Incendios en invierno: fuego en vez de nieve

Una oleada de fuegos han arrasado cientos de hectáreas en Cantabria en pleno invierno. ¿Está la huella del cambio climático detrás?

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Una oleada de fuegos, más de 197, ha arrasado cientos de hectáreas en Cantabria este mes de febrero. ¿Está el cambio climático detrás?

VÍDEO: INCENDIO EN CANTABRIA EN PLENO FEBRERO

Desde el pasado jueves, se han declarado más de 197 fuegos en Cantabria que se han visto agravados por las condiciones meteorológicas de últimos días. Unos incendios en invierno, que aunque no son muy frecuentes, sí son relativamente habituales cuando se suman una serie de particularidades como el viento sur, la falta de precipitaciones, y la acción humana, entre los factores principales.

«Durante el pasado fin de semana Cantabria tuvo situación de sur: viento que llega cálido y seco tras superar la cordillera, el más apropiado para la propagación del fuego. Además esto provocó un ascenso de las temperaturas, se registraron más de 18ºC en el extremo sur de la región y hasta 23ºC en el entorno de la capital, valores mucho más altos de lo normal para el mes de febrero», explica Irene Santa, meteoróloga de Eltiempo.es

De todos esos fuegos declarados, gran parte de ellos están controlados y en proceso de extinción. Sin embargo, debido a la situación meteorológica de las próximas horas, en las que se prevé que continúen los vientos y en ausencia de fuertes precipitaciones, los servicios aún continúan en alerta para evitar que se reaviven, según indican fuentes del gobierno cántabro.

«Los incendios en invierno son una tendencia debido al cambio climático»

De hecho, tal y como se puede comprobar en el mapa de alerta, el área más occidental de la región cántabra todavía está con un nivel muy alto de riesgo por las llamas.

Causas de los incendios en invierno

«El viento de sur no es noticia en ningún momento del año, pero la masa de aire que nos ha afectado era más cálida de lo habitual y la combinación de ambos factores ha hecho que los valores sean más altos de lo que cabría esperar para este momento del año», recuerda Santa.

Estos incendios en invierno, especialmente en la zona norte del país, son relativamente frecuentes. La semana pasada las llamas también arrasaron zonas boscosas y de monte bajo en diversas provincias de Castilla y León y en el año 2015, una oleada fuegos dejó más 10.000 hectáreas arrasadas por llamas en Cantabria también en el primer trimestre del año.

En el caso del norte peninsular, estos desastres se producen siempre en función de los factores meteorológicos, como la ausencia o deshielo de la nieve, la altitud del terreno, los episodios de viento y la persistencia de los anticiclones del primer trimestre del año, como ha ocurrido este 2019.

«Los incendios en Cantabria tienen una marcada estacionalidad invernal porque tradicionalmente la actividad ganadera ha preparado el monte antes de la subida del ganado a los puertos a comienzos de la primavera, a base de quemas. Para ello, y como la vegetación atlántica tiene mucha humedad y no es fácil que arda, se aprovecha el tiempo anticiclónico y el viento sur (cálido y seco) que reduce la humedad de la vegetación, para quemarla», apunta Virginia Carracedo Martín investigadora del departamento de Geografía, Urbanismo y Ordenación del Territorio de la Universidad de Cantabria.

Así, estos fuegos son habituales por el aumento de las temperaturas en esta época del año tal y como detalla Mónica Parrilla, responsable de la campaña de Incendios Forestales de Greenpeace. “Los incendios en invierno son una tendencia”, explica Parrilla.


El oeste de Cantabria está en nivel muy alto de riesgo de incendio

En este sentido, un trabajo de investigación de la Universidad de Cantabria asegura que los incendios forestales en el norte peninsular se producen con un máximo de frecuencia y afectando a más superficie durante del final del invierno y comienzos de la primavera. Y entre el origen de estas llamas, se encuentran las quemas de matorral para favorecer el rebrote de los pastos antes de que el ganado sea conducido al monte en primavera.

“Los incendios presentan en Cantabria una distribución muy desigual a lo largo del año, con una clara concentración de los sucesos en el periodo correspondiente a los meses más fríos. Los fuegos se originan principalmente durante el primer cuatrimestre del año, hasta el punto de que enero, febrero, marzo y abril han concentrado a lo largo de los últimos veinte años el 76,21% de los siniestros de cada temporada.”, detalla este trabajo.

Meteorología en los incendios en invierno

Según ha detallado el Gobierno de Cantabria, los pirómanos están detrás de alguno de los focos. De hecho, la Guardia Civil ha detenido a dos personas vinculadas con los fuegos de este fin de semana, pero la mayoría se han producido por la quema de matorral para facilitar el crecimiento de pasto. Así, ante un periodo de anticiclón con vientos del sur, estas condiciones han provocado que las llamas se propaguen sin ningún tipo de control.

Una oleada de fuegos han arrasado cientos de hectáreas en Cantabria
Fuente: Gobierno de Cantabria

«El fuego es una herramienta de gestión y las quemas deben se tienen que autorizar» ya que un mal uso de las llamas puede provocar estos incendios de invierno, explica Parrilla.

Por su parte, Carracedo considera que «hay muchos conflictos» desde hace mucho tiempo entre el medio rural, en Cantabria muy vinculado a la ganadería, y la administración forestal, que es la que gestiona los montes. «Hasta que no se llegue a la base de los problemas es más que probable que sigamos teniendo incendios, por desgracia para todos porque cualquier día va a producirse una tragedia», se lamenta la investigadora.

Según detallan desde Greenpeace, la zona norte del país es una de las áreas con una planificación más deficitaria en materia de incendios forestales a pesar de que más de la mitad de los fuegos del país se producen en Cantabria, Asturias, Galicia, País Vasco, León y Zamora.