Hallazgo revolucionario: anuncian la detección de posibles señales de vida en Venus

Se trataría de uno de los casos más convincentes que se han publicado en los últimos tiempos de señales de vida en otros lugares del Sistema Solar.

Alejandro Riveiro

Alejandro Riveiro

Se trataría de uno de los casos más convincentes que se han publicado en los últimos tiempos de señales de vida en otros lugares del Sistema Solar

Un grupo de investigadores ha anunciado el descubrimiento de lo que podrían ser señales de vida microbiana en Venus. Aunque no es una confirmación de vida en otros lugares del Sistema Solar, sí es uno de los casos más convincentes que se han publicado en los últimos tiempos. Podría ser un paso muy importante…

Descubren fosfina en la atmósfera de Venus

El hallazgo, que ha sido posible gracias a los telescopios James Clerk Maxwell, en Estados Unidos, y ALMA, en Chile, es de lo más intrigante. Se trata de la detección de fosfina, un compuesto formado por tres átomos de hidrógeno y uno de fósforo, en la atmósfera de Venus.

Concretamente, en la conocida como región templada, que se encuentra a entre 48 y 60 kilómetros de altura. Es una franja en la que se ha planteado que la vida podría encontrar las condiciones necesarias para sobrevivir. Por lo que resulta algo tremendamente interesante.

Fuente: NASA

A fin de cuentas, hay que recordar que las condiciones en la superficie de Venus son infernales. Aunque es un mundo con un diámetro y masa similares a los de la Tierra, el segundo planeta del Sistema Solar es diametralmente opuesto. Su superficie soporta una temperatura de 460ºC. Tan alta como para fundir plomo.

Se trata de la detección de fosfina, un compuesto formado por tres átomos de hidrógeno y uno de fósforo, en la atmósfera de Venus

Además, su atmósfera tiene una presión 90 veces superior a la de la Tierra. Por si no fuese suficiente, las nubes están compuestas de ácido sulfúrico. La vida, tal y como la conocemos, en la superficie de Venus, es imposible.

Por eso, en las últimas décadas, se ha planteado que el mejor lugar para buscarla sería la atmósfera. Esa llamada región templada es un lugar relativamente acogedor. Experimenta temperaturas que van de los 0 a los 100ºC.

La presión atmosférica es mucho menor y ciertos organismos podrían encontrar un refugio razonablemente atractivo. Recordemos que se ha planteado que Venus, tras su formación, pudo tener (al igual que Marte) las condiciones necesarias para ser habitable. La vida bien pudo aparecer en aquel entonces.

El último refugio de una vida que no sería sencilla de explicar

Suponiendo que, realmente, llegase a aparecer la vida en Venus. Es posible que, a medida que el planeta cambiaba, los organismos que pudieran habitarlo se fuesen adaptando a unas condiciones cada vez más duras.

Por lo que, en algún momento, terminaron encontrando refugio en las capas intermedias de la atmósfera. Hasta aquí, el relato es de lo más intrigante y razonable. Si apareció vida en Venus, cuando se convirtió en un infierno, esta podría haber migrado a una región mucho más agradable para continuar con su existencia.

La fosfina tiene la particularidad de que, en planetas rocosos, solo parece tener dos orígenes posibles. Bien creándola de forma artificial, en laboratorios, o bien como producto de microbios en entornos libres de oxígeno. Esos microbios utilizan el hidrógeno, lo combina con los minerales de fosfato y expulsan fosfina como resultado.

El estudio llega de una investigación realizada por un equipo internacional de astrónomos de cuatro de las universidades más importantes del mundo

Es un proceso bien conocido en la Tierra, pero que se da en circunstancias muy diferentes. Los organismos que la generan, aquí, viven en entornos que tienen apenas un 5% de ácido. En Venus es muy superior.

Las nubes de Venus son, casi en su práctica totalidad, ácido. Es un entorno que resultaría tremendamente hostil para los microbios de la Tierra. Pero teniendo en cuenta que es aún menos probable que haya laboratorios en el planeta, parece ser la única posibilidad que nos queda sobre la mesa.

Sin embargo, si fuese así, estaríamos hablando de que se ha anunciado la detección inequívoca de vida en Venus. Para bien o para mal, en realidad no se puede llegar a esa conclusión, aunque es cierto que es de las ocasiones en las que más cerca se está.

Los posibles orígenes de la fosfina

La fosfina también puede tener un origen no biológico. Sin embargo, hasta ahora, solo se ha observado en entornos muy diferentes a los de un planeta rocoso. Está presente en lugares como las atmósferas de Júpiter o Saturno.

Allí, las condiciones extremas de ambos gigantes gaseosos son más que suficientes para, de forma natural, provocar que se forme el compuesto. También se ha encontrado más allá del Sistema Solar. Incluso alrededor de estrellas. Es decir, hay mecanismos no biológicos que pueden dar lugar a la aparición de fosfina.

El dilema, sin embargo, es que estos mecanismos no parecen posibles en los planetas rocosos. Los investigadores han considerado algunos escenarios, como el efecto de la radiación solar, minerales expulsados desde la superficie, actividad volcánica e incluso rayos, que podrían permitir la formación del compuesto.

Venus esconde una gran cantidad de información que podría ayudarnos a comprender mejor la Tierra y los exoplanetas. El JPL de la NASA está diseñando conceptos de misión para sobrevivir a las temperaturas extremas del planeta y la presión atmosférica. Esta imagen es un compuesto de datos de la nave espacial Magellan de la NASA y el Pioneer Venus Orbiter.
Créditos: NASA / JPL-Caltech

Sin embargo, sería en cantidades muy inferiores a lo observado en Venus. Apenas una diezmilésima parte de lo visto. Por lo que debería haber una fuente adicional que está generando mucha más fosfina. La vida encaja muy bien ahí.

Porque, según explican, los organismos terrestres, que la generan, serían capaces de crear las cantidades observadas trabajando solo un 10% por encima de su mínimo. Sin embargo, no se puede descartar que haya algún proceso, no conocido hasta ahora, que pueda provocar que se formen grandes cantidades de fosfina en un planeta rocoso.

Es necesario descartar esa posibilidad antes de poder realizar una afirmación extraordinaria. Los investigadores creen que no hay ningún mecanismo posible, salvo el de origen biológico.

Si se confirmase que se trata de vida, sería un hallazgo revolucionario

El propio equipo ya ha anunciado que seguirá adelante con las observaciones de Venus. Quieren detectar otros compuestos que sean señales biológicas. Es decir, cuyo origen pueda estar, únicamente, en los seres vivos, para así poder disipar dudas sobre si realmente hay vida en Venus.

La fosfina por sí misma, aunque prometedora, no es suficiente. Es necesario descartar, primero, que no haya mecanismos no biológicos que, simplemente, no se habían conocido hasta ahora. La confirmación de vida podría ser una revolución.

La confirmación de vida en Venus podría ser una auténtica revolución

Si llegase en algún momento, querría decir que en el Sistema Solar hay más de un mundo habitado. Cabría preguntarse, después, cuál fue el origen de esa vida. Es decir, ¿viajó desde la Tierra al resto del Sistema Solar? O, por el contrario, ¿apareció por su propia cuenta en Venus?

Ambas preguntas nos llevan a escenarios diferentes con una conclusión muy similar: la vida podría ser mucho más abundante de lo que se imaginaba. Podría estar presente en entornos mucho más extremos de lo que se suponía hasta el momento. Podría estar en todas partes.

Pero, para poder afirmar que se ha encontrado vida en Venus, habrá que tener algo de paciencia. En los próximos meses, y años, oiremos hablar mucho más del segundo planeta del Sistema Solar. Un lugar en el que, probablemente, pocos esperaban encontrar el mayor haz de esperanza para saber si estamos solos en el universo o no.

Por ahora, sigue pareciendo que estamos solos. Pero puede que un gas (tremendamente maloliente, por cierto), sea el primer paso para descubrir que, quizá, nuestra compañía estaba mucho más cerca de lo que creíamos…