Los habitantes prehistóricos sobrevivieron a eventos climáticos extremos

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Un nuevo estudio sugiere que la bajada brusca de las temperaturas en la última glaciación detuvo el desarrollo de la vida vegetal pero los seres humanos continuaron con su modelo de vida a pesar del frío.

La última glaciación  supuso una bajada muy brusca de las temperaturas que paró el desarrollo de la vida vegetal y de muchos animales. Sin embargo, los habitantes prehistóricos consiguieron sobrevivir y mantuvieron su modelo de vida habitual a pesar del intenso frío.

Restos en el yacimiento de Star Carr, en Reino Unido.

Así lo asegura un nuevo estudio publicado en una revista científica del grupo Nature, en el que se detalla la caída del mercurio fue tan repentina que detuvo el desarrollo del bosque pero no supuso un impacto notable actividad humana.  Este trabajo abre un nuevo debate sobre los movimientos de las sociedades y su sensibilidad a los cambios ambientales 9000 años A.C.

«Estudios anteriores consideraban que los eventos climáticos abruptos podían haber causado un colapso en las poblaciones mesolíticas en el norte de Gran Bretaña, pero nuestro estudio revela que, al menos en el caso de los colonizadores  y sus primeras comunidades pudieron hacer frente a eventos climáticos extremos y persistentes”, detalla Simon Blockley, profesor de Ciencias del Cuaternario en Royal Holloway y uno de los autores principales del trabajo.

Acceso a comida y agua

Las evidencias en las que se basan estas conclusiones fueron recogidas en el yacimiento arqueológico de Star Carr, datado durante la Edad de Piedra en 9000 años A.C, situado pocos kilómetros de la costa noreste de Inglaterra. En esta época este entorno era un lago y las colonias habitan la zona cerca de sus orillas, lo que les permitía acceder a agua y comida.

«Quizás la comunidad más reciente y más establecida de Star Carr amortiguó de los efectos de la glaciación que probablemente produjera condiciones invernales excepcionalmente duras por su acceso continuo a una variedad de recursos en la región y a comida como el ciervo rojo”, explica profesor Nicky Milner, otro de los participantes del estudio y miembro de la universidad de York.

«Descubrimos que, de hecho, la gente estaba mucho más afectada por cambios más pequeños y localizados en su entorno. Sin embargo, con el tiempo, el lago gradualmente se hizo menos profundo en terreno fangoso lo que finalmente obligó a los colonos a abandonar el área«, detalla Blockley.

Esta glaciación se produjo en el Holoceno, una época geológica que se inició hace unos 11.500 años, momento en el que los glaciares comenzaron a retirarse.  No obstante, esta fase estuvo marcada por la inestabilidad climática con eventos muy extremos en el hemisferio norte.

Polen para estudiar el clima

Los investigadores examinaron la actividad humana  del yacimiento de Star Carr observando los restos arqueológicos recuperados de capas de depósitos de humedales en el borde de la extensa cuenca del lago anterior en el Valle de Pickering.

Se encontraron evidencia de casas, grandes plataformas de madera construidas en el borde del lago y grandes cantidades de artefactos y huesos preservados en los lodos del lago. Estas reliquias fueron datadas para conocer su origen y gracias al polen y al análisis de los sedimentos del fango se pudo conocer la evolución del clima durante miles de años.

Los científicos recalcan que los trabajos durante 15 años en el yacimiento de Star Carr ha permitido  conocer detalladamente la visión y modelo de vida de los antepasados británicos. «Poner estos datos arqueológicos en el contexto del clima y el medio ambiente es muy emocionante y muestra que debemos tener una mente abierta al pensar en los efectos del clima extremo en las poblaciones tempranas«, alega Milner.