¡Hallan el primer cerebro de un dinosaurio!

Este «guijarro marrón» fue hallado por un cazador. Lo que no se imaginaba es que acabaría siendo uno de los descubrimientos más importantes de los últimos años.

Cristina Herrera

Cristina Herrera

Jamie Hiscocks supo de inmediato que había encontrado algo especial. Fue hace más de una década cuando el cazador de fósiles descubrió un guijarro marrón un tanto extraño en Sussex, Inglaterra.

Pero lo que no podía pensar es que su hallazgo fortuito sería lo que ahora acaban de confirmar los científicos: aquel guijarro marrón ha sido identificado como el primer ejemplo conocido de un cerebro fosilizado de un dinosaurio.

Las conclusiones sobre el fósil fueron publicadas en una publicación especial de la Sociedad Geológica de Londres, en homenaje al profesor de la Universidad de Oxford Martin Brasier, que falleció en 2014.

«Siempre he creído que tenía algo especial», dijo Hiscocks en un comunicado de la Universidad de Cambridge. «Me di cuenta de que había algo raro en la preservación y conservación de tejidos blandos«. Martin dio cuenta de su importancia desde el principio, pero no fue hasta años después de que su verdadero significado».

«En su correo electrónico que me envío, Martin me preguntó si alguna vez había oído hablar de las células cerebrales de los dinosaurios, que se conservan fosilizadas«, Hiscock recuerda. «Yo sabía exactamente a lo que quería llegar. Me sorprendió escuchar esto de un experto de renombre mundial como él», añade.

La investigación del guijarro marrón


Antes de su prematura muerte, Brasier coordinó la investigación sobre la «guijarro marrón» con el Dr. David Norman, de la Universidad de Cambridge.

El descubrimiento de los tejidos blandos fosilizados – n particular, el tejido cerebral- «es un fenómeno raro», destaca el coautor Alex Liu, del Departamento de Ciencias de la Tierra notas de Cambridge. Liu fue uno de los estudiantes de doctorado de Brasier en Oxford cuando se inició el examen del fósil.

El cerebro se presume que ha pertenecido a una especie similar al Iguanodon, un herbívoro gigante que existió hace aproximadamente 133 millones de años.

«Lo que creo que pasó es que este dinosaurio en particular murió en o cerca de una masa de agua, y su cabeza terminó parcialmente enterrado en el sedimento en el fondo», dijo Norman en un comunicado. «Dado que el agua tenía poco oxígeno y era muy ácido, los tejidos blandos del cerebro probablemente fueron preservados y lanzados antes que el resto de que su cuerpo fuera enterrado en el sedimento», informa.

Te puede interesar: