Microplásticos en los lugares más recónditos: Everest y Antártida

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Varios equipos de investigadores han constatado la presencia de contaminación por plásticos en las aguas y hielos de las zonas más inhóspitas.

La contaminación por microplásticos es un problema global de tal magnitud que se han encontrado este tipo de residuos en lugares tan recónditos como en monte Everest y en la Antártida. Recientemente dos investigaciones han constatado la presencia de contaminación por plásticos en las aguas y hielos en estas zonas tan inhóspitas.

En el caso del Everest, el equipo de investigadores analizó muestras de agua, nieve y hielo desde la base del macizo en el Himalaya hasta a unos 400 metros por debajo de la cima, a 8.500 metros de altitud. En concreto, las concentraciones más altas de microplásticos se encontraban alrededor del Campamento Base, espacio en el que los aventureros y alpinistas pasan la mayor parte del tiempo para preparar las expediciones, pero también los identificaron justo debajo de la cumbre.

Las más fibras de plástico más comunes fueron de poliéster, acrílico, nailon y polipropileno

“No sabíamos qué esperar en términos de resultados, pero realmente nos sorprendió encontrar microplásticos en cada muestra de nieve que se analizó. El Monte Everest es un lugar que siempre he considerado remoto y prístino. Saber que estamos contaminando cerca de la cima de la montaña más alta es una verdadera revelación”, apunta Imogen Napper, exploradora de National Geographic y científica de la Universidad de Plymouth.

En cuanto a los tipos de plásticos localizados en el Himalaya, las más comunes fueron fibras de poliéster, acrílico, nailon y polipropileno procedentes de la ropa de abrigo de alto rendimiento que usan los escaladores, así como tiendas de campaña y cuerdas de escalada, y de recipientes de comida y bebida y transporte.

Contaminación en áreas protegidas

En el caso de la Antártida, un equipo de científicos españoles, liderados desde la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), han identificado por primera vez la presencia de microplásticos en el agua dulce de un área protegida de la Antártida.

Aún queda mucho trabajo por hacer para entender cómo han llegado estos plásticos

“Se trata de una zona de la Antártida que ha estado bajo distintas figuras de protección ambiental desde 1966 y cuyo acceso está muy restringido. Sólo se puede acceder a la zona por motivos científicos, con un permiso de la autoridad antártica pertinente y en grupos pequeños. De hecho, en las últimas décadas, sólo han accedido a esta región un número muy limitado de científicos y por causas muy justificadas”, destacan los investigadores.

Estas investigaciones confirman la presencia de este tipo de contaminación procedente de materiales de poliéster, acrílico y teflón, con tamaños menores a 5 milímetros y distintas formas y colores en los lugares más lejanos del planeta, por lo que todavía queda por demostrar cómo han llegado a estos lugares.

“Aún queda mucho trabajo por hacer para entender cómo son transportados hasta allí, pero sabemos de dónde vienen… de las actividades que todos nosotros realizamos”, subrayan los autores quienes destacan que “está en nuestra mano reducir, en la medida de lo posible, el consumo de este tipo de plásticos, especialmente aquellos empleados en envases y embalajes”, concluyen los investigadores.

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