Los efectos de las tormentas solares en la Tierra

Comienza la primavera y notamos las consecuencias de las tormentas en la solares en nuestro planeta. Descubre por qué se forman y qué ocurre exactamente.

Irene Santa

Irene Santa

Coincidiendo con el equinoccio y la llegada de la primavera estamos notando en la Tierra los efectos de las tormentas solares en un periodo con bastante actividad.

¿En qué consiste exactamente una tormenta solar?

La superficie del sol no es un lugar tranquilo. Estos fenómenos reciben el nombre de tormentas aunque no tienen que ver con las que ocurren en nuestros planeta. El término se refiere a un periodo de actividad solar en el que el sol expulsa llamaradas de materia y radiación, también llamado viento solar.

No sería posible la vida en la tierra  tal como la conocemos si no fuera porque tenemos un escudo magnético que nos protege de esta radiación, la magnetosfera.

Representación de una tormenta solar y la Tierra protegida por la magnetosfera.

 ¿Cuáles son las consecuencias de las tormentas solares en la Tierra?

La magnetosfera nos ampara de la radiación y la acumula en unas regiones en concreto, los Cinturones de Van Allen. Sin embargo, si la tormenta solar es muy intensa, puede haber daños.

La ionosfera se ve perturbada cuando ocurre, los daños estarían asociados a las comunicaciones: los satélites artificiales, las ondas de radio de alta frecuencia, los sistemas GPS o, incluso, la Estación Espacial Internacional se verían afectados.

Afortunadamente no hemos tenido en los últimos años ningún episodio que haya causado esos daños. En el año 1859, cuando  aún no disponíamos de esta tecnología, se produjo el llamado evento Carrington, la tormenta solar más potente registrada en la historia.

Las tormentas solares son, ni más ni menos las causantes de las auroras boreales. Se producen en los cinturones de Van Allen, sobre los polos del planeta, por ello no es habitual ver auroras en latitudes bajas.

En los dos equinoccios, de primavera y otoño, cuando los ecuadores de la Tierra y el Sol se sitúan en un mismo plano, el planeta azul se ve más afectado por el viento solar. Por ello, las semanas próximas a los equinoccios son las dos épocas preferidas por los turistas para viajar a latitudes más altas, ya que la probabilidad de poder disfrutar de este fenómeno es mayor.

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