Los conflictos entre animales y humanos aumentan por culpa del cambio climático

Animales se ven obligados a buscar nuevas zonas donde alimentarse invadiendo espacios hasta ahora solo ocupados por humanos.

Javier Vegas

Javier Vegas


Animales se ven obligados a buscar nuevas zonas donde alimentarse invadiendo espacios hasta ahora solo ocupados por humanos.

VIDEO. ESTADO DE EMERGENCIA EN RUSIA POR INVASIÓN DE OSOS POLARES

Es un hecho que el cambio climático está dejando ya su huella en el planeta, con temperaturas cada vez más altas. Vivimos en la Tierra más cálida de los últimos 120.000 años, y no es de extrañar teniendo en cuenta que de los diez años más calurosos que se han registrado hasta la fecha se han producido durante las dos últimas décadas.

El año 2016 fue el año más cálido de la historia desde que hay registros en 1880, y casi cada año desde 2010 es más cálido que el anterior.  Ha habido tres años consecutivos de récords, ya que 2014, 2015 y este 2016 han ido subiendo el termostato de la tierra progresivamente.

Este año 2019 no está siendo una excepción, y en febrero y marzo se han alcanzado preocupantes récord de temperatura superándose los 30 ºC. Esta situación está teniendo su efecto en nuestro planeta y los animales son una de las víctimas.

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Oso desnutrido en el Ártico como consecuencia del cambio climático

Conflictos entre animales salvajes y humanos

Es por ejemplo el caso del oso polar, que se ven obligados a buscar nuevas zonas donde alimentarse invadiendo espacios hasta ahora solo ocupados por humanos. Este encuentro forzado entre animales y humanos está generando conflictos cada vez más habituales como es el caso de los 52 osos polares que invadieron el pasado febrero una ciudad en Rusia.


Animales se ven obligados a buscar nuevas zonas donde alimentarse invadiendo espacios hasta ahora solo ocupados por humanos.

En otros lugares del mundo, como Australia, el aumento de las temperaturas hace que los animales silvestres busquen refugio en las ciudades. 

Preocupante es la situación en países de África, donde animales acaban siendo asesinados al ser considerados una amenaza para los humanos. Por ejemplo las actividades humanas están haciendo descender el número de elefantes. 

La solución está en cortar el problema de raíz reduciendo las emisiones de dióxido de carbono, no sólo por el bien de la fauna silvestre, sino también por la supervivencia de los seres humanos.