¿Funcionan los remedios caseros contra el resfriado?
El ajo o la vitamina C son algunos de los remedios caseros más típicos para aliviar un resfriado. ¿Cómo nos afectan?
Javier Vegas
Todos nosotros hemos sufrido alguna vez un resfriado común, especialmente en los meses de invierno. Aunque normalmente se pasan con reposo, una ayuda en forma de medicamento o remedio casero nos ayudará a pasar el mal trago. Sin embargo, no siempre es fácil tomar una decisión sobre qué es lo que más nos conviene.
Seguramente habrás oído hablar de numerosos remedios caseros para combatir un resfriado. Zumo de limón, ajo, miel, cebolla…¿Son tan eficaces como nos hacen ver?
Se ha demostrado que complementar nuestra alimentación con alimentos que se consideran efectivos contra un refriado hará poca diferencia si ya tenemos una dieta relativamente buena o no hay déficit de vitaminas o de minerales.
El jefe de la división de Enfermedades Infecciosas del Imperial College de Londres asegura que «solamente si tienes deficiencia de un nutriente vital, como las vitaminas, el zinc o el hierro, te ayudará recibir un suplemento concreto«.
El ajo es uno de los suplementos más utilizados contra es resfriado, y por ello se ha realizado un estudio a 150 personas que tomaron o bien solo un placebo, o un suplemento diario de ajo durante 12 semanas durante el invierno.
De los que tomaron el placebo contrajeron 65 resfriados, mientras que quienes tomaron el suplemento de ajo todo el invierno solo sufrieron 24 resfriados.
Cualquier beneficio contra el resfriado podría deberse a una deficiencia previa a esas propiedades, algo que no ocurriría en gente sana.
Por su parte, otro estudio el impacto del suplemento de vitamina C en los resfriados, llegando a la conclusión de que no sirvieron para reducir en una medida significativa el riesgo de sufrir un resfriado. Además, un zumo de naranja no contiene dosis suficientemente altas de vitamina C como para tener impacto.
El efecto placebo tendría parte de la explicación. El estudio ha demostrado que los placebos alivian síntomas al creer en las supuestas propiedades para combatir el resfriado, mientras que los participantes que no saben que están recibiendo la dosis no experimentaron mejoras en los síntomas del resfriado.
Profesores de la Universidad de Southampton aseguran que «el poder del placebo procede de la relación de confianza entre los pacientes y los profesionales de la salud, alguien que presta una atención dedicada y puede ofrecer tratamientos con confianza». La noticia positiva es que las personas que dan por hecho que los remedios son placebos no van a evitar que alivien nuestros síntomas.