Golpe de calor en niños: qué hacer paso a paso

Los bebés y los niños son los más sensibles a sufrir daños, por lo que hay que tener especial cuidado.

Javier Vegas

Javier Vegas

Con la llegada del verano y de las altas temperaturas, hay personas que son más propensas a sufrir las consecuencias del calor. En bebés y en niños hay que ser especialmente cuidadosos, pues son grupo de riesgo, y por lo tanto, de los más sensibles a sufrir algún problema importante, como un golpe de calor.

Las temperaturas elevadas conllevan el riesgo de perder abundantes líquidos corporales. Pudiendo llegar, de esta manera, a la deshidratación. Algo que también se le conoce como «golpe de calor». 

De producirse, es necesario conocer bien los síntomas de un golpe de calor en niños. Además de saber qué hacer paso a paso y cómo prevenirlo.

Fuente imagen: Pixabay

Síntomas del golpe de calor

Aumento notable de la temperatura corporal (39 ºC) y una mayor sudoración.

– La insolación produce cefalea, acompañada de dolor de cabeza e incluso pérdida de conocimiento.

Calambres musculares y fatiga.

Náuseas y vómitos.

Aumento de las pulsaciones del corazón y taquicardia.

Problemas de respiración y sensación de falta de aire.

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Qué hacer paso a paso

Al notar estos síntomas, es necesario actuar lo más rápidamente posible ante un golpe de calor. Lo primero es buscar asistencia sanitaria cuanto antes. De camino al centro médico se puede ir bajando la temperatura corporal del afectado, realizando algunas acciones.

Trasladar al afectado a un lugar sombrío y fresco.

Aligerar la ropa para que el cuerpo respire mejor.

– Utilizar un paño mojado para hidratar al niño algunas zonas como las axilas, muñecas o frente.

– Darle de beber agua que esté fresca, pero no demasiado. Si está helada, el contraste de temperatura puede ser perjudicial.

Si la temperatura corporal es muy alta, la mejor forma de bajar la temperatura de forma rápida es bañar al niño en agua fresca.

Una vez que el niño ha recuperado la temperatura normal, debemos saber que durante la semana siguiente el afectado es más sensible al calor, por lo que será imprescindible evitar las temperaturas altas en la medida de lo posible.

Un golpe de calor en niños es una afección grave, así que los bebés nunca deben estar expuestos directamente al sol, al menos hasta los cuatro años de edad. Normalmente, los golpes de calor en personas de corta edad se producen por descuidos o desconocimiento, por eso es tan importante prevenir.