España se prepara para el cambio climático en los desiertos

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Las zonas áridas del planeta sirven de campo de pruebas para desarrollar tecnologías que mejoren la eficacia de la producción de energía y el aprovechamiento de los recursos naturales.

Son kilómetros y kilómetros de desierto. Un lugar inhóspito en el que la lluvia brilla por su ausencia y el sol ajusticia con intensidad a la poca vida animal y vegetal del entorno perjudicado por el cambio climático. Un enclave ideal para probar y desarrollar hoy la tecnología y los proyectos que servirán a la sociedad en el futuro próximo ante las consecuencias del calentamiento global.

Energía renovable y recursos para el cambio climático
Energía renovable y recursos para el cambio climático

Gracias a la dureza de enclave, los desiertos son el campo de pruebas de decenas de iniciativas que pretenden mejorar la eficiencia de la producción de energía y el aprovechamiento de los recursos naturales. Unos proyectos en los que España, debido a su situación geográfica y a sus características meteorológicas, tiene grandes intereses e incluso participación ya que es uno de los países donde más impacto está teniendo el cambio climático.

De hecho, el aumento de las temperaturas, las sequías prolongadas, los eventos extremos o los incendios son solo algunos de los fenómenos que han aumentado su frecuencia en las últimas décadas y que, si no se pone solución, irán a más en el futuro con el calentamiento global.

Un sistema ofrece la independencia total de cualquier fuente agua gracias a la condensación de la humedad

Ante este panorama, los expertos están desarrollando diferentes tecnologías que favorezcan un mejor aprovechamiento de los recursos naturales y, sobretodo, reduzcan el impacto de las actividades humanas en el clima gracias a la reducción de la contaminación y las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan en gran medida el cambio climático.

Plantas flotantes y espejos termosolares

En materia de producción energética de manera renovable destacan las nuevas plantas termosolares que se están construyendo en diferentes puntos del planeta.  Una de las más imponentes es la instalación del proyecto Ashalim en un desierto de Israel. Esta planta dispone de cerca de medio millón de espejos, fabricados por empresas españolas, y más de 203 kilómetros de tuberías de cristal que conducen un fluido a más de 90 grados para producir energía

Otro de estos estos proyectos desarrollados es la instalación de placas solares flotantes en el agua. Así, se aprovecha la superficie de la balsa para poner paneles solares y se reduce la evaporación natural del líquido elemento. Una medida utilizada que aumenta los metros cuadrados de células fotovoltaicas más allá de la tierra.

Este tipo de instalaciones ya tiene su réplica en España. Concretamente en la balsa de Huerto Chico ubicada en la Diputación de La Hoya de Lorca, en Murcia. La planta consigue reducir la evaporación del agua de la propia balsa en un 65% y producir una energía de hasta 90 kw.

Agua por condensación

Sin embargo, aunque la producción de energía de manera sostenible es uno de los grandes retos actuales, la obtención de agua dulce ante las sequías y la irregularidad de las lluvias también es otro de los enormes desafíos del siglo XXI.  

En este sentido, la empresa española Aquaer ha conseguido desarrollar un sofisticado sistema de obtención de agua de la atmósfera. Esta máquina aprovecha la humedad absoluta del aire y la condensa gracias a una instalación refrigerada.


Las plantas solares flotantes instalan paneles solares sobre el agua y reducen su evaporación natural

“El sistema produce agua potable por condensación del vapor de agua en el aire y nuestra ventaja competitiva es que podemos trabajar en medio del desierto”, detalla Juan Veiga, uno de los responsables de Aquaer.

Esta tecnología garantiza la producción del agua independiente de las condiciones climáticas, día y noche, está diseñada para trabajar tanto en zonas desérticas o cálidas de interior, como en zonas costeras y no produce desechos, es totalmente inocua para el medio ambiente. No producen ruidos anormales, ni gases, ni residuos contaminantes.

Filtros y consumo

Además, gracias a los filtros de los que dispone funciona con independencia de la contaminación y limpia el aire y la humedad para producir agua limpia.  “El agua obtenida es apta para el consumo, reuniendo todas las características físicas, químicas y microbiológicas exigidas por el Código Alimentario. Su lámpara ultravioleta anti-bacteriana, garantiza un agua libre de bacterias”, apuntan desde Aquaer.

“Estamos creciendo día a día aunque en España tenemos muy pocas máquinas ya que el suministro de agua está garantizado por el gobierno. Sobretodo trabajamos en medio oriente, África y Sudamérica, en el desierto de Atacama, Irán, o en los campos de refugiados en la de la frontera siria ya que ofrecemos la independencia total de cualquier fuente agua y un consumo eléctrico razonable”, detalla Veiga.