La realidad científica detrás del Veranillo de San Miguel

La cultura popular dice que en torno al 29 de septiembre habitualmente hace buen tiempo. ¿Tiene alguna evidencia científica?

ElTiempo.es

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El día de San Miguel se celebra el 29 de septiembre. A este común episodio de calor y temperaturas más agradables que se da aproximadamente por estas fechas se le conoce como veranillo de San Miguel en la cultura popular.

Existen otras denominaciones, como Veranillo de los Arcángeles o Veranillo del Membrillo, por coincidir con la maduración de este dulce fruto. Hoy te explicamos las razones de este fenómeno y si tiene algún tipo de base científica en meteorología

¿Qué es en realidad un “veranillo”?

Lo que se conoce como «veranillo» es en realidad una expresión popular de España para describir un breve período de tiempo, generalmente alrededor de finales de septiembre, en el que las condiciones climáticas se vuelven cálidas y agradables después del inicio de temperaturas más frescas típicas del otoño.

Es similar a lo que en algunos países angloparlantes se conoce como «Indian Summer». La denominación «de San Miguel» proviene de la festividad de San Miguel Arcángel, que se celebra el 29 de septiembre. No es raro que durante estos días las temperaturas suban y se tenga un pequeño «respiro» del clima otoñal que ya comienza a sentirse.

De todas formas, el «veranillo de San Miguel» no es un fenómeno meteorológico garantizado, y hay años en los que no se produce. Es más una observación popular que una regla estricta del clima.

El Veranillo, por consiguiente, es un supuesto episodio atmosférico de carácter anual. Durante alguno de los últimos días de verano y los primeros de otoño, la temperatura asciende por encima de los valores anteriores. Luego recuperara la progresión de bajada típica del otoño.

Estados Unidos tiene un fenómeno similar llamado Indian Summer (verano indio). En los países de habla alemana se le llama Altweibersommer.

Es importante anotar que este fenómeno no es exclusivo de España y puede observarse en otros lugares de Europa y del mundo, pero en España es particularmente conocido con este nombre debido a la coincidencia con la fecha de la festividad mencionada.

En el hemisferio sur, por ejemplo, ocurre lo mismo cuando comienza el invierno y recibe el nombre de Veranito de San Juan. Se llama así porque su cercanía al 24 de junio, día de San Juan.

¿Hay razones científicas detrás del «veranillo de San Miguel?

Existen refranes meteorológicos para casi todo, con un sinfín de dichos y creencias populares. La verdad es que no hay ninguna razón científica que justifique este “veranillo ni ningún otro. Pese a ello se pueden explicar algunas causas sobre el porqué ocurre.

Al ser a finales de septiembre, el verano ya ha terminado y nos hemos sufrido el primer coletazo del otoño. Esta época del año se caracteriza por la transición entre estaciones. Se intercalan los días cálidos, con los frescos. La atmósfera cambiante suele provocar después unos días de “buen tiempo”.

Una cuestión de probabilidad

Si miráramos más lejos, esa tendencia de cambios de tiempo continuaría unas semanas más hasta que el otoño esté plenamente instalado. De hecho, el 11 de noviembre tendríamos el Veranillo de San Martín, el último “coletazo” del verano.

Que se alternen los días frescos con los cálidos es algo normal en las estaciones de transición, como son el otoño y la primavera. Que coincida o no con el Santo es otra cosa. De forma popular, incluso actualmente, ponemos el nombre de Veranillo de San Miguel al episodio de buen tiempo que ocurra a finales de septiembre.

Días de San Miguel, que no fueron “Veranillo”

Unos años puede ocurrir y otros no. Si miramos las efemérides, tenemos riadas en Murcia en 1664 y 1919 (con una veintena de muertos); en 1764 en Málaga, en 1791 en Valencia y en 1858 en Cartagena. Los días 29 y 30 de septiembre de 1997 se dieron inundaciones trágicas en Alicante

Más recientes son las riadas que del 27 al 29 de septiembre de 2012 afectaron a Lorca, Puerto Lumbreras, Málaga, Almería o Alicante, que incluso se cobraron varias vidas.

Cosa de costumbres

En esta época coinciden festividades populares y muchas tareas agrícolas, como la vendimia. Debido a las actividades al aire libre, se prestaba mucha más atención a la meteorología. Este fenómeno acabó llegando hasta nuestros días como “sabiduría popular”.

Lo mismo ocurre en el comienzo de la primavera con el invierno que está acabando. Se alternan días de buen tiempo con los de frío, sin embargo, no tenemos Inviernillos.

No son días que se puedan aprovechar en el campo o en los pueblos. Por este motivo, pasan desapercibidos sin que nadie les ponga nombre.