La cumbre del clima en Polonia cierra con sabor agridulce

El interés económico de algunos sectores siguen siendo muros poner en marcha acciones que permitan contener el calentamiento global a 1.5ºC.

Mario Picazo

Mario Picazo

El interés económico de algunos sectores sigue siendo un muro a la hora de poner en marcha acciones que permitan contener el calentamiento global a 1.5oC

Después de dos semanas de presentaciones, debates y toma de decisiones, la cumbre del clima de Polonia se cierra con sabor agridulce. El tira y afloja de 200 países comprometidos a poner en marcha los acuerdos de París 2016 se ha alargado dos días más de lo previsto debido a la escalada de tensiones que ha ido surgiendo en los momentos finales de la cumbre.

Pero tensiones a parte, uno de los puntos bajos de esta cumbre ha sido el nulo apoyo de uno de los países del mundo que más COper capita aporta al calentamiento global, Estados Unidos. La administración Trump sigue rechazando la voz de los expertos del IPCC y mantiene su propio rumbo en lo que a política medioambiental se refiere.

El acuerdo cerrado en Katowice, Polonia este pasado fin de semana sirve para desarrollar las acciones inicialmente propuestas en París hace 2 años, aunque el documento finalmente no contiene todo lo que muchos desearíamos ver plasmado. El interés económico de algunos sectores y el color de la bandera de varios gobiernos, siguen siendo auténticos muros para llevar a cabo un libro de acciones que realmente permita contener el calentamiento global a 1.5oC respecto al periodo pre-industrial, como hace unas semanas recomendaba el panel de expertos del IPCC (Panel Intergubernamental Cambio Climático).

Uno de los puntos bajos de esta cumbre ha sido el nulo apoyo de uno de los países del mundo que más COper capita aporta al calentamiento global, Estados Unidos

200 países ponen en marcha su acción contra el clima después de dos semanas de negociaciones en Polonia

Para algunos países, el resultado de la cubre es más que positivo porque se ha conseguido cerrar el acuerdo y ponerlo definitivamente en marcha. Otros sin embargo, piensan que no es tan ambicioso como debería ser si realmente se pretende alcanzar los objetivos previstos. Países como Estados Unidos, Rusia, Arabia Saudí y Kuwait han diluido todo lo que han podido los informes presentados por los expertos que llevan años siguiendo e investigando el impacto humano sobre el clima terrestre.

Para estos cuatro gobiernos, principales productores de petróleo del mundo, los intereses económicos priman, y reducir como propone el IPCC sus emisiones de gases efecto invernadero un 45% no entra en el planteamiento de sus políticas medioambientales. Para los otros 200 países implicados, es complicado que estén completamente satisfechos con los acuerdos que se llevan a casa firmados, pero todos tienen muy claro lo que supondría no sumarse a la acción contra el clima lo antes posible.

Países como Estados Unidos, Rusia, Arabia Saudí y Kuwait han diluido todo lo que han podido los informes presentados por los expertos

Si los países que han ratificado el acuerdo siguen las reglas del juego pactadas en el COP24, podríamos ver una reducción de las emisiones de gases efecto invernadero y evitar que la temperatura media del planeta no suba más de 2oC como se propuso en París 2016. Lo que se consiga reducir por debajo de ese valor, será un esfuerzo extra por parte de los países implicados, pero cuanto más se acerque a la marca de 1.5oC mejor. Desde el periodo preindustrial ya nos hemos calentado 1oC y si siguiéramos contaminando al ritmo actual, en 2040 ya habríamos llegado a esa fatídica marca de 1.5oC.

Principales países emisores de CO2 per capita. En lo alto de la lista países que no han ratificado el acuerdo como Estados Unidos, Arabia Saudí o Kuwait.

Las principales tensiones de la cumbre han girado en torno al tema de los mercados de carbono y como algunos países se beneficiarían más que otros en el intercambio de cuotas de emisiones de gases efecto invernadero. Este punto de las negociaciones ha sido la gran tarea pendiente de las negociaciones y no se podrá cerrar hasta la próxima cumbre COP25 que se celebrará dentro de un año en Chile.

Es muy probable que en estos 12 meses que nos separa de la próxima cumbre de acción contra el clima, la investigación y el rigor científico que la respalda, de luz a nuevos informes que confirmen la necesidad de que todos los países implicados sean mucho más ambiciosos a la hora de gestionar los gases efecto invernadero que emiten.

 

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