¿Es necesario protegerse la piel en otoño?

Que no te engañen las bajas temperaturas y las pocas horas de luz: tu piel sigue necesitando protección.

Marian

Marian

Las temperaturas han bajado y ya hace semanas que guardaste la sombrilla y el bañador (con la esperanza de que te venga el año que viene bien, iluso de ti). Estás casi seguro de que durante los próximos nueve meses vas a estar a salvo de la famosa frase «usa protección» (solar, se entiende). Pero no, no te libras, en Eltiempo.es queremos decírtela una vez más, aún a riesgo de parecer tu madre: «usa protección, sí, también en otoño».

El sol emite radiación en un amplio espectro de energía durante todo el año, que va desde el infrarrojo (como lo del mando de la tele, cuando aún tenía pilas) hasta el ultravioleta. Esta última es la radiación de mayor energía y puede incluso alterar el ADN produciendo cáncer de piel. El 95% de la radiación ultravioleta que llega a nuestras desprotegidas pieles es del tipo UVA (pero esta no se vendimia), mientras que el otro 5% restante es del tipo UVB; por suerte, la atmósfera es capaz de absorber la más peligrosa, la radiación UVC, y menos mal, porque si no en verano tendríamos un montón de alemanes carbonizados.

Los rayos UVB son los principales causantes del bronceado, aunque también de las quemaduras. Por el contrario, la radiación UVA es la responsable del fotoenvejecimiento de la piel, de las arrugas, y de que te asustes cada día en el portal al cruzarte con esa vecina tuya tan vieja, tan arrugada y que está tan morena durante todo el año.

En otoño, las horas de luz se reducen y los rayos solares ya no inciden en la superficie tan perpendiculares, por lo que, obviamente, la radiación que nos llega no será tan alta como en los meses de verano. Las nubes gruesas consiguen frenar sólo parte de esta radiación, principalmente la UVB. A pesar de ello, es necesario protegerse del sol también en esta época, pues, y siempre y cuando no vivas en ese búnker que te construiste para sobrevivir al último fin del mundo, seguirás recibiendo radiación ultravioleta. Así, que, lo volvemos a repetir una vez más, usa protección solar, sobre todo en la cara, y especialmente en las horas centrales del día. Y ponte una rebequita, por si refresca.