El medio ambiente, la víctima olvidada de las guerras

Pablo Ramos

Pablo Ramos

La explotación de los recursos naturales está detrás de muchos conflictos armados y su gestión es determinante para el devenir de la guerra.

Las guerras dejan millones de víctimas y desplazados. Unas consecuencias irrecuperables pero no son las únicas ya que durante estos conflictos también se contamina, se arrasa y se sobre explota el medioambiente, el gran olvidado de la guerra. Para concienciar sobre los daños a la naturaleza que se producen durante los enfrentamientos, hoy  6 de noviembre, se celebra el día de la Prevención de la Explotación del Medioambiente en la Guerra y los Conflictos Armados.

Desde el origen de la sociedad, el control de los recursos naturales ha sido utilizado en las guerras como herramienta para la contienda, como por ejemplo en la gestión del agua y los cultivos. Pero no solo eso ya que las materias primas también son uno de los motivos principales que originan el conflicto. La explotación de petróleo, minerales, diamantes, gas, tierras de cultivo y otros recursos son solo algunos de los recursos que han provocado algunas de las guerras más recientes.

El control del medioambiente como arma de guerra

De hecho, en las últimas seis décadas, el 40% de los conflictos han tenido una clara vinculación con la explotación de los recursos naturales y el riesgo de repetición de los enfrentamientos motivados por la explotación de la naturaleza en estas regiones, se duplica con respecto a otros casos, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

No puede haber paz duradera si los recursos naturales y los ecosistemas son destruidos

Un ejemplo reciente es la guerra por el control de las minas de coltan del centro de África de los últimos años, un mineral es esencial para la producción de componentes electrónicos utilizados en televisores, ordenadores y teléfonos móviles.

Guerra y medioambiente

Guerra y medioambiente

Otro de los casos más dramáticos es la falta de abastecimiento de agua que sufre la población civil en el conflicto de Siria. En este enfrentamiento, más de cinco millones de personas han sufrido cortes prolongados en el suministro de agua provocados de forma deliberada por los bandos. “En Alepo, donde los enfrentamientos han dejado inutilizado el principal depósito de agua durante meses, hemos identificado al menos 18 cortes deliberados en el suministro solo este año. Además, en algunas comunidades los grifos permanecieron 17 días sin funcionar”, ha comunicado UNICEF sobre este conflicto.

Las consecuencias de la guerra en el medioambiente

Un informe elaborado por la organización ecologista SEO Birdlife a raíz de la guerra de Irak identificaba varias grandes amenazas que dañan la naturaleza durante los conflictos bélicos. En líneas generales son:

  • La destrucción física y alteración de hábitats por el uso de armas
  • La contaminación tóxica por daños deliberados propios de las batallas
  • La contaminación radiológica, química o biotóxica
  • LA destrucción física de hábitats y vida silvestre debido a la creciente presión humana causada por los movimientos masivos de refugiados (contaminación de las aguas, uso de madera como combustible, cacería de la vida silvestre)
  • La quema de humedales y de la vegetación de los bosques como consecuencia de las luchas o por daños deliberados,
  • El empeoramiento de la desertificación por el uso de vehículos militares y armas
  • La extinción de especies o subespecies endémicas.

Debido a estas dramáticas consecuencias es primordial mantener una adecuada preservación del medioambiente en las diferentes estrategias para la prevención de conflictos y para el mantenimiento de la paz y su consolidación, “porque no puede haber paz duradera si los recursos naturales que sostienen los medios de subsistencia y los ecosistemas son destruidos”, detalla la ONU.