Las pinturas rupestres más antiguas del mundo se deterioran por el cambio climático

El impacto del cambio climático causado por la actividad humana llega ya a lo más profundo de nuestras cuevas deteriorando valiosas pinturas rupestres.

Mario Picazo

Mario Picazo

Los altibajos climáticos con cambios bruscos de temperatura, humedad y precipitación parecen favorecer los procesos de deterioro.

El cambio climático está llegando a lo más profundo de algunas valiosísimas cuevas del mundo. Son cuevas que albergan las pinturas rupestres más antiguas de la humanidad y que en algunos casos, por desgracia, se están deteriorando a un ritmo alarmante.

Un estudio publicado en la revista Scientific Reports pone de manifiesto la preocupación que muestran algunos arqueólogos con el impacto que el cambio climático está teniendo en algunas de tan valiosas obras de arte prehistórico. Los acelerados cambios de las condiciones climáticas que se registran en algunas regiones del planeta, están amplificando el proceso de degradación de las paredes en las que se encuentran.

Las pinturas rupestres de las cuevas de Altamira en Cantabria son algunas de las que han sufrido los efectos del cambio climático.

Un caso evidente es el qué se está registrando en las cuevas y refugios rocosos de Maros-Pangkep, en Sulawesi, Indonesia, donde se encuentran algunas de las obras más antiguas de la humanidad, que ya tienen hasta 44.000 años. 

Estas pinturas rupestres son incluso más antiguas que algunas de las más conocidas en Europa y concretamente en España. Entre ellas destaca la famosa Capilla Sixtina de Altamira en Santillana del Mar,  Cantabria, que con obras de hasta 35.600 años de antigüedad, representa muchos aspectos del día a día durante el periodo Paleolítico.

Un equipo de arqueólogos Australianos que sigue de cerca el deterioro de las pinturas rupestres en algunas de las cuevas más antiguas del mundo, ha encontrado una posible explicación a los recientes hallazgos.  Las rocas de las paredes de las cuevas rupestres, contenían sales con sulfato de calcio y cloruro de sodio, sustancias que fragmentan la roca y la van deteriorando.

La presencia de sales ha ayudado a fragmentar la roca de las paredes donde se encuentran algunas de las obras rupestres deteriorándolas

La aparición de estás sales más a menudo y sobre mayor extensión de superficie, parece estar relacionada con cambios frecuentes de temperatura y humedad en el entorno debido a los altibajos climáticos que se vienen registrando con mayor frecuencia. 

El hecho de que se registren periodos estacionales lluviosos seguidos de sequías, puede estar relacionado con el impacto que la actividad humana está teniendo sobre el clima terrestre, pero también con fenómenos climáticos naturales como El Niño y La Niña. 

En zonas tropicales del planeta el deterioro dentro de algunas cuevas rupestres es mayor que en latitudes medias o altas.

Dados los resultados que se han obtenido en hasta 11 cuevas analizadas del mundo, los autores de este valiosos estudio resaltan la importancia que tiene hoy en día hacer un monitoreo constante de las condiciones que se registran en el interior de aquellas cuevas que albergan valiosas obras rupestres. 

Es fundamental, sobre todo en zonas tropicales del planeta, fomentar la conservación de estos entornos artísticos tan valiosos, que por desgracia son cada vez más vulnerables al cambio climático.