Las mejores ciudades europeas para viajar en invierno

Prepara tu maleta con la ropa adecuada y pon rumbo a algunas de las mejores ciudades europeas para viajar en invierno.

Noelia Hernández

Noelia Hernández

Prepara tu maleta con la ropa adecuada y pon rumbo a algunas de las mejores ciudades europeas para viajar en invierno

Aunque tradicionalmente las vacaciones han estado unidas a la playa, el calor y la temporada estival, cada vez son más quienes se toman un segundo respiro durante el invierno. Hay lugares que merecen ser visitados en esta época del año porque es justo ahora cuando ofrecen lo mejor de sí mismos.

Mercadillos navideños, montañas nevadas y eventos unidos a las fiestas que se aproximan, bien merecen planear un viaje o una escapada. Las bajas temperaturas propias de estos meses no tienen por qué ser un impedimento. Para disfrutarlos sin quedarse frío lo mejor es equiparse de forma adecuada.

Esto no significa llevar capas y capas de ropa, o tener que recurrir a prendas más propias de la práctica de deportes de invierno. Afortunadamente existen alternativas, como la propuesta de Berg Outdoor, con una línea que protege del frío y de la humedad, y con un estilo casual, que es adecuado tanto para nuestro día a día  como para la montaña. Sus chaquetas, ligeras y flexibles, serán el complemento perfecto para visitar las ciudades europeas que te proponemos a continuación.

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*Si decides viajar en invierno, elige las prendas adecuadas. Foto: www.bergoutdoor.com/

Tampoco te olvides de llevar una mochila donde guardar un tentempié, agua o un cargador para el móvil, por si la batería del tuyo no aguanta todo el día. Es recomendable que sea impermeable, como es el caso del modelo Viso. Que, además, está fabricada con un material resistente, cuenta con múltiples bolsillos e, incluso, un compartimento para el ordenador portátil.

Berlín (Alemania)

La capital alemana sin duda es uno de los destinos a tener en cuenta. Durante estas fechas está más animada que nunca y a los berlineses les gusta disfrutarla. La razón: sus mercadillos navideños. La ciudad está plagada de ellos, casi cualquier plaza o espacio abierto cuenta con uno. Para empaparse del ambiente y entrar en calor, no hay que dejar de tomar el famoso Glühwein, o vino caliente con especias. Como curiosidad, al pedir este reconfortante bebida tienes la opción de beberla en un vaso de plástico o en una taza de porcelana decorada. Cada mercadillo tiene la suya y una diferente cada año. Por un módico precio te la puedes quedar.

Junto a su ambiente navideño, Berlín rezuma historia a cada paso. Inevitable recorrer sus calles sin toparse con restos del Muro que dividió al a ciudad en dos tras la Segunda Guerra Mundial, o visitar alguno de los museos donde se recrea lo que ocurrió en sus calles durante el mandato del Partido Nacionalsocialista. Los amantes del arte no deberían pasar por alto una visita a la Isla de los Museos. Un conjunto museístico donde contemplar el rostro de Nefertiti, o las increíbles restos alojados en el Museo de Pérgamo. Para contemplar la ciudad desde lo más alto, es recomendable subir a la Fernsehturm o hasta la cúpula del Reichstag, diseñada por Norman Foster.

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Rovianemi (Finlandia)

Las fechas cercanas a la Navidad son las mejores para visitar el lugar donde Papá Noel tiene su centro logístico. Hay que reconocer que para viajar hasta la capital de Laponia hay que hacer un desembolso extra, pero desde luego que se trata de un destino único, sobre todo si se va con niños. La Aldea de Papá Noel está a unos ocho kilómetros del centro de la ciudad, allí Santa Claus espera a todo el que quiera darle su carta con los deseos que le gustaría que se cumplieran durante estas fechas.

Además de este lugar singular, Rovianemi es una ciudad con una peculiar historia. Destruida completamente durante la Segunda Guerra Mundial fue reconstruida durante los años 40. El plano del centro de sus calles forman la figura de la cabeza un reno y el ojo es el estadio del Santa Claus F.C. Uno de los espectáculos naturales más asombrosos puede contemplarse en esta ciudad finlandesa: la aurora boreal.

Y también acercarse al lugar donde comienza el Círculo Polar, marcado con una línea. Visita obligada son los hoteles, restaurante y bares, donde es mejor ir bien abrigado con una chaqueta como Ansião con forro y un tejido termorregulador que mantiene siempre la temperatura correcta.

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Viena (Austria)

Otra de las tradiciones de las que solo se puede disfrutar en invierno es el famoso concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena. Esta capital europea es sinónimo de cultura, aunque si quieres disfrutar de este concierto en directo es mejor que lo planifiques con tiempo suficiente. Si has conseguido entradas para el día 1 de enero, sabrás que tiene lugar en el Musikverein, una sala de conciertos inaugurada en 1870 y conocida por su gran calidad acústica. También puedes probar suerte para los días 30 y 31 de diciembre, en los que se repite el mismo programa.

Las temperaturas en la ciudad austriaca durante esta época del año no suelen alcanzar valores positivos. Junto al traje de gala, en el equipaje no deben faltar guantes, gorro, bufanda y un buen abrigo. Todos ellos imprescindibles para visitar alguno de sus mercadillos de Navidad, disfrutar de la pista de patinaje de 8.000 m2 que instalan en la Rathausplatz o dar un paseo a orillas del Danubio, cuyas aguas es muy probable que estén congeladas.

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San Petersburgo (Rusia)

Si estás deseando disfrutar de la nieve mientras paseas por la ciudad, sin lugar a dudas San Petersburgo cumplirá tus expectativas. En estas fechas sus calles quedan cubiertas de nieve, lo que le dan un aspecto totalmente diferente a cualquier otra época del año. Ten en cuenta que la temperatura media ronda los -5ºC. Pero, como decíamos al principio, esto no tendría que ser un problema si vas bien equipado y cómodo, con una chaqueta como Agrela, impermeable y con costuras selladas, o una sudadera con un aire más informal como Pena y Curgeira, de tejidos suaves y capucha ajustable.

Desde principios de diciembre, la antigua capital rusa ya tiene preparadas sus ferias de Navidad, pistas de patinajes y adornos luminosos. Los canales y el río Neva suelen estar congelados e incluso se puede ver a gente caminando sobre ellos. La visita a esta ciudad es una buena ocasión para disfrutar de la obra El Cascanueces, de Chaikovki, que en esta época del año se suele representar en varios teatros. Su estreno tuvo lugar en el Teatro Mariinki de San Petersburgo en 1892.

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Granada (España)

A veces nuestra escapada ideal está más cerca de lo que pensamos. Granada reúne cultura, nieve y buena comida en muy pocos kilómetros de distancia. En este destino urbano puedes combinar el gusto por los deportes de invierno, que puedes practicar en Sierra Nevada, con recorridos por una ciudad llena de lugares de interés. La Alhambra es su monumento más significativo y reconocible. Calcula que para disfrutar de cada uno de esos rincones, tendrás que dedicarle casi un día completo. Más aún si decides subir al mirador de San Nicolás, en la parte alta del barrio del Albaicín, para contemplar una panorámica con las cumbres nevadas al fondo.

No te dejes engañar. A pesar de estar en una de la regiones más cálidas de España, la proximidad a la cordillera Penibética –a algo más de 30 minutos en coche– hace que bajen las temperaturas en invierno. Es probable que puedas disfrutar de las famosas tapas granadinas en una de sus terrazas en jornadas en las que luzca el sol. Sin embargo, no te sobrará un buen abrigo, sobre todo a la caída del sol.

En estos casos lo mejor es elegir algún atuendo de quita y pon, como Larouco Gerês unas chaqueta de plumón, ligeras y plegables. Una prenda que podrás llevar guardada cómodamente en la mochila, y que te sacará de más de un apuro cuando haga frío o llueva.

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