¿No duermes bien? Quizá la luna tenga algo que ver

Un nuevo estudio plantea que la Luna podría ser un factor determinante en la manera en cómo dormimos. No es la primera vez que se plantea que nuestro satélite puede afectar a la salud del ser humano. Sin embargo, como en otros casos, los propios investigadores se muestran cautos…

VÍDEO: LA INFLUENCIA DE LA LUNA EN LOS HUMANO

El papel de la Luna en el descanso nocturno

El sueño es una de las actividades más importantes en la vida de un ser humano. Es un aspecto del que se ha hablado mucho a lo largo del tiempo, incidiendo en aspectos como que, por ejemplo, una parte importante de la población mundial no llega a descansar las horas mínimas aconsejadas (que suele ser unas 7 horas).

Algunas de las causas para que no descansemos correctamente son evidentes. Pero hay otros factores que no están tan claros. Entre ellos, sin duda, está la influencia de la Luna y sus ciclos. Es algo que se ha estudiado a lo largo del tiempo, en busca de entender qué impacto puede tener la luna en el ser humano.

Ahora, se ha publicado un nuevo estudio publicado por Science of Total Environment y recogido por Science Alert que intenta determinar mejor ese posible impacto. Los investigadores aseguran que es uno de los más grandes, de este tipo, que se han llevado a cabo. Observaron el descanso nocturno de 852 personas en Uppsala (en Suecia) recurriendo a la polisomnografía, a lo largo de una noche.

Esta técnica consiste en el registro de diferentes aspectos (actividad cerebral, ritmo de respiración, ritmo cardíaco, actividad muscular…). Estas mediciones de noches individuales se han llevado a cabo a lo largo de varios años. Han participado tanto hombres como mujeres.

Las noches registradas representan diferentes momentos del ciclo lunar. Desde el momento en el que la Luna se va iluminando más, hacia la luna llena, como el momento en el que va perdiendo brillo hacia la luna nueva.

El planteamiento es sencillo. A medida que la Luna aumenta su brillo, hacia la luna llena, se alcanza un máximo de brillo que se produce en el día de luna llena. Algo que, en teoría, debería afectar negativamente al sueño, porque el ser humano suele descansar mejor con más oscuridad. Esto nos lleva a un terreno que resulta algo accidentado. Hay estudios que parecen apoyar esa idea, pero otros indican lo contrario.

El ciclo de la Luna podría afectar solo a ciertas personas

La investigación publicada parece confirmar que los ciclos lunares tienen un efecto palpable en el ser humano. Lo intrigante es que no nos afectaría a todos por igual. Según explican los investigadores, los hombres (que participaron en el estudio) mostraron un peor descanso y mayor tiempo despiertos en la fase hacia la luna llena. En comparación, naturalmente, a lo visto en las noches en la fase hacia la luna nueva. Sin embargo, el sueño de las mujeres no pareció verse afectado por el ciclo lunar.

Los resultados muestran que las mujeres parecen verse menos afectadas por la influencia de la Luna, aunque sí se han podido observar algunos efectos. En el estudio, los investigadores detallan que, de media, ellas descansaban 12 minutos menos en las noches de la fase hacia luna llena (en comparación a las jornadas hacia luna nueva).

Por su parte, ellos descansaban unos 20 minutos menos, en las jornadas hacia la luna llena. Otros aspectos del descanso también parecían más pronunciados, mostrando una peor calidad de sueño, y mayores interrupciones en las diferentes fases de sueño en esas jornadas.

Los resultados del estudio muestran que las mujeres parecen verse menos afectadas por la influencia de la Luna

Aunque los resultados son muy llamativos, los propios investigadores explican que no es posible determinar que haya una causa clara. El estudio no es capaz de determinar si la asociación del sueño, con el ciclo lunar, aparentemente observada aquí, es una casualidad o está realmente relacionada.

Lo que está claro es que algo parece suceder que hace que el ser humano descanse de forma diferente. Parece estar relacionado con el brillo de la Luna en una noche en particular. Pero es mucho más complicado entender hasta qué punto llega a ser un efecto que sea principal causante en los seres humanos.

No hay una explicación plenamente satisfactoria

Esto no impide que los investigadores ofrezcan algunas suposiciones. Con cada día que pasa hacia la fase de luna llena, nuestro satélite refleja más luz hacia la Tierra. El máximo se alcanza en la jornada de luna llena. Además, el ritmo circadiano, que controla la calidad del sueño y cuándo se desencadena, se ve afectado por diferentes factores.

No todos ellos se basan en la luz y, según explican los investigadores, la gravedad es uno de ellos. La diferencia en la atracción gravitacional que ejerce la luna sobre nosotros podría ser un factor. Algo que variaría en función de si se encuentra en fase creciente o menguante.

También puede que haya otros aspectos que impacten en nuestro patrón de sueño. Pero lo cierto es que, por ahora, la explicación que parece más razonable, para esos períodos de descanso malos, sigue siendo que la Luna actúa como un gigantesco espejo que es poco conveniente.

Sabemos que la importancia del sueño en el ser humano es algo importantísimo. Millones de personas, en todo el mundo, no descansan lo suficiente. Algunos factores pueden ser controlados por nosotros mismos (como seguir un patrón regular cada día antes de ir a dormir). Otros aspectos pueden estar lejos de nuestro alcance.

También será interesante, llegado el momento, ver cómo descansa el ser humano en otros entornos. Sin ser un estudio, ni mucho menos, los astronautas siempre destacan que en la Estación Espacial Internacional se descansa muy bien. En ausencia de gravedad, el cuerpo flota sin esfuerzo, por lo que se pueden relajar todos los músculos. Los sacos de dormir, anclados a las paredes de la estación, son suficientes para asegurarse de que, en esas horas de descanso, los astronautas no terminen chocando con las paredes. También será interesante ver cómo dormirán en la Luna… Pero, lo que está claro, es que el sueño es muy importante y hay que entender qué (y qué no) influye en ello.