Europa vive su invierno más cálido desde que hay registros
Como era de esperar este invierno de 2020 ha sido el más cálido del registro de los febreros en Europa. Estas son las razones.
Mario Picazo
La temperatura media de febrero ha sido 3,9 grados más alta que la de todos los febreros
Este pasado mes de Febrero, se sube al podio de los febreros más cálidos desde que tenemos registros de temperatura. Solo febrero de 2016 lo supera por tan solo 0,1oC, y eso que en algunas zonas del planeta como Europa, si se ha batido con creces el récord de temperatura del mes.
Según el monitor climático de la Unión Europea (Copernicus Climate System) febrero de 2020 ha sido 0,8oC más cálido ha nivel global que el periodo de referencia 1981-2010. En Europa ese dato llama mucho más la atención, ya que en conjunto, el viejo continente ha superado por 3,9oC el registro medio del mes para ese mismo periodo de referencia.
El invierno boreal también ha sido excepcionalmente cálido en Europa
Las anomalías positivas de temperatura registradas en febrero han catapultado este invierno boreal en Europa a lo más alto del podio de los meses más cálidos. El periodo que incluye diciembre 2019 junto con enero y febrero de 2020, ha ido el más cálido de la historia, con un valor 3,4oC más cálido que el promedio del periodo de referencia habitual. Durante los tres meses, hemos visto registros muy elevados en pleno invierno en un buen número de zonas del norte y este del continente, lo que ha llevado este periodo a ser más cálido que el del anterior record registrado en 2015-16.
Estos son los patrones atmosféricos que han llevado a tan elevadas anomalías térmicas
Los meteorólogos coinciden en que las anomalías térmicas del hemisferio norte pueden estar relacionadas con la con las oscilaciones del Atlántico Norte (NAO) y Ártico (AO). Cuando estas dos oscilaciones se encuentran en modo positivo suelen producir temperaturas más suaves. Hemos visto estás dos señales de la circulación atmosférica en modo positivo durante muchos días de este invierno atípico.
Ese escenario de temperaturas suaves y precipitaciones por debajo de lo normal en muchos países del viejo continente, se ha mantenido durante parte de enero y todo Febrero de manera continua. Una de las principales razones, ha sido el comportamiento del patrón meteorológico conocido como la oscilación del ártico (AO).
En términos generales, la AO es un indicador de lo fácil que es que se produzca una invasión de aire helado del ártico hacia el sur llegando a latitudes medias. Cuando está oscilación se encuentra en modo positivo, el frío se queda embotellado al norte del círculo polar ártico, dejando a gran parte de Europa y otras zonas del hemisferio norte con temperaturas suaves.
Parte de la persistencia de este patrón tan positivo, esta relacionado con la estructura que ha tenido el conocido vórtice polar, que también ha alcanzado valores anómalos. A pesar de que se registran a diferentes alturas, los dos fenómenos están conectados. La AO es un patrón de presión en superficie, mientras que el vórtice polar hace referencia a una circulación a varios kilómetros sobre la superficie del ártico, entre la alta troposfera y la baja estratosfera.
A parte de estas señales de variabilidad climática natural como la NAO o AO capaces de aumentar las temperaturas en zonas como Europa o América del Norte, la ciencia ha mostrado a través de estudios de atribución que el calentamiento global, sobre todo en zonas septentrionales del hemisferio norte, está ayudando a amplificar estas señales.
Cuando son más intensas, influyen entre otras cosas directamente en la posición de la corriente en chorro que conduce frentes, borrascas y masas de aire por algunos de los países afectados por las elevadas temperaturas este invierno.