¿Cómo pueden ayudar los impuestos al cambio climático?

El aumento de la presión fiscal o las rebajas impositivas pueden ser determinantes para conseguir estrategias efectivas que frenen el calentamiento global.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

El aumento de la presión fiscal o las rebajas impositivas pueden ser determinantes para conseguir estrategias efectivas que frenen el calentamiento global

Los impuestos al cambio climático, ya sea a través del aumento de la presión fiscal a las actividades más contaminantes o de la rebaja de tasas a las más medidas más sostenibles, son un factor determinante para ayudar a combatir el calentamiento global. El pasado mes de septiembre, durante una reunión del G-7 – los países más desarrollados del planeta- la directora general del Banco Mundial , Kristalina Georgieva, destacó que para luchar contra el cambio climático será necesario establecer unos impuestos a las emisiones de carbono, entre otras estrategias.

«Creemos firmemente que podemos enviar una señal económica al introducir un precio virtual para el carbono. Somos la última generación que puede hacer algo para combatir el cambio climático pero también somos la primera generación que tiene que vivir con sus consecuencias”, señaló la directora del Banco Mundial a la agencia AFP.

Los impuestos ayudan a orientar el comportamiento de los agentes económicos y contribuir a la protección del medio ambiente

Según sus palabras, existe un “consenso entre los científicos y economistas” en que el aumento de la presión fiscal es el procedimiento más adecuado para modificar el comportamiento de las acciones más contaminantes.

Propuestas de impuestos al cambio climático

En este sentido, la semana pasada, las principales organizaciones y entidades ecologistas de España, presentaron el texto ‘Propuestas de fiscalidad ambiental: avanzando hacia un mundo más justo y sostenible’.  Un documento en el que instan al Gobierno a establecer una batería de medidas impositivas para “para poder orientar el comportamiento de los agentes económicos y contribuir a la protección del medio ambiente y a la mejora de la justicia social”.

El objetivo de estas propuestas sobre los impuestos al cambio climático es concienciar a los responsables de las consecuencias de sus actividades contaminantes, bonificar la realización de buenas prácticas, reducir los desequilibrios sociales y mejorar la coherencia y coordinación de todos los impuestos administrativos, desde la autoridad local, regional y central.

Somos la última generación que puede hacer algo para combatir el cambio climático

Así, estas organizaciones ecologistas han diseñado una estrategia de 30 medidas que van desde el aumento de los impuestos a los hidrocarburos como el diésel, a los medios de transporte más contaminantes o a la energía nuclear hasta recuperar las deducciones fiscales por inversiones en actividades sostenibles, entre otras propuestas

Reducción de los impuestos al cambio climático

Sin embargo, las tasas e impuestos al cambio climático no son un camino únicamente de subida. También puede ser de bajada para potenciar otras actividades más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Uno de los ejemplos más actuales sobre la efectividad de la desregulación y reducción de la presión fiscal es incremento de los paneles solares en España tras la eliminación del denominado ‘impuesto al sol’.

Según los datos aportados por la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), la potencia de la energía fotovoltaica en España durante el pasado año se ha incrementado en un 94% hasta los 261,7 megavatios (MW). La gran mayoría de ellos destinados al autoconsumo de electricidad ya sea para viviendas, edificios, para explotaciones agrícolas o plantas solares. Todo ello como consecuencia de la eliminación de tasas económicas y trabas administrativas para este modelo.

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