Osiris-Rex: la nueva y trepidante misión de la Nasa

La sonda espacial Osiris-Rex parte hacia un asteroide que podría impactar con la Tierra a finales del siglo XXIII.

Jorge Robles

Jorge Robles

Me encanta la NASA, bueno y la ESA y en general cualquier agencia espacial. Y es que cuando lees sobre cualquier misión espacial parece que estas frente a un espectacular guion de una película de ciencia ficción.

Si la misión OSIRIS-REX (Nasa) fuese un guion cinematográfico contendría los siguientes ingredientes:

EL ARGUMENTO;

Un prestigioso grupo de científicos deciden enviar una sonda a un asteroide que cada seis años pasa cerca de la Tierra y que en un par de siglos podría incluso llegar a colisionar contra ella. Además el asteroide es rico en carbono y tan primitivo que las muestras que se recojan puede llegar a resolver algunas dudas sobre el origen del Sistema Solar y de nuestro planeta. Por si esto fuera poco con esta misión se ponen a prueba la tecnología más avanzada, que en pocos años puede permitir enviar misiones tripuladas al espacio profundo.

EL PROTAGONISTA: OSIRIS-REX.

Osiris-Rex es el nombre de la sonda espacial. Acrónimo de Origins Spectral Interpretation Resource Identification Security Regolith Explorer… Orígenes, interpretación espectral, identificación de recursos, seguridad y exploración de regolitos (¿…?). Además, la figura mitológica del dios egipcio Osiris proporciona un atractivo logo a la misión.

Osisri-Rex es una nave de 2110 kgr (combustible incluido), realmente se trata de una especie de “caja” de apenas 18 metros cúbicos con unos paneles solares que aportan una superficie extra de algo más de 9 metros cuadrados, que será lanzada a bordo de un cohete Atlas V.

LOCALIZACIÓN PRINCIPAL : ASTEROIDE BENNU.

La elección de Bennu (o 1999 RQ36) entre más de medio millón de asteroides conocidos no es un capricho. Se trata de un NEO (acrónimo de “Near Earth Object”, objetos cercanos a la Tierra, cometas y asteroides atrapados por la gravedad del  Sol o de los planetas), que presenta una órbita similar a la de la Tierra (con baja excentricidad), su periodo es de 436,6 días (1,2 años) y le acompaña el adjetivo de “peligroso”, ya que cada seis años se acerca demasiado a la Tierra, astronómicamente nos pasa rozando (entre 350.000 y 450.000 km).

Además, Bennu presenta el tamaño ideal para esta misión. Los asteroides que de un diámetro inferior a los 200 metros giran demasiado rápido como para que una nave se pose en ellos, y tienden a expulsar todo el regolito de su superficie (el regolito es la capa de materia no consolidada, como pequeños fragmentos de roca y granos de minerales). Pero Bennu tiene un diámetro de 575 metros. Perfecto.

Y por si fuera poco su composición es rica en carbono, lo que significa que se trata de un asteroide muy primitivo, que apenas ha sufrido cambios en los últimos cuatro millones de años y que puede contener moléculas orgánicas y aminoácidos que quizás hayan podido ser los precursores de la vida en la Tierra. Apasionante.

PRINCIPALES ESCENAS

EL LANZAMIENTO.

El día 8 de septiembre de 2016 a las 23:05 GMT está previsto el lanzamiento de Osiris-Rex desde Cabo Cañaveral, o al menos se abre una “ventana de lanzamiento” de 34 días.

VIDA EN EL ESPACIO CERCANO.

Una vez lanzada al espacio Osiris-Rex se mantendrá cerca de un año orbitando alrededor del sol. Pasado este periodo podrá aprovechar el campo gravitatorio de la Tierra para impulsarse hacia Bennu. En agosto de 2018 alcanzará el asteroide y empezará una etapa de estudio muy interesante en la que los científicos de la Nasa localizarán las zonas más prometedoras para el “abennuzaje”.

La alta tecnología de esta sonda incluye varias cámaras de alta definición, que nos enviarán imágenes de Bennu ya desde una distancia de 2 millones de kilómetros. Además, se realizará una cartografía de todo el asteroide, incluyendo un exhaustivo mapeado tridimensional.

A través de medidas indirectas (espectrografía), tendremos una idea muy clara de los elementos químicos presentes en la superficie de Bennu y su abundancia, así podremos identificar minerales y posible materia orgánica.

También podremos sacar algunas conclusiones sobre el efecto Yarkovsky. Y es que cuando un asteroide pasa cerca del Sol, absorbe su luz (energía) y la re-irradia para sufrir un “empujoncito” que genera un ligero desequilibrio que llega a alterar su órbita. Este efecto es fundamental en el cálculo de las trayectorias de asteroides potencialmente peligrosos.

RECOGIDA DE MUESTRAS.

El momento cumbre de la misión será la recogida de muestras que se llevará a cabo en el 2019. En el instante elegido por la Nasa la sonda describirá una órbita de acercamiento al asteroide buscando ajustarse a su movimiento de rotación, cuando lo consiga se acercará a la superficie.

En el contacto físico con Bennu la sonda provocará una explosión de gas nitrógeno que “agitará” la superficie del asteroide, en ese momento un brazo robótico articulado dispondrá de apenas cinco segundos para la recogida de muestras. Debería de recoger entre 60 y 2000 gramos de material. Nuestra sonda dispone de nitrógeno suficiente para tres emocionante intentos.

Por supuesto la Nasa pretende retrasmitir en directo este climax de la misión.

REGRESO.

Una vez cumplida la recogida las muestras toca volver a casa. En marzo de 2021 se abrirá una “ventana de salida” de Bennu. Osiris-Rex llegará a la Tierra en septiembre de 2023, enviará las muestras en una capsula de retorno y, sí todo sale según lo previsto, aún tendrá combustible para poder ser redirigida a otras misiones.

EPILOGO. OBJETIVOS CUMPLIDOS.

Una vez tengamos las muestras en nuestro poder se tardará casi un par de años más en catalogarlas y analizarlas, pero habremos dado un gran salto tanto en el conocimiento de nuestros orígenes como en la evaluación de nuestra tecnología espacial.

Menudo guion. Y lo mejor es que en absoluto se trata de ciencia ficción.

Os dejo con algunos link curiosos como el accesso a Bennu-3D, a Nasa-TV  y a uno de los vídeos que explican la Mision Osiris-Rex.

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