La Niña de 2020 podría ser diferente a otras registradas

La Niña de este 2020 alterará la climatología del planeta durante los próximos meses, pero hay otros factores que podrían cambiar su comportamiento habitual.

Mario Picazo

Mario Picazo

La Niña, el patrón que se caracteriza por la presencia de temperaturas de la superficie del mar medio grado inferiores a la media en el Pacífico ecuatorial, ha llegado para quedarse por lo menos hasta el invierno de 2021. 

La NOAA lo hacia oficial la semana pasada poniendo de manifiesto también los habituales impactos que el patrón oceánico suele tener a nivel global. También se han publicado las últimas predicciones de la posible evolución de La Niña, que podría empezar a perder intensidad durante el inicio de 2021.

Anomalías de temperatura para la segunda semana de septiembre 2020 centradas en el día 2. Fuente: NOAA

La presencia de la Niña intensifica los huracanes en el Atlántico al reducir la cizalladura del viento en la región, un fenómeno que de ser más intenso suele limitar la formación de tormentas tropicales. También modifica los patrones de precipitación y temperatura en muchas regiones del planeta, especialmente en aquellas que se encuentran más cerca del Pacífico. 

Principales impactos del fenómeno de La Niña entorno a la región del Pacífico.
Fuente: el tiempo.es

La influencia de otras zonas del Pacífico

Este año sin embargo, como se comporte La Niña entre ahora y el inicio de la primavera, cuando esta previsto que las aguas de Pacífico ecuatorial ya hayan vuelto a condiciones normales, dependerá de otros factores también oceánicos. 

En 2016, las intensas anomalías positivas de temperatura del Pacífico norte, un patrón conocido como ¨The Blob¨ (¨La Mancha¨) alteraba el comportamiento de un intenso El Niño presente el Pacífico ecuatorial. Este año, los expertos apuntan a que algo similar podría ocurrir con La Niña.

Anomalía de la temperatura de la superficie del mar el 23 de septiembre de 2020.
Fuente: NOAA

Las aguas del Pacífico norte, desde América del Norte hasta Asia, presentan anomalías positivas de temperatura. En amplias zonas del océano están entre 2 y 4 grados más altas que la media, un patrón que nada usual que podría influir, de no evolucionar hacia condiciones normales, en el habitual patrón de impacto de La Niña a nivel regional e incluso global. 

La distribución de las anomalías de la temperatura del mar en el Pacífico norte, no es la misma que se observó durante El Niño de 2016, este 2020 es más extensa. Los expertos aún desconocen que cambios provocará en las anomalías climatológicas que habitual acompañan a La Niña.

La Niña y el Cambio Climático

Aunque fenómenos como La Niña y también El Niño, son parte de la variabilidad climática natural, el aumento de las temperaturas globales puede atenuar o cambiar los efectos que estos dos patrones producen por el mundo.

En el pasado, La Niña tendía a bajar las temperaturas globales, pero en los últimos años el planeta se ha calentado tan rápido que ese efecto se ha ido diluyendo. 

Anomalía de temperatura entre Septiembre 2019 y Agosto de 2020. Fuente: Copernicus

Probablemente sea demasiado pronto para saber cómo afectará el cambio climático a los patrones habituales de los Niños, pero la investigación empieza a mostrar cómo un clima más cálido, generado entre otros factores por océanos más cálidos, puede amplificar los efectos tanto de El Niño como La Niña.

2020 va camino de convertirse en uno de los años más cálidos del registro. Dependerá en gran parte de cuanto influya el enfriamiento que aporta La Niña, y también del calentamiento que puedan sumar otras regiones oceánicas, como la del Pacífico norte.