Nieve rosa: el peor síntoma para los glaciares del Ártico

Si ves nieve rosa cerca de un glaciar, no debe parecerte curioso. Los expertos señalan que es el peor augurio para un glaciar.

Cristina Herrera

Cristina Herrera

 

Podría parecer curioso, llamativo o sorprenderte. Pero lo cierto es que la nieve rosa es toda una amenaza para los glaciares del Ártico. Así lo han indicado los científicos que estudian el clima en esa zona.

La nieve rosa no es producto de la contaminación ni de ningún tinte artificial. En realidad, la tonalidad rojiza que adquiere la nueve en algunos glaciares durante los meses más cálidos del Ártico es un fenómeno relativamente normal. Es un indicador de que las algas se encuentran latentes durante los meses del invierno.

Estas algas, al llegar la primavera y la radiación UV del sol aumenta, se sienten alteradas. Para defenderse expulsan un gran número de esporas, que poseen esa pigmentación de color rosa, llamada científicamente astaxantina. Con estas partículas, las algas se defienden del sol

¿Cuál es el peligro de la nieve rosa?

 

Sin embargo, investigadores de Alemania y el Reino Unido han alertado de que las algas rojas tienen un papel más importante en el cambio climático que lo que se sabía hasta la fecha.

A medida que aumenta la temperatura global, y hay más derretimiento de los glaciares, es probable que este tipo de algas crezca sustancialmente. Lo que supondría un auténtico problema, ya que es precisamente ese tinte rojizo el que tiene el efecto de reducir el albedo de un glaciar, la medida de su reflectividad.

Cuanto más oscuro es un glaciar, menor será su albedo. Por lo que se inicia un ciclo de retroalimentación positiva: las temperaturas más cálidas causan más agua de deshielo, lo que conlleva al crecimiento de más algas, que provocan que los glaciares se calienten más; lo que conlleva inevitablemente a una fusión acelerada.

Los autores de este informe, que ha sido publicado en la revista Nature Communications esta semana, aseguran lo siguiente: «Nuestros resultados señalan que este efecto es importante y tiene que ser considerado en el futuros por los modelos climáticos«, señaló el autor principal, Stefanie Lutz, en un comunicado.

El estudio se basa en la toma de alrededor 40 muestras procedentes de 21 glaciares en el Ártico, incluyendo sitios en Groenlandia, Islandia, el norte de Suecia, y el territorio de la isla del Ártico noruego de Svalbard.

VÍDEO: NIEVE ROJA, ¿SABES LO QUE ES?

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