Estas son las nubes que inspiraron ‘El grito’ de Munch

Un nuevo estudio señala que Munch podría haber querido reflejar nubes iridiscentes en su cuadro más emblemático, ‘El grito’.

Cristina Herrera

Cristina Herrera

Un nuevo estudio señala que Munch podría haber querido reflejar nubes iridiscentes en su cuadro más emblemático, ‘El grito’

VÍDEO: ¿CÓMO SE FORMAN LAS NUBES MADREPERLA?

Es sin duda una de las pinturas más famosas del mundo, colorido, enigmáticas e inquietante. Ahora conocemos un poco más sobre ella. Uno de los misterios de ‘El grito’, la obra maestra del pintor noruego Edvard Munch, es precisamente la angustia que representa en su cuadro; en donde más allá que un hombre gritando, su gesto es sólo un reflejo de lo que ocurre alrededor.

Y es precisamente, ese cielo de color rojo vibrante y estremecedor lo que aporta personalidad al cuadro. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista de la Royal Meteorological Society ha revelado nuevas pistas sobre las posibles inspiraciones que pudo tener Munch a la hora de pintarlo.

Al parecer, las pinceladas del pintor noruego pudieron ser en realidad una representación fiel de una especie de nube, en concreto, de las nubes iridiscentes, o también conocidas como, nubes madreperla.

Este tipo de nubes, la mayoría de colores vivos, nos recuerdan a los reflejos de una mancha de aceite o de gasolina en el sueño. Llena de reflejos y destellos que provocan un efecto óptico que las llenan de colores. Se trata sin duda d eun fenómeno meteorológico poco frecuente, pero que Munch podría haber querido reflejar en su cuadro más emblemático.

¿Cómo se producen las nubes iridiscentes?

«Desde el mundo de la meteorología, existe apoyo a esta teoría», ha comentado el investigador principal de este estudio, Svein M. Fikke, a CBC News. «Ellos entienden nuestros argumentos, pero desde el mundo de las artes, creo que todavía necesitamos un poco de tiempo para que esta idea madure», agrega.

Estas nubes de colores se producen como consecuencia de la difracción de la luz solar al incidir en las partículas de la nube. Cuando el Sol está oculto por nubes gruesas, las más delgadas tienden a difractar la luz solar, dando la sensación de coger distintas tonalidades de colores según el ángulo de donde miremos.

Las nubes iridiscentes normalmente sólo se vislumbran al amanecer o al atardecer, y por lo general sólo en días muy fríos y claros.

 

Han sido muchas las investigaciones en torno a «El grito» de Munch. Muchas aludían a que el pintor noruego se inspiró a mientras paseaba a lo largo de un fiordo con algunos amigos en un momento en el que se encontraba cansado y enfermo. Parecería que en ese momento vislumbró lo que describió como un «cielo rojo sangre» y se sintió abrumado ante la visión.

«Mis amigos se fueron -me quedé allí temblando de miedo- y lancé un grito infinito que a través de la naturaleza», escribió Munch en algún momento de la década de 1890. Otra reflexión de un pintor amigo de Munch, Christian Skredsvig, aseguró en una nota más tarde que Munch pintó el cuadro reteniendo aún en la memoria del miedo que sintió al ver que ese cielo rojo.

«La nota del Skredsvig deja claro que la impresión de ‘tristeza y desesperación’ de Munch se relacionaron con una visión real de la atmósfera, lo que motiva la búsqueda de una explicación racional de la naturaleza», destaca el estudio.

El cielo y el cuadro de Munch

Esta no es la primera vez que el tiempo se ha utilizado para explicar la obra icónica de Munch. Otra teoría implica al volcán indonesio Krakatoa, cuya erupción en 1883 emanó tantas cenizas y otras partículas en la atmósfera que se formaron espectaculares puestas de sol durante algún tiempo.

Este equipo de investigación asegura que esas puestas de sol rojizas fueron demasiado frecuentes durante un tiempo como para  que Munch fuera tan asombrado por ellas.

«La descripción de Europa y América del Norte de esas puestas de sol brillantes durante los años 1883/1884 describen los colores espectaculares del cielo, pero no en forma de esas onda características del cuadro», escriben los investigadores.