La Niña ha llegado para quedarse

Explicamos qué condiciones se han de cumplir para identificar este fenómeno y cuáles son sus impactos globales.

Maddalen Iza

Maddalen Iza

Hace semanas que se avisó de su posible llegada y por fin ha sido confirmada por la NOAA. La Niña es la fase fría del fenómeno ENSO, que se produce en la atmósfera y el océano del Pacífico ecuatorial, y es uno de los principales patrones de variabilidad climática, capaz de modificar la circulación atmosférica a nivel mundial.

¿Cuáles son las condiciones de La Niña?

Repasamos cuáles son las condiciones para tener un evento de La Niña.

La primera condición es que la temperatura superficial del mar esté más fría de los normal, como mínimo 0.5ºC más fría de lo habitual. Esta es la principal condición y la primera en cumplirse.

La segunda condición es que estas anomalías frías se mantengan al menos tres o cuatro meses. Parece que esta condición también se cumple: la mayoría de los modelos predicen que la temperatura de la superficie del mar se mantendrá por debajo del umbral del -0,5°C durante el próximo invierno.

Pronósticos de las anomalías de la temperatura superficial del mar. Fuente: International Research Institute (IRI) for Climate and Society

Por último, al tratarse de un fenómeno acoplado atmósfera-océano, la atmósfera también ha de mostrar una señal. Durante La Niña se intensifica la circulación atmosférica sobre el Pacífico, conocida como la circulación de Walker.

Este patrón de circulación a gran escala se caracteriza por ascensos de masas de aire sobre las aguas muy cálidas al oeste del Pacífico y descensos en el Pacífico oriental. Esta tercera condición también se cumple: se ha observado que la circulación de Walker está más intensificada de los normal.

¿Qué impactos tiene La Niña?

La primera consecuencia de la intensificación de la circulación de Walker es una menor precipitación en el centro del Pacífico y más lluvia en Indonesia y en el Pacífico occidental. Del mismo, afecta de forma directa a la costa de Perú, donde causa condiciones más frías y secas de lo habitual, mientras que en el norte de Brasil se incrementan las precipitaciones.

Unos de los aspectos más relevantes de este fenómeno son sus impactos en la meteorología y el clima mundial.

A mayor escala la señal de La Niña puede ascender en altura y latitud, modificando las corrientes en chorro que modulan el tiempo en nuestra latitudes, como es el caso del norte de América.

Impactos de La Niña durante los meses de diciembre a febrero

Durante La Niña el norte de Estados Unidos y Canadá tienden a estar más fríos, mientras que en el sur suelen tener condiciones más cálidas y secas. Lo cual preocupa en concreto a estados como California, donde es posible que la sequía e incendios que sufren se intensifiquen por el efecto de La Niña.

La Niña puede llegar a modificar el tiempo en la península ibérica, favoreciendo un invierno más seco de lo habitual.

Sus impactos también alcanzan el sudeste Asiático, provocando inviernos más secos en el sudeste de China y más fríos en Japón y la península de Corea. En África La Niña es la responsable de condiciones más frías y húmedas en el sureste del continente.

¿Más huracanes por culpa de La Niña?

Otro importante impacto global de La Niña es su efecto en la temporada de huracanes del Atlántico, puesto que favorece que se desarrollen los huracanes. Este año, de hecho, estamos viviendo una temporada extremadamente activa, con hasta cinco ciclones tropicales surcando el Atlántico simultáneamente.

Sistemas tropicales con nombre propio en el Atlántico el día 17 de septiembre. Fuente: NHC

A falta de más de dos meses para que finalice la temporada, el 30 de noviembre, estamos a punto de agotar la lista de nombres con los que se nombran estos sistemas. Queda una letra para acabar el abecedario, la W, y después tendrán que ser nombrados utilizando el alfabeto griego.