¿Eres meteorosensible?

A algunas personas, los cambios de estación les afecta de manera especial. Esto puede significar que tal vez sean meteorosensibles.

Mar Gómez

Mar Gómez

Cuando llega el invierno y, durante los meses que este dura, algunas personas experimentan fuertes cambios de humor. Especialmente con las entradas de frío y de la presencia de menos horas de luz solar.

Adquiriendo algunos una especie de estado de “depresión”. A este trastorno se le llama trastorno afectivo estacional y afecta a un 15% de la población en mayor o menor medida. Si estás en ese porcentaje, es que eres meteorosensible.

Por lo tanto, la meteorología tiene un efecto directo en nuestro estado de ánimo, pero ¿por qué? Los científicos afirman que en efecto, la luz y las condiciones meteorológicas tienen un poderoso efecto sobre nuestro estado de ánimo.

Ser meteorosensible: ¿Qué es el trastorno afectivo estacional?

El trastorno afectivo estacional se caracteriza por una bajada del ánimo. Este coincide con la falta de horas de luz y una gran dificultad para hacer las cosas, más lentitud y una menor apetencia de relacionarnos.

Sin embargo, cuando empieza a llegar la primavera y el principio de verano, ocurre lo contrario, pasando de este extremo a la euforia. Afecta, incluso, al aspecto físico (perdiendo algunos kilos durante el verano).

¿Y como sabemos si somos meteorosensibles? Basta con observarnos a nosotros mismos ante los cambios meteorológicos. Ver si nuestro estado de ánimo se hunde en un día nublado y se recupera un día de sol. O si estamos más gruñones antes de llover y mas eufóricos después.

Existen, además, muchos otros factores que pueden afectarnos a nivel psicológico. Por ejemplo, ciertos vientos como el viento Foehn, cuando soplan afectan a nuestra salud provocando ansiedad, inquietud, dolor de cabeza o disminución de la atención.