Las 5 amenazas para la Tierra (y la humanidad)

Alejandro Riveiro

Alejandro Riveiro

Cada cierto tiempo aparece alguno de esos bulos sobre el inminente fin del mundo. Pero aquí tienes 5 amenazas para la Tierra muy reales, que podrían poner en peligro, incluso, la existencia de nuestra especie.

5 amenazas para la Tierra:

1. Las bacterias

Ya conocemos los devastadores efectos que tuvo sobre la población la peste negra. Fue una tremenda pandemia que, en el siglo XIV, se llevó por delante al 60% de la población europea de la época. Sabemos que comenzó en algún lugar al norte de la India, y que fueron los ejércitos mongoles, los que la llevaron al oeste. En Europa entró a través de la ruta de Crimea (una península en la costa septentrional del Mar Negro).

A partir de ahí, se expandió a Mesina, Génova, Venecia… En poco tiempo, la enfermedad se había extendido por el resto de Europa, y por lo que sabemos, fue una de las enfermedades más mortales.

Hoy en día, con los avances en medicina de los que disfrutamos, parece poco probable que nos veamos en la tesitura de tener que hacer frente a una plaga así. Si sucediese, desde luego, estaríamos mucho mejor preparados que nuestros antecesores.

En nuestra particular lista de amenazas, no es la más alta. Ni mucho menos. Entre otras cosas porque, además, parece muy poco probable que pudiese existir una pandemia capaz de acabar con todos los seres humanos. Siempre habría individuos resistentes a la enfermedad…

2. Pérdida de cosechas

Podemos enredar el hilo un poco más. Es poco probable que haya una bacteria que pueda acabar con toda la humanidad. Sin embargo, es posible que podamos perder cosechas por falta de biodiversidad. Valga como ejemplo la situación actual de las abejas. Su desaparición podría parecer inofensiva, pero nada más lejos de la realidad. Muchas plantas dependen de la presencia de estos insectos.

Plantas que son importantes para nuestra alimentación. El efecto cascada podría ser terrible en sólo unos años. Si todas las abejas desapareciesen, algunos científicos han llegado a sugerir que el ser humano podría verse en peligro de extinción en menos de una década. Por eso no sorprende que ya haya siete especies diferentes catalogadas en peligro de extinción. La biodiversidad de la Tierra es importante. No solo para la naturaleza, también para nosotros.

Sin cosechas con las que mantenernos, es fácil comprender que la Humanidad pasaría por un período muy delicado de supervivencia. Quizá sólo los más fuertes sobreviviesen en esas circunstancias. O quizá, si dejamos que nuestro entorno se deteriore demasiado, nadie…

3. Los supervolcanes

¿Has oído hablar alguna vez de la explosión del volcán Krakatoa? En 1883, en una isla de Indonesia, explotó este volcán, llevándose por delante el 70% del terreno que lo rodeaba. La explosión acabó, de forma directa, con la vida de 36.000 personas. Algunas fallecieron por la erupción, y otras por los tsunamis creados por la destrucción de la isla. Fue un fenómeno de unas dimensiones colosales.

La explosión definitiva (se produjeron varias) emitió una onda expansiva que recorrió el planeta tres veces y media, y llegó a ser escuchada a más de 5.000 kilómetros de distancia. Fue tan potente que rompió los tímpanos de marineros a 65 kilómetros del lugar de la explosión. Los tsunamis generados destruyeron barcos incluso en Sudáfrica, a miles de kilómetros del Krakatoa. Y sabemos que no es la única explosión de estas características en el pasado de la Tierra.

De hecho, el Krakatoa no es el único supervolcán. Hay otro, mucho más famoso, ubicado en Estados Unidos. Es el parque nacional de Yellowstone. Una gigantesca caldera que, según algunos expertos, podría entrar en erupción en algún momento en los próximos siglos. Las consecuencias de su erupción podrían ser devastadoras en grandes regiones del planeta…

4. Las supernovas

Las supernovas son el fenómeno cósmico más violento que podemos encontrar en el universo. Al final de sus vidas, algunas estrellas explotan liberando inmensas cantidades de energía. Emiten grandes dosis de rayos gamma y rayos X. Conocemos muchas estrellas que pueden explotar en forma de supernova. Por suerte, ninguna está lo suficientemente cerca como para ser letal para la vida en la Tierra.

Nuestro Sol, por ejemplo, no es lo suficientemente grande para explotar en forma de supernova. En la distancia peligrosa, que es de unos 50 a 100 años-luz alrededor de la Tierra, tampoco hay ninguna estrella que cumpla los requisitos. Si la hubiera, nuestro planeta podría ver cómo su capa de ozono es destruida. Su atmósfera podría verse dañada seriamente, y es posible que se desencadenasen extinciones en masa.

Por suerte para nosotros, no hay estrellas peligrosas en el vecindario cósmico de la Tierra. Eso sí, a unos 430 años-luz de distancia, tenemos a Betelgeuse. Su explosión no será peligrosa cuando suceda. Podría tener lugar mañana o dentro de miles de años. Pero lo que sí sabemos es que para los habitantes de la Tierra, que tengan la oportunidad de observarlo, será un espectáculo único. Brillará con tanta intensidad que, durante un tiempo, será visible incluso de día.

5. Los asteroides

Los impactos de asteroides son una amenaza muy real. En la actualidad no conocemos ninguno que vaya a chocar con la Tierra en los próximos 150 años. Pero tarde o temprano, alguno lo hará. Es todo una cuestión de escala de tiempo. Algo que puede parecer poco probable en cien años, es inevitable en cien mil. La mayoría de asteroides que conocemos sólo podrían provocar destrucción a nivel local.

Pero hay algunos con la capacidad de provocar daños mucho más severos. A fin de cuentas, no hay que olvidar que fue el impacto de un asteroide, hace 65 millones de años, el que terminó con la existencia de los dinosaurios. Por eso, es importante monitorizar el espacio alrededor de nuestro planeta. Ahí fuera sabemos de asteroides tan grandes como ese, pero ninguno supone una amenaza. Al menos por ahora…

El impacto con un asteroide es, además, uno de los fenómenos más habituales en las películas apocalípticas. No en vano, las consecuencias de un impacto suficientemente grande podrían ser muy graves para la mayoría de especies de la Tierra…

6. El cambio climático

A todas estas amenazas hay que sumarle una que es, seguramente, la más real y palpable de todas. El cambio climático. Sabemos que nuestro planeta se está calentando a una velocidad nunca vista antes. Cada año, somos testigos de fenómenos más extremos. La tendencia en las temperaturas es a subir y, lo más preocupante, es que en tiempos recientes hemos visto un aumento de las temperaturas a un ritmo sin precedentes.

Poco a poco, nos estamos acercando a esos temidos dos grados por encima de la temperatura media del planeta. La Tierra es el único hogar que conocemos. Es nuestra responsabilidad hacer que siga siendo un lugar amistoso para la vida. Cada año vemos mínimos de hielo en el polo norte. Cada año, asistimos con preocupación a una subida de temperaturas que parece imparable. La subida del nivel del mar, además, tendrá efectos catastróficos en gran parte de la población costera.

Por eso, el cambio climático es una de las grandes amenazas a la que nos enfrentamos. Lo más irónico, quizá, es que es algo provocado por nosotros mismos. Todas las amenazas anteriores están, hasta cierto punto, fuera de nuestra capacidad de control. No es así con el ritmo y la velocidad a la que estamos haciendo que el clima de nuestro planeta cambie…

7 La estupidez humana

Pero la gran amenaza, como decía Brian Cox, un popular divulgador científico de Reino Unido, la gran amenaza para nuestra especie es nuestra propia estupidez. Los astronautas del programa Apolo creían que, en la década de 1980, tendríamos bases lunares. También pensaban que, en esta época, ya estaríamos asentados en Marte. Pero la realidad es otra. Todas estas amenazas son cosas que podemos controlar.

Nuestra propia supervivencia depende, asimismo, de la capacidad de nuestra especie de convertirnos en una especie interplanetaria. Si colonizásemos otro planeta, por ejemplo, todas las amenazas, salvo la de una supernova, se convertirían en amenazas relativas para nuestra especie. Podrían afectar a uno de los planetas, pero sería extremadamente improbable que afectase a ambos a la vez.

Está en nuestra mano hacer que la Tierra sea un mejor lugar, para nosotros y para nuestros descendientes. Como contaba el profesor Cox, quizá el mayor riesgo sea que los líderes mundiales no parecen dispuestos a poner todo de su parte para hacer que nuestra especie avance hacia delante. Algunos parecen felices con mantener las cosas como están, o incluso volver hacia atrás como los cangrejos…