¿A dónde van a parar los globos de helio que soltamos?

La composición de estos elementos decorativos puede tardar años en desintegrarse y contamina la naturaleza.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

La composición de estos elementos decorativos puede tardar años en desintegrarse y contamina la naturaleza

Los globos de helio son un elemento decorativo muy frecuente en bodas, ferias, eventos y cumpleaños. La variedad de colores, formas y su flotabilidad son características que les permiten crear un ambiente personalizado tanto para pequeños y mayores.

Sin embargo cuando soltamos un globo de helio no solo conseguimos un momento concreto y una buena fotografía, también estamos situando en la atmósfera un elemento que contamina y que tarda años en desintegrarse.

Así, por ejemplo un globo de helio fabricado en poliamida – los de apariencia metálica- puede durar hasta cuatro o cinco días inflado. Y volar por la atmósfera a merced del viento hasta los 8 kilómetros de altura y los más de 3.000 kilómetros de distancia desde el punto en el que se soltó.

El helio es un gas finito esencial para multitud de procesos químicos, tecnológicos y médicos

globo de helio contaminacion

En este viaje, el globo puede explotar en mil pedazos y contaminar el ambiente o  sencillamente caer al desinflarse. Pero sea cual sea el motivo, al descender, contaminan el entorno y debido a los materiales con que se fabrican, pueden tardar hasta 400 años en desaparecer o desintegrarse.

No obstante, se pueden fabricar en látex, un material biodegradable que tarda bastante menos tiempo en desintegrarse, a veces incluso solo unos meses, aunque también contaminan.

Contaminación y globos de helio

Además, debido a su colorido, estos restos de los globos llaman la atención de muchos animales lo que puede afectar notablemente a su salud e incluso provocar su muerte ya que no son capaces de digerirlos y obstruyen su sistema digestivo.

Así, muchos de estos globos de helio acaban en el mar o en el océano con el consiguiente perjuicio para la naturaleza, los animales y los peces. Un lugar en el que su degradación es mucho más lenta que en la tierra.

Muchos de estos globos, al desinflarse, terminan siendo ingeridos por animales marinos al caer en mares y océanos.

De hecho, los palillos que en muchas ocasiones acompañan a estos globos son uno de los objetos más frecuentes encontrados en las playas, según detalla la Comisión Europea.

Pero no son los únicos, también destacan cubiertos, platos, pajitas, agitadores, recipientes de alimentos, entre muchos otros. Tal es el daño que pueden provocar los globos de helio en la naturaleza que existen multitud de grupos e iniciativas que abogan por su prohibición.

Y no sólo por la contaminación que generan, también porque el helio es un gas finito, que se acaba, y es esencial para multitud de procesos químicos, tecnológicos y médicos – como resonancias magnéticas.