Factores de la gripe para saber cómo vendrá este año

Las características del virus, las condiciones climáticas o el tamaño de las ciudades, elementos que lo determinan.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Con el mes de octubre, llegan también la bajada de las temperaturas y los primeros casos que marcan el inicio de la temporada de gripe. Así, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud ha anunciado que este año la campaña de vacunación se iniciará en la tercera semana de este mes para garantizar un suministro adecuado, una mejor efectividad y para adaptarse al patrón epidemiológico como a las particularidades de cada región.

Estos factores, como las características del virus, las condiciones climáticas o la protección de la población determinan en gran medida la incidencia de la gripe en la sociedad. Pero no son los únicos. El tamaño de población en la que residimos también puede ser un elemento que condicione las tasas de contagio de la gripe. Un reciente informe señala que, aunque la intensidad de este virus varía cada año, existen unas notables diferencias en la incidencia relacionada con el número de habitantes de las ciudades.

«Puede ser posible diseñar ciudades más inteligentes que controlen mejor las epidemias»

“La intensidad de las epidemias de gripe están determinada por el clima, el tamaño de la población y los patrones de comportamiento en los lugares en los que las personas viven y trabajan”, apunta a Eltiempo.es Stephen Kissler, uno de los autores principales del estudio.

Análisis de los casos de gripe

Así, las epidemias en ciudades más pequeñas se concentran en períodos más cortos de la temporada de gripe, mientras que en ciudades más grandes, la incidencia es más difusa.“Estas diferencias son predecibles y podemos estudiarlas para predecir su comportamiento”, añade Stephen Kissler.

Según los investigadores, las ciudades tienen un papel muy relevante en el contagio de la gripe ya que actúan como focos epidémicos y  sirven como “centros centinela”. Además, los datos obtenidos podrían ser fundamentales para predecir el comportamiento del virus a gran escala.

“Dado que el crecimiento y la forma de las ciudades afecta a su función como incubadoras de enfermedades infecciosas impulsadas por el clima, puede ser posible diseñar ciudades más inteligentes que controlen mejor las epidemias frente a la aceleración del cambio global”, concluyen.

Campaña 2018 – 2019 de la gripe

Para esta temporada de gripe, que comenzará su vigilancia a mediados del mes de octubre, la vacunación tiene como objetivo reducir la mortalidad y el el impacto de la enfermedad en la sociedad. Por ello, las autoridades advierten que debe ir dirigida a proteger a las personas que tienen un mayor riesgo, proporcionan servicios esenciales en la comunidad y por su actividad están expuestas a virus aviares o porcinos.  

“Deseamos que las coberturas vacunales mejoren y sigamos avanzando hacia los objetivos subrayados por la OMS, de los cuales todavía nos encontramos algo alejados en este país”, comenta Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV).

Una campaña moderada

No obstante, en la pasada campaña, durante el periodo de septiembre de 2017 hasta enero de 2018,  la incidencia de la gripe fue “moderada o elevada” en comparación con las temporadas previas en el hemisferio norte.

La gripe siempre es mala para las personas mayores y para las que soportan una determinada situación de riesgo

Por su parte, para este año, el Centro de Control de Enfermedades Infecciosas y Prevención de EE.UU señala que “no es posible predecir cómo será esta temporada de gripe ya que el virus se propaga todos los años y la gravedad de la enfermedad y la duración de la temporada varían de un año a otro”, detallan en un comunicado.

“En Europa la actividad alcanzó niveles moderados, presentando en algunos países niveles superiores a las temporadas previas, así como un mayor número de hospitalizaciones e ingresos en las unidades de críticos”, señala el Sistema  Nacional de Vigilancia de la Gripe.

“Hay que recordar que la gripe siempre es mala para las personas mayores y para las que soportan una determinada situación de riesgo y debemos reforzar la idea de que la vacunación antigripal disminuye los riesgos de que esa enfermedad termine afectándoles seriamente”, puntualiza García Rojas.