Las olas gigantes del Pacífico

¿Ideales para los surfistas o desastrosas para los habitantes de las costas? Te contamos cómo afectan las olas del Pacífico.

Mario Picazo

Mario Picazo

Durante estos últimos días las costas del Pacífico, desde Chile hasta Estados Unidos, no dejan de recibir gigantescas olas que en algunos casos llegan a superar los 10 metros de altura. Para los expertos amantes del surf, esta ha sido una de las mejores semanas del año, para muchos otros no tanto, porque han provocado enormes desperfectos en zonas del litoral de Chile, Panamá, El Salvador o México.

El fuerte oleaje en la localidad de La Libertad, en El Salvador, arrastra a un grupo de gente. Foto: Reuters

Muchas de estas olas se forman en el hemisferio sur, donde grandes y profundas borrascas que circulan por el inmenso océano Pacífico, se encargan primero de generarlas y luego de impulsarlas miles de kilómetros, para que crucen el ecuador y acaben rompiendo en alguna playa Californiana. Estos días, esas borrascas cercanas a las costas de Chile y Nueva Zelanda han sido especialmente profundas, lo que explica el intenso episodio de oleaje.

En numerosas zonas costeras de Panamá, México y Chile el fuerte oleaje ha causado numerosos desperfectos.

Durante los últimos meses, la escasez de borrascas en el Pacífico norte, obliga a la numerosa comunidad surfista de California a mirar hacia el sur con más frecuencia en busca de esas olas gigantes que viajan hasta 11.000 kilómetros rumbo a sus playas. Olas con etiqueta ¨made in Chile¨ o ¨made in Nueva Zelanda¨ que días después acaban llegando con fuerza camufladas en el mar de fondo, y que son bastante más ¨surfeables¨ que las fabricadas por borrascas locales.

Un surfista disfruta de las inmensas olas que estos días han llegado a la playa de Newport, California, EEUU.

Las olas de estos días han sido tan grandes y constantes que en las redes sociales se ha especulado repetidamente que se trataba de un tsunami producto de un terremoto submarino. Lo que si sabemos, es que estas intensas olas que llegan a medir entre 100 y 300 metros de largo son mucho más peligrosas que las olas comunes. Al no romper en alta mar, cuando llegan a la costa es como si el mar de repente se levantará para luego impactar con mucha más fuerza.

El intenso oleaje coincidió con la marea alta para provocar inundaciones en El Majahual, El Salvador. Foto: Reuters

A medida que nos acercamos al invierno Austral, y las borrascas se intensifican, va a ser más común ver este tipo de oleaje llegando a zonas costeras del Pacífico Americano. Si encima este año las borrascas acaban siendo más potentes, las olas serán más grandes y viajarán una mayor distancia.

En Coyuca, México las olas llegaron a una altura de 10 metros arrasando con algunas viviendas del litoral. Foto: Reuters

Pero la cosa no acaba ahí, el 15 de mayo arranca oficialmente la temporada de huracanes en el Pacífico oriental y si es tan activa como la de 2014, tendremos olas y de buen tamaño para rato.