largo de siete años, con el objetivo de reducir su órbita alrededor del Sol. Finalmente, la nave llegará a acercarse a poco más de seis millones de kilómetros. Será siete veces más cerca de lo que cualquier otra nave haya llegado antes. Una vez allí, rRealizará tres sobrevuelos a esa distancia, y analizará la atmósfera exterior de nuestra estrella.

La ciencia del Sol

La Parker Solar Probe utilizará una combinación de instrumentos para mejorar nuestra comprensión de la corona. Así como para comprender mejor el origen y evolución del viento solar. Todo esto nos permitirá mejorar nuestra capacidad para hacer frente a los cambios en el entorno de la Tierra. Por ejemplo, podremos prepararnos mejor ante la llegada de tormentas solares.

También seremos capaces de proteger mejor nuestros satélites del viento solar, un chorro de partículas constante procedente de nuestra estrella.

Además, la nave intentará dar respuesta a algunas de las incógnitas que rodean a la corona. Mientras la superficie del Sol puede llegar a alcanzar temperaturas de unos 6.000ºC, la corona puede llegar a registrar temperaturas de varios millones de grados. No estamos completamente seguros de por qué. También es en esta región donde las partículas del Sol son aceleradas. Es el lugar de nacimiento del viento solar (que está compuesto por partículas que viajan a velocidades supersónicas).

Con la Parker Solar Probe, podremos estudiar los mecanismos físicos que provocan esa aceleración. Además, un conjunto de instrumentos analizará los campos magnéticos, las partículas energéticas y el plasma de nuestra estrella. Para lograrlo, la nave estará equipada con un escudo de calor. Será capaz de hacer frente a temperaturas de hasta 1.400ºC, permitiendo que el instrumental a bordo opere a una temperatura en torno a los 20-25ºC.

Seis décadas persiguiendo este objetivo

Desde hace 60 años, los científicos ansiaban poder estudiar la corona del Sol. Comprender su funcionamiento no sólo nos permitirá protegernos mejor de los fenómenos solares, como posibles tormentas solares.

También nos permitirá entender mejor el funcionamiento de nuestra estrella. Pero, para lograrlo, ha sido necesario esperar hasta la llegada de las herramientas y la tecnología capaces de enfrentarse al agresivo entorno solar. Tecnología que, sencillamente, no existía hasta este momento.

Aunque el lanzamiento se producirá en verano del próximo año, durante una ventana de 20 días en la que las condiciones serán ideales para enviar la nave rumbo al Sol, será necesario esperar hasta mediados de la década de 2020 para recibir los resultados. Durante los siete años siguientes a su lanzamiento, la nave se acercará a Venus en siete ocasiones.

En cada paso, aumentará su velocidad gracias a la ayuda gravitacional del planeta. El resultado será que realizará órbitas cada vez más cercanas al Sol.

En el momento de mayor cercanía, a algo más de 6 millones de kilómetros, la Parker Solar Probe llegará a moverse a más de 700.000 kilómetros por hora. A esa velocidad, hará tres pasos alrededor del Sol. Por desgracia, no será posible acercarse más porque el siguiente paso por Venus obligaría a la nave a pasar por el interior del planeta para aumentar su velocidad. Pero que la cifra no te lleve a engaño. Seis millones de kilómetros no es una distancia lejana de nuestra estrella.

Un desafío tecnológico que merece la pena

La nave permanecerá en órbita alrededor del Sol unos 170 días. De ellos, 11 los usará para analizarlo a fondo. El resto del tiempo, será usados para la transmisión de datos a la Tierra. Cuando llegue a su destino, será la primera sonda en lograr acercarse tanto hasta nuestra estrella.

En estos momentos, ese récord lo ostenta la nave Helios 2. En 1976, se acercó a algo más de 41 millones de kilómetros. Es decir, casi las dos terceras partes de la distancia que separa a Mercurio del Sol. La Solar Parker Probe, por su parte, orbitará 10 veces más cerca que Mercurio.

Así que será la primera nave en explorar realmente nuestra estrella. La última región que nos faltaba explorar en el Sistema Solar. Hemos enviado naves a todas las regiones, pero nunca nos hemos acercado tanto a nuestro astro. En su destino, la Parker Solar Probe tendrá que aguantar un viento solar 500 veces más intenso que el que experimentan las naves en la órbita de la Tierra. Esta es la única estrella que podemos estudiar.

El Sol proporciona el calor y la luz para la vida en la Tierra. Comprenderlo mejor nos permitirá entender cómo se desarrolló la vida. Del mismo modo, comprender qué provoca que la corona sea mucho más cálida que la superficie será muy útil. Entender el viento solar, por su parte, nos permitirá proteger nuestros satélites, y reaccionar mejor a sus efectos. Puede cambiar las órbitas de nuestras naves, acortar su vida útil o interferir con dispositivos electrónicos.

Cada vez dependemos más de nuestra tecnología. En ese marco, es imprescindible comprender mejor a nuestra estrella. Tiene la capacidad, si no tomamos las medidas adecuadas, de dejarla inutilizada.