La polémica de los satélites Starlink que darán Internet a todo el mundo

La preocupación llega porque quizá pronto tengamos más objetos artificiales que estrellas visibles a simple vista.

Alejandro Riveiro

Alejandro Riveiro

Estos satélites forman parte de una gran constelación que permitirá ofrecer servicios de Internet a todo el mundo

SpaceX, la popular compañía de Elon Musk, está lanzando los satélites Starlink desde hace ya unos meses. Forman parte de una gran constelación que permitirá ofrecer servicios de Internet a todo el mundo. Especialmente a lugares de difícil acceso. Pero están dando muchos dolores de cabeza por su brillo.

El brillo de los satélites Starlink tras su lanzamiento

Los satélites se están lanzado en lotes de 60. A lo largo de 2020 hay varios lanzamientos planeados por parte de SpaceX. El último tuvo lugar el pasado 15 de febrero para poner otros 60 satélites en la órbita baja de la Tierra.

Comenzaron a unos 240 kilómetros de distancia y, en las próximas semanas, se irán moviendo hasta alcanzar su órbita definitiva, a algo más de 400 kilómetros. Esa cercanía, junto con sus características, hacen que sean objetos brillantes durante las primeras semanas. Son fácilmente reconocibles incluso a simple vista.

Hilera de satélites Starlink observada poco después de su lanzamiento.

Eso permite que sea posible observarlos de la misma forma que la Estación Espacial Internacional. Salvo que, si cabe, son mucho más espectaculares. En lugar de ver un único punto brillante recorriendo el firmamento, podemos ver una larga hilera de objetos.

Si se dan las condiciones apropiadas, es posible verlos incluso desde lugares con mucha contaminación lumínica. Por ello, ya ha llamado la atención de muchas personas. Es una visión muy intrigante y llamativa, a la que no estamos acostumbrados.

Para verlos no es necesario disponer de ningún instrumento especial. Bastas con levantar la vista al cielo en el momento adecuado. En páginas como Heavens-above podemos encontrar la información sobre las mejores oportunidades para observarlos en las próximas fechas.

Si bien en el momento de escribir estas palabras, todavía no se ha creado una página específica para los objetos del quinto lanzamiento (de este 15 de febrero), existiendo solo la de la constelación en general, que es mucho más tenue y difícil de observar.

Un gigantesco dolor de cabeza para la comunidad científica

Sin embargo, el brillo de los satélites es tan positivo como negativo. Es positivo porque provoca que haya más gente que levante la vista al cielo para observar su paso. Es negativo porque impacta en el mundo de la astronomía (tanto profesional como aficionada) de una forma muy tangible.

El paso de estos satélites, por el campo de visión de un telescopio (sea de un observatorio o un telescopio aficionado), provoca que se pierdan datos en la imagen. Es un serio impedimento para la astrofotografía y la observación del espacio profundo.

Disposición (en diferentes planos) de los primeros 1584 satélites Starlink que lanzará SpaceX. Crédito: Lamid58/Wikimedia Commons

Desde SpaceX se han comprometido a reducir el brillo de los satélites. Algo que Elon Musk ya anunció a finales del año pasado, pero que, por ahora, no se ha convertido en una realidad. Siguen siendo demasiado brillantes.

Además, los observatorios profesionales no pueden recurrir al procedimiento habitual. Cuando se sabe que un satélite va a pasar por delante del campo de visión, simplemente se evita observar en ese horario. Con los satélites Starlink no es posible llevar a cabo esta operación. Pueden cambiar su órbita por sí mismos.

La preocupación llega porque quizá pronto tengamos más objetos artificiales, recorriendo el firmamento, que estrellas visibles a simple vista

No solo eso, la comunidad científica está preocupada porque, si se mantienen las expectativas, pronto tendremos más objetos artificiales, recorriendo el firmamento, que estrellas visibles a simple vista. Sin ir más lejos, Starlink estará compuesta por 12.000 satélites en los próximos años.

A simple vista, aproximadamente, se pueden observar unas 9.600. Sin embargo, Musk no parece muy preocupado por este aspecto. Ha sugerido que la mejor solución, de todos modos, es poner más telescopios en el espacio en el futuro.

La evolución del acceso a la órbita baja de la Tierra

A decir verdad, no le falta parte de razón. Fuera de la atmósfera terrestre, los telescopios pueden observar el firmamento con mucha más claridad, sin tener que corregir la distorsión provocada por la propia atmósfera de nuestro planeta.

Pero esa solución no sirve para los observatorios que ya se han construido, ni para los que se están construyendo en estos momentos (como el Telescopio Extremadamente Grande). Pero se puede interpretar como una primera señal de hacia donde está avanzando la industria aeroespacial y nuestra tecnología.

Concepto artístico del Telescopio Extremadamente Grande. Crédito: ESO/L. Calçada

Poco a poco estamos viendo como el acceso al espacio es cada vez más barato. SpaceX no es la única compañía que va a crear una constelación de satélites para ofrecer servicios de Internet. Este mismo año, la compañía británica OneWeb, apoyada por Richard Branson, también va a lanzar su propia constelación, que estará compuesta por 800 satélites.

A más largo plazo, hacia la década de 2030, ya se está planteando la posibilidad de tener hoteles en la órbita terrestre. Presumiblemente no serán baratos, pero pintan un escenario diferente.

Un escenario en el que viajar más allá de la atmósfera de nuestro planeta sea mucho más habitual de lo que lo es en estos momentos. Estamos viviendo esos primeros pasos, y la adaptación de nuestra tecnología, y nuestra sociedad, hacia un camino que, si todo va bien, nos convertirá en una especie interplanetaria.

Sin embargo, en ese camino, será necesario encontrar un equilibrio. La tecnología y el avance científico tienen que ir de la mano. Veremos cuánto tarda Starlink en corregir el brillo de sus satélites. Pero mientras tanto, ¡aprovechemos la oportunidad para observarlos!