El día que Alicante se enfrentó a la peor riada de su historia

Tal día como hoy: el 30 de septiembre de 1997 la ciudad de Alicante se enfrentó a la peor tormenta que recuerdan sus vecinos.

Eltiempo.es IA

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Tal día como hoy: el 30 de septiembre de 1997 la ciudad de Alicante se enfrentó a la peor tormenta que recuerdan sus vecinos

Hoy se cumplen 20 años de una de las riadas más trágicas del sureste español. Varias personas perdieron la vida y se produjeron importantísimas pérdidas materiales. El agua alcanzó varios metros de altura.

Un embolsamiento de aire frío en las capas altas de la atmósfera provocó grandes tormentas. Fue una situación típica de gota fría que afectó al sureste español. La humedad que desprendía el Mediterráneo, muy cálido después del calor acumulado durante el verano, chocaba con el aire frío.

La DANA se ubicó sobre el Golfo de Cadiz, la zona perfecta para que produzca fuertes precipitaciones en Levante, justo en su parte frontal

En una hora y media se recogieron 156 litros por metro cuadrado, aunque llegarían a los 270 litros en seis horas. Comenzó a llover a las 9:30 de la mañana, pero el peor momento de la riada se dio a las 13:30, coincidiendo con mucha gente en las calles y salida de los niños del colegio.

Hasta la fecha ha sido el día con más lluvia en la ciudad desde que existen registros

En el municipio aledaño de San Vicente del Raspeig se acumularon 207 litros. La Universidad se vio completamente inundada. Varios profesores y alumnos tuvieron que ser rescatados.

Cauces construidos

Uno de los mayores problemas estuvo en todas las construcciones existentes en zonas inundables. Decenas de calles se convirtieron en torrentes de agua. En el propio casco de la ciudad, algunas zonas llegaron a tener más de medio metro de altura del agua.

En la estación de tren quedaron atrapadas más de 400 personas, ya que todos los alrededores estaban anegados y no podía entrar ni salir.

Cuatro personas perdieron la vida en Alicante y una San Juan, a pocos kilómetros de distancia

Los colectores no dieron abasto y pronto se saturaron, sin que pudieran almacenar más agua. 20 familias tuvieron que ser rescatadas en distintos puntos.

Evitando que se repita

A día de hoy, nada ni nadie puede evitar que se produzca una tormenta de este estilo. Lo que sí se puede, es trabajar en minimizar los daños. Esta riada supuso un antes y un después en la ciudad.

Se construyó hace unos pocos años, un gran tanque antitormentas debajo de un campo de fútbol de la ciudad. De esta forma, ante fuertes precipitaciones, el agua va allí a parar, sin que corra por las calles causando destrozos. El tanque tiene una capacidad de 60.000 metros cúbicos, como 24 piscinas olímpicas.

El agua almacenada posteriormente se depura y sirve para la limpieza de calles o el riego de parques y jardines. También se puede filtrar y devolverse limpia al mar.

En San Juan se construyó el parque inundable La Marjal con la misma finalidad. Esta zona verde, de paseo y ocio se puede llenar de agua cuando tengan lluvias torrenciales. El parque se cierra y se convierte en un gran lago hasta que de drenara de forma controlada.

Una ciudad de lluvias extremas

Por su ubicación geográfica y su clima de extremos de precipitación, la ciudad se ve afectada de forma común por fuertes precipitaciones.

A comienzos de marzo de este año se acumularon 150 litros en un día, lo que obligó a cortar calles y carreteras.

Es un fenómeno que se repetirá en el futuro con toda seguridad, por eso muchos de sus vecinos sienten miedo al oír hablar de “gota fría”.