Gota fría: ¿nos espera un final de verano de lluvias torrenciales?

Llegamos a la recta final del verano con el Mediterráneo más cálido más de lo normal. ¿tendremos por lo tanto tormentas intensas en septiembre y octubre? te contamos que podría pasar.

Mario Picazo

Mario Picazo

  • Con las incursiones de aire frío en capas altas de la atmósfera y vientos persistentes de levante, podrían registrarse fuertes lluvias.
  • A pesar de tener un Mediterráneo más cálido de lo habitual, no quiere necesariamente decir que lleguen a registrar intensas precipitaciones en nuestras costas.

Este 2017 llegamos a la recta final del verano con el Mediterráneo más cálido de lo habitual. La mayoría de los años el final del verano suele coincidir con las temperaturas más elevadas de la superficie del mar, llegando a valores que en algunas zonas oscilan entre los 26 y los 28oC, aunque algunos años como en 2003 se han superado con creces los 30oC.

Anomalías de la temperatura del mar el 28 de agosto de 2017.

Las anomalías de temperatura del mar Mediterráneo son menos elevadas ahora a finales de agosto que en junio, cuando se registró la intensa ola de calor que ayudó a calentar y mucho el agua. Ahora, seguimos teniendo anomalías positivas, es decir, que el mar sigue estando más caliente de lo habitual, pero ya no son de 2 a 4oC como en junio, sino que oscilan entre 1oC y 3oC.

Las más altas se registran en el Mediterráneo oriental cerca de las costas de Turquía, Israel, Líbano, Siria y Egipto y de forma aislada en otras zonas.

Temperatura de la superficie del mar el 29 de agosto de 2017.

En cuanto a las temperaturas actuales del Mediterráneo frente a las costas peninsulares y Baleares, éstas llegan a los 27 y puntualmente 28oC, y aunque están algo más cálidas que otros años, no es una situación excepcional.

Lo que sí es excepcional es ver que todo el mar Mediterráneo de punta a punta,muestra anomalías positivas de mayor o menor grado. Es un factor a tener en cuenta, dado que el vapor de agua que acaba formando las grandes nubes que descargan sobre nuestra geografía, no solo se transporta desde zonas cercanas a nuestro litoral, sino que puede llegar de rincones más lejanos del mar.

Una tormenta descarga con intensidad cerca de Denia en la comarca de la Marina Alta, Alicante.

Que el mar este más cálido, sí es un factor que ayuda a aumentar la probabilidad de que se registren fuertes tormentas entre finales de verano y principios de otoño, pero ese fenómeno solo no se traduce necesariamente en intensas lluvias.

Hay otros procesos atmosféricos que tienen que ocurrir a la vez, para que junto con el aporte de vapor de agua de un mar recalentado, se formen las mencionadas tormentas de gran desarrollo vertical.

A medida que se acerca el final del verano y el principio del otoño, es cuando más tenemos que estar pendientes del cielo porque entramos en uno de los periodos del año en los que la meteorología en España, y especialmente en el litoral Mediterráneo, se torna más extrema.

Ingredientes necesarios para la formación de intenas tormentas como las que se registran en el litoral Mediterráneo español.

No hay fechas exactas, pero habitualmente desde mediados de septiembre hasta mediados de octubre (en ocasiones hasta noviembre), aumenta la probabilidad de que se produzca un fenómeno ya conocido por muchos y que popularmente se denomina ¨Gota Fría¨ (¨DANA¨, o lo que es lo mismo Depresión Aislada en Niveles Altos de la atmósfera para los que seguís la meteorología de manera habitual).

Un chorro de vapor de agua trasportado a lo largo del Mediterráneo genera intensas lluvias en las costas del sudeste peninsular y zonas próximas, con la ayuda de la orografía y otros ingredientes atmosféricos.

Las DANAS son las encargadas de fabricar nubes de gran desarrollo vertical que a su vez descargan ingentes cantidades de agua sobre un mismo lugar en un espacio de tiempo relativamente corto. Para que eso ocurra, tiene que haber una borrasca en la superficie, a ser posible cerca de una fuente importante de vapor de agua.

Una situación clásica de DANA en nuestro Mediterráneo es aquella en la que la borrasca se posiciona entre el litoral norte de Argelia y las costas del sudeste peninsular, aunque en otras ocasiones puede aparecer más al norte o incluso por ejemplo hacia el este en el Golfo de Cádiz.

Situación sinótica en superficie y en altura (500 mb) asociada a una DANA.

En la mayoría de los casos, la borrasca situada sobre la superficie llegará a generar lluvias torrenciales si en niveles más altos de la atmósfera (entre uno 5000 y 8000 metros) sobre esa misma posición, el aire esté más frío de lo habitual.  Esa bolsa de aire frío aislado (de ahí el nombre DANA) ayuda y mucho a que el vapor de agua se condense rápidamente al ascender favoreciendo la rápida formación de nubes y liberando una gran cantidad de energía en la atmósfera.

Tromba marina frente a la ciudad italiana de Génova asociada a la formación de intensas tormentas en el Mediterráneo.

Para potenciar aún más el efecto ascendente del aire húmedo, en España tenemos muchas montañas costeras, el conocido pre-litoral, contra ellas choca el aire húmedo del mar, favoreciendo aún más su ascenso y potenciando su efecto devastador. Un ejemplo de esa situación se registra con frecuencia en las comarcas de la Marina Alta y la Safor ubicadas en la Comunidad Valenciana.

A parte del aire frío en altura, y del aire cálido y húmedo en superficie, hace falta la presencia de un factor fundamental que contribuye y mucho a que haya vapor de agua en el aire, o por ponerlo de otra manera, gasolina para las nubes, la temperatura del agua del mar.

Cómo se encuentre de temperatura por estas fechas previas al otoño nuestro mar Mediterráneo, dice mucho de cómo podrían llegar las siguientes semanas en cuanto a la formación de tormentas intensas. Si se acaban formando, son capaces de descargar cientos de litros de agua en menos de 24 horas desde Andalucía, Ceuta o Melilla, pasando por Murcia y la Comunidad Valenciana, hasta Cataluña y Baleares.

Una intensa tormenta descarga sobre la isla de Tabarca en Alicante. En el cielo se observan nubes mamatus, indicativas de la virulencia del fenómeno.

Por otra parte, no hay que olvidar que la meteorología popular también es sabía, y las cabañuelas publicadas este agosto para algunas zonas del Mediterráneo como Murcia, ya hablan de la posibilidad de que se formen fuertes tormentas en la comunidad, entre finales de septiembre y parte de octubre.

Santiago Heredia, experto en cabañuelas en la provincia de Huelva, observa el cielo para elaborar su predicción.

Como cada año, estaremos muy pendientes de la evolución de la temperatura del Mediterráneo y de las primeras incursiones de aire frío que vayan llegando hacia el final del verano, aunque realmente cuando y donde se vaya a producir una situación de gota fría con lluvias torrenciales no lo sabremos hasta unos días antes de que se produzca el fenómeno.

Lo que sí sabemos es que en esta recta final del mes de agosto ya hemos tenido un pequeño aperitivo tormentoso, y esa podría ser una señal de lo que está por llegar en unas semanas.