España tendrá su propio centro de vigilancia de amenazas espaciales

Alejandro Riveiro

Alejandro Riveiro

El gobierno de España creará una nueva unidad militar destinada a monitorizar las inmediaciones de la órbita terrestre

Cada año, la cantidad de fragmentos de basura espacial aumenta. Se calcula que hay más de 25.000 fragmentos de al menos 10 centímetros de tamaño. Cuanto más pequeño es el fragmento, mayor es la cantidad. Se estima que hay millones de fragmentos que no llegan a un centímetro de tamaño. Puede parecer irrisorio y algo que no debería ser motivo de preocupación, pero nada más lejos de la realidad.

Imagen (no a escala) de la basura espacial en torno a la Tierra.
Crédito: NASA

Hay que tener en cuenta que, en la órbita baja terrestre, estos fragmentos se mueven, aproximadamente, a 48.000 km/h. A esa velocidad, incluso un fragmento de menos de un centímetro puede provocar serios daños en aquello en lo que impacte. Los satélites de comunicaciones son, por ejemplo, uno de los recursos más importantes. Los utilizamos a diario en nuestro día a día. Forman parte del funcionamiento de nuestra sociedad.

Servirá para evitar que los satélites españoles puedan recibir impactos de basura espacial. Así como otras posibles medidas…

Por ello, no resulta extraño que el Ejército del Aire haya iniciado los preparativos para contar con su propio Centro de Operaciones de Vigilancia Espacial. Entrará en funcionamiento en 2019. Tendrá como responsabilidad el control del primer radar español de vigilancia del espacio, que está ubicado en Morón de la Frontera (Sevilla). Aunque este solo será el primer paso. A medio plazo se creará un Consejo de Seguridad Aeroespacial.

El papel del espacio en nuestras vidas

A los satélites de comunicación hay que sumarle otros. Utilizamos habitualmente satélites para la geolocalización. Es decir, para el uso del GPS. También nos permiten realizar predicciones meteorológicas. Si cualquiera de esos satélites recibiese el impacto de basura espacial, notaríamos las consecuencias en mayor o menor grado. Si bien es cierto que, en la mayoría de casos, hay satélites de respaldo en órbita, listos para entrar en funcionamiento.

Concepto artístico de un satélite GPS.
Crédito: US Government

Esta misma consideración es extensible a las operaciones militares. El ejército español tiene sus propios satélites en el espacio. Pero no solo se trata de proteger nuestros recursos en el espacio del impacto de la basura espacial. Las tormentas solares y el impacto de meteoritos es una amenaza real, tanto en el espacio como en la superficie de nuestro planeta. Las tormentas solares pueden ser particularmente fuertes.

Cada cierto tiempo, el Sol emite potentes llamaradas solares. Tienen la capacidad de dejar nuestros satélites inoperativos, con lo que ello supondría. Además, sus efectos podrían sentirse incluso en la superficie. Ya sucedió en Quebec (Canadá) en 1989. Una tormenta solar dejó a la ciudad sin suministro eléctrico durante nueve horas, en el mes de marzo. Algo así podría suceder de nuevo en otros lugares del mundo, incluyendo España.

La necesidad de reaccionar a tiempo

Por ello, el Centro de Operaciones de Vigilancia Espacial podrá desempeñar un papel fundamental. Si se detecta la llegada de una tormenta solar, que pueda afectar a nuestro país, con horas de antelación, será posible tomar todas las medidas necesarias para disminuir el impacto en nuestra tecnología. Del mismo modo, también podrá alertarnos en caso de que se pueda producir algo similar a lo que pasó en Cheliábinsk (Rusia) en 2013.

En aquel momento, un meteoro explotó en la atmósfera, cerca de la ciudad, dejando numerosos daños. Muchas familias tuvieron que hacer frente al intenso frío en condiciones precarias. Más de 1.000 personas sufrieron heridas de diversa consideración. Si bien no hubo que lamentar víctimas mortales. Este es otro ejemplo de cómo la creación de este centro nos podrá ayudar. Aunque no es habitual que los meteoros se desintegren en la atmósfera (o caigan a la superficie), cerca de núcleos de población, es una posibilidad.

En cualquier caso, estos son solo los primeros pasos. El centro de vigilancia aeroespacial, ya en funcionamiento (y que será antesala del Centro de Operaciones de Vigilancia Espacial del año que viene) cuenta con cinco militares en su plantilla. En 2019, se espera doblar esa plantilla. El centro operará desde la base de Torrejón de Ardoz (en Madrid) y dependerá de la Jefatura de Sistemas de Mando y Control del Ejército de Aire.

Un movimiento con poco parecido al de Estados Unidos

Aunque podría parecerlo, este movimiento no guarda mucha similitud con la maniobra de Estados Unidos. El gobierno de EEUU quiere crear una Fuerza Espacial, por petición del presidente Trump, con un fin diferente. En palabras de su administración, sienten la necesidad de crear una nueva sección, en las Fuerzas Armadas norteamericanas, para poder reaccionar ante casos como el que protagonizó China en 2007.

Mike Pence, vicepresidente de los Estados Unidos.
Crédito: D. Myles Cullen/The White House

En aquel momento, el gigante asiático destruyó un satélite propio, alegando que se encontraba fuera de control. Además, Mike Pence, vicepresidente del gobierno de EEUU, asegura que Rusia está desarrollando sistemas láser para neutralizar infraestructuras espaciales. Así que el papel de la Fuerza Espacial es, literalmente, asegurar a Estados Unidos el dominio del espacio. Para la administración del presidente Trump, es otro lugar en el que presentar batalla (en sentido figurado).

En el caso de España, el cometido de estas instalaciones será mucho más pragmático. Se busca poder reaccionar a las posibles amenazas que surjan en nuestro entorno. De las tres posibilidades, tormentas solares, meteoritos y basura espacial, es esta última la que requiere especial atención. A medida que sigue aumentando la cantidad de satélites y lanzamientos al espacio, la basura espacial seguirá creciendo. Por lo que proteger nuestras infraestructuras será cada vez más importante.